Martín Menem lo hizo: el Senado ya tiene la ley anti-DNU, pero no llega a tratarla antes de las elecciones
Recién este jueves envió a la cámara alta el proyecto aprobado en Diputados. No hay tiempo para dictaminar. UP descarta buscar dos tercios para apurar su debate.
Martín Menem se salió con la suya: recién este jueves por la noche envió al Senado los proyectos aprobados en la última sesión, entre ellos el que restringe los decretos presidenciales, como los DNU. La demora impide dictaminar esta semana y no hay chances de que haya una sesión antes de las elecciones.
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Así lo confirmaron ante Letra P fuentes de Unión por la Patria, el bloque más grande del Senado, que tenía intenciones de citar a una sesión el jueves 23, tres días antes de los comicios legislativos. Sin dictamen, para tratar los expedientes, la oposición necesitaría reunir una mayoría especial. Si bien ese es el número que la ley anti-DNU tuvo cuando se aprobó en el Senado, la víspera electoral pronostica ausencias y nadie se anima a acelerar una sesión con los tiempos justos.
El proyecto volvió de Diputados porque hubo gobernadores que prefirieron no apoyarlo y la Coalición Cívica rechazó un artículo e impidió la sanción. El Senado debe elegir entre insistir con su versión o tomar el proyecto retocado en la cámara baja y se supone que hay número para la primera opción. El Gobierno sólo tendría la opción del veto, que podría sostenerlo en el recinto de Menem.
Cerca del titular de Diputados justifican la tardanza por el feriado del viernes y la cantidad de expedientes que fueron aprobados, con cuatro leyes y algunos dictámenes que se emitieron en el propio recinto, lo que obliga a incrementar los trámites administrativos posteriores. "Los tiempos del Parlamento no son los de los medios", señalaron.
Mayans quiere, además, que se trate el proyecto para declarar la emergencia en ciencia y técnica. No logró los votos para dictaminar la protección a Nucleoeléctrica argentina, ante el intento de Milei por privatizarla. En la oposición recuerdan que demoras similares para el enviar expedientes al Senado sucedieron con otros proyectos aprobados, como el aumento jubilatorio y la emergencia en Discapacidad.
El proyecto que Menem escondió ata de manos a Milei para gobernar sin el Congreso, con fuertes límites a los tres decretos presidenciales: los DNU (de necesidad y urgencia), los delegados (atribuciones del parlamento) y los vetos parciales. Con la legislación actual, están firmes mientras las dos cámaras no los rechacen.
Con la iniciativa aprobada estas medidas tienen 90 días de duración y en ese plazo, si en un solo recinto la rechaza, la medida queda eliminada. Justamente, en la cámara baja se objetó el plazo: la coalición cívica lo considera exiguo. El texto también limita los decretos a una sola materia y se impide repetir la medida si el Congreso la rechaza.
En el Gobierno consideran clave impedir esta norma, porque Milei debería pedir permiso a la oposición para tomar cualquier medida. Como a partir del 10 de diciembre esperan tener un tercio de algún recinto para poder blindar los vetos, es clave que el Presidente evite la sanción de esta iniciativa en noviembre.
Todo para noviembre
El debate por la ley anti DNU quedará para después de las elecciones, cuando se avizora una guerra de relatos por los resultados. El oficialismo se proclamará ganador por tener el sello más votado en el país; y los distintos sectores de la oposición celebrarán victorias en las provincias más grandes.
En ese contexto, la oposición tratará de reabrir el recinto en noviembre con la expectativa de rematar la norma para limitar los decretos y discutir una política de ciencia para el país. Otro tema pendiente es la aprobación de la terna que controlará la defensoría de niños, niñas y adolescentes, que ya fue avalada en el Senado.
El Gobierno perdió control por completo en la cámara alta, donde luego de romper con la UCR y Provincias Unidas no puede ni siquiera aspirar a un tercio de los votos. Es por eso que necesita que permanezca cerrado. Todo lo posible.