"Soy el máximo exponente de la libertad a nivel mundial", dijo Javier Milei el 21 de mayo pasado. A partir de esa frase, este portal advirtió sobre el riesgo que implica un presidente con delirios de grandeza. Este lunes, el mandatario se arrogó el copyright de una nueva teoría económica que le daría, si saliera bien el experimento basado en el mayor ajuste de la historia universal, el próximo premio Nobel. Los delirios continúan.
Embed - Javier Milei: "La gira demostró que soy el máximo exponente de la libertad a nivel mundial"
La sentencia formó parte de una entrevista en la que el mandatario mostró síntomas de dos tipos de delirios que suelen venir en yunta, como las arañas: los de grandeza y los persecutorios.
Dijo que no es él quien ataca, sino quien es atacado porque "los liliputienses" que integran el resto del mundo, especialmente "los políticos argentinos", no soportan aquella condición de "máximo exponente de la libertad a nivel mundial" que donde va causa "un terremoto".
Embed - HOLA A TODOS, YO SOY EL LEÓN!!! - Cierre de Campaña Javier Milei - 6/11/21 - Parque Lezama
"La agenda de los políticos argentinos es la agenda de los liliputienses. Yo estoy en otra liga y eso les molesta porque muestra la insignificancia de los políticos argentos, de lo berreta que son, de lo poco que son, del poco alcance que tienen", infló el pecho.
—Te envidian un poco— lo ayudó con el guion Jonathan Viale.
—Un poco, ponele— se subió el Presidente ladeando la cabeza y dibujando una de sus sonrisas de campeón de la ironía. "La envidia es una declaración de inferioridad", dijo alguna vez el emperador Napoleón Bonaparte.
Después, su mente afiebrada ensayó una hipótesis conspirativa circense: el conflicto que había desatado con España era una construcción del kirchnerismo, que tiene un infiltrado de fuste en la Moncloa. "Alberto Fernández es asesor de (el presidente del Gobierno) Pedro Sánchez", asoció.
Un Nobel para Javier Milei
Este lunes, en Praga, el Presidente dijo estar "reescribiendo gran parte de la teoría económica" y auguró que, si le "termina saliendo bien", estará en condiciones de pelear por una condecoración de lustre global. "Probablemente me den el Nobel de Economía", arriesgó.
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¿Chiste? Sobran los antecedentes para creer que habla en serio.
¿Teminará saliendo bien? desPertar, el newsletter de Letra P, listó este martes un conjunto de datos desalentadores para el ensayo presidencial pero, sobre todo, para el país y su población.
- En el primer trimestre de 2024, incluso antes de que tomaran velocidad fenómenos como los aumentos de tarifas y la destrucción de puestos de trabajo, el producto bruto interno (PBI) se derrumbó un 5,1% interanual.
- El consumo se retrajo casi 7%.
- La inversión se derrumbó 23,4%.
- El desempleo trepó desde el 6,9% del primer trimestre del año pasado y el 5,7% del cuarto a 7,7% entre enero y marzo.
- La desaceleración de la inflación podría interrumpirse: se espera un salto del 4,2% de mayo a un 5% en junio y una meseta larga hasta fin de año.
"Mientras en Praga (el Presidente) se autopostulaba al Premio Nobel de Economía, en Buenos Aires se conocían indicadores pésimos de actividad económica y empleo, el nivel de desconfianza en su gestión bajaba otro peldaño y los mercados de esta ciudad y de Nueva York eran sedes de nuevos derrumbes del peso, las acciones y los títulos públicos. Es más, en la capital de las finanzas mundiales, un banco de inversión de primera línea salió a detallar las inconsistencias de su plan económico y a aconsejar a sus clientes mantenerse lejos del riesgo argentino", escribió Marcelo Falak.
Javier Milei el Grande
La megalomanía, que es la manía o el delirio de grandeza, es un rasgo necesario de los tiranos. Lógicamente, esa certeza de superioridad conlleva el desprecio por el resto de las personas, por tanto inferiores, y niega, entonces, el valor de miradas, opiniones, saberes y experiencias ajenas.
En el ejercicio del poder, la megalomanía esconde serios riesgos.
- El megalómano es incapaz de conectar con la realidad -no la ve- en tanto construcción hecha de estímulos de un entorno formado por seres inferiores que nada valioso pueden aportarle más que ruido, categoría en la que podrían encajar, en la percepción presidencial, los datos antes listados.
- Para el megalómano, como ser superior omnipotente y autosuficiente, dueño de verdades absolutas y recetas infalibles e insuperables, la crítica no puede esconder más que malas intenciones. Quien critica, entonces, es un agente enemigo que conspira porque envidia. La maquinaria represiva que los poderes Ejecutivo y Judicial coordinaron (la sociedad Patricia Bullrich & Carlos Stornelli) durante y después de la jornada de sospechosa violencia del miércoles 5 de junio, en ocasión del tratamiento de la ley ómnibus en el Senado, es dramáticamente sintomática: las personas detenidas ese día, muchas de ellas al voleo, fueron acusadas de las enormidades de sedición, terrorismo y tentativa de golpe de Estado.
Ahí están: delirio de grandeza y delirio persecutorio, una yunta de arañas ponzoñosas.
Ley ómnibus. Represión frente al Congreso
Ley ómnibus y represión frente al Congreso.
En el medioevo, los monarcas lideraban regímenes absolutistas investidos, decían y se lo creían, por el designio de Dios, una criatura todopoderosa inventada por hombres para ordenar el rebaño de ese Señor inapelable por bueno y por justo.
En el medioevo, los reyes y las reinas; más acá, dictadores de toda calaña. "No se mueve ninguna hoja en este país si yo no la estoy moviendo; los estoy viendo desde arriba porque Dios me puso ahí", dijo Augusto Pinochet, arquitecto en Chile de un modelo económico que reconoce puentes sólidos con el que ahora construye la ultraderecha en Argentina.
Milei fue investido con todas las de la ley por una mayoría popular en elecciones democráticas irreprochables. Con todo, en el ejercicio de esa legitimidad suele encomendarse a las fuerzas del cielo y a cuadrúpedos reencarnados que se escurren misteriosamente de las fotos.
Megalomanía, paranoia y esoterismo. Las alarmas aturdían el 21 de mayo, cuando Letra P advirtió sobre los riesgos de un presidente con delirios de grandeza. Un mes y cuatro días después, siguen escalando, con el condimento extra de que el Congreso se encamina a robustecer, con facultades especiales, el poder del jefe de Estado.