La fe mueve montaña; también, votos. Victoria Villarruel lo sabe y hace rato que arma su juego político en solitario y a distancia del presidente Javier Milei. En ese derrotero, la vicepresidenta se acerca cada vez más a los sectores de la Iglesia católica que se impacientan con las políticas sociales de la administración libertaria.
Villarruel no oculta las diferencias que mantiene con el Presidente desde que La Libertad Avanza llegó a la Casa Rosada. La última muestra pública de posiciones contrapuestas quedó en evidencia hace una semana, durante su presentación en la Diplomatura en Liderazgo Humanista que dicta la Universidad Católica Argentina (UCA).
Un líder que no es Javier Milei
Ante un auditorio de autoridades universitarias y académicas, además de estudiantes, que se reunieron en uno de los auditorios del campus universitario de Puerto Madero, Villarruel dio una definición de liderazgo muy distinta al que muestra y pretende representar Milei.
“Según la sociedad, un líder es una persona que conduce, que es aguerrida, que pasa por delante de las opiniones y se impone. Mi visión es distinta: el líder debe convencer, dar el ejemplo, ser generoso... no hay un buen líder si se es soberbio”, diferenció.
“Me inspiran personas que dieron ejemplos y mantuvieron sus principios, aun en los momentos más adversos. Líder es el que te inspira a querer ser vos un líder, a que te sumes y acompañes y no que estés detrás”, completó su definición.
victoria uca.jpg
Victoria Villarruel y el rector de la UCA
En ese contexto, Villarruel elogió a Claudia Rucci, la hija del dirigente sindical José Ignacio Rucci, asesinado en 1973, a quien nombró directora del Observatorio de Derechos Humanos del Senado. “Estos argentinos, que fueron olvidados y fueron la inspiración a luchar por mis convicciones, mis valores y por una patria en la cual todos nos sintamos representados”, reivindicó.
Periplo político religioso
Villarruel también intenta armarse como una alternativa política desde el oficialismo con incursiones a las provincias, en las que participa de celebraciones religiosas populares y mantiene contactos con gobernadores, legisladores y quienes están al frente de municipios; todo, en el contexto del debate por la ley ómnibus XS.
El último viaje fue a principios de mes a dos localidades turísticas de San Luis: Villa de la Quebrada, donde participó de la procesión al Santo Cristo que encabezó el obispo Gabriel Barba; y Renca, donde estuvo en las celebraciones en honor del Divino Señor y recorrió el museo local junto al gobernador Claudio Poggi (Juntos por el Cambio) y el senador Bartolomé Abdala (LLA)
En la tierra de los peronistas Alberto Rodríguez Saá y Adolfo Rodríguez Saá, Villarruel confesó que recorre cada una de las provincias "como una muestra de federalismo”, por lo que manifestó: "San Luis no podía estar fuera". También aprovechó la ocasión para pedirle al Cristo de la Quebrada que "proteja a la República Argentina y que nos dé trabajo", olvidando –tal vez- que es el plan de ajuste libertario lo que está erosionando el empleo y agudizando la desocupación.
Catamarca, promesa de gestiones y fe libertaria
Otra de las escalas del periplo provincial de Villarruel fue Catamarca, donde participó de las fiestas patronales en honor de la Virgen del Valle que encabezó el obispo Luis Urbanc. A esas celebraciones religiosas fue invitada especialmente por Raúl Jalil, el gobernador provincial que les pide a quienes representan en el Senado a Unión por la Patria que voten a favor de la ley ómnibus.
Desde Roma, donde expuso sobre cambio climático en un evento que contó con la presencia del papa Francisco, el mandatario catamarqueño ratificó su postura a favor del diálogo con el Gobierno. “Hay que trabajar y el peronismo, Unión por la Patria, tiene que dialogar. Se está cometiendo un error al no dialogar”, planteó.
Victoria 1.jpg
Victoria Villarruel y el gobernador de Catamarca en una fiesta religiosa
En su visita a Catamarca, Villarruel se reunió con el obispo riojano Dante Braida, quien en nombre de la Conferencia Episcopal Argentina le pidió que no se desguace el Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (Inafci). La vicepresidenta dijo desconocer el tema y se comprometió a buscar respuesta y dar una solución.
Como contó Letra P, Villarruel profesa la fe católica y frecuenta espacios religiosos vinculados a grupos ultraconservadores cismáticos. En el último tiempo, sin embargo, se la ve más cerca de representantes eclesiásticos y comunidades cristianas que advierten sobre el impacto de las políticas libertarias en los sectores más vulnerables.
La próxima escala de Villarruel será el tedeum del 25 de Mayo en la catedral porteña, donde, junto a Milei, escuchará la predicación del arzobispo Jorge García Cuerva, quien más interpela a la autoridades por la discontinuidad de la ayuda a los comedores comunitarios y la eliminación del plan de urbanización de los barrios populares.