“Si el veto se cae, el problema es político, no económico”. La definición ante Letra P de una fuente inobjetable del Gobierno trasluce la preocupación real en la Casa Rosada, más allá del relato del equilibrio fiscal. Al presidente Javier Milei le incomoda la marcha universitaria de este miércoles, que intentó desactivar y a la que este martes atacó vía Sandra Pettovello, pero le preocupa aún más que el Congreso no respalde el veto a la ley de financiamiento previsto para el jueves.
En Balcarce 50 sopesan el daño que podría causar a la imagen presidencial que se le den vuelta sus aliados, “los héroes” que voltearon el aumento jubilatorio, en esta nueva pelea legislativa. Que eso suceda depende en parte de la potencia de la manifestación de este miércoles, que las organizaciones que la impulsan prevén que será multitudinaria.
Aunque argumenta en contrario, a diferencia del veto a la fórmula de movilidad jubilatoria, que la administración libertaria ancló gracias al respaldo de 87 voluntades, a la Casa Rosada no le preocupa tanto el impacto de la norma en las cuentas públicas, una suma marginal del 0,14% del PBI, sino más bien proteger la imagen del Presidente, que le puso el cuerpo al diálogo con la oposición.
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Javier Milei y los "87 héroes", luego del veto de la Casa Rosada.
Perder apoyo de sectores del PRO y la UCR mostraría un gobierno desguarnecido de la segunda mitad del primer año de gestión, justo en medio de una seguidilla de malas noticias para el gobierno, entre las que se destacan el aumento de la pobreza en el primer semestre y la caída de la imagen presidencial que demuestran todas las encuestas de opinión.
La Casa Rosada y un veto sensible a los aliados
La inquietud de algunas de las personas que suelen dialogar de manera diaria con Milei se debe, también, a que esperaban de estos 87 diputados y diputadas un compromiso político mayor y, sobre todo, de largo plazo. El líder de La Libertad Avanza intentó sellar ese pacto con el agasajo en Olivos.
“Es importante mostrar que los 87 héroes todavía están con nosotros defendiendo las ideas de la libertad”, apuntó a este medio una fuente al tanto de las decisiones del gobierno, atenta al pataleo de macristas y radicales que, esta vez, no estarían dispuestos a pagar el costo de enfrentarse a las universidades en sus provincias sin siquiera recibir algo a cambio. Por ahora, los asados en Olivos están suspendidos.
Fracaso de Guillermo Francos y Santiago Caputo
Los esfuerzos del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el asesor presidencial Santiago Caputo por neutralizar la marcha fueron infructuosos. La propuesta de aumento de un 6,8% para los salarios de docentes y no docentes que trabajan en las universidades no alcanzó.
Una manifestación similar a la de abril, la primera gran movilización en la era Milei, impacta en el Gobierno. Las universidades son aún un reservorio del prestigio perdido en otros ámbitos, por lo que la estrategia del oficialismo es intentar teñir de política partidaria. “Es una marcha política”, argumenta el Ministerio de Capital Humano en su documento de este martes.
“El tema universitario es sensible porque nosotros también creemos que es un reclamo justo, pero no hay plata para pagarlo”, ensayó la explicación otra fuente libertaria este lunes, a contramano del comunicado lanzado horas después por Pettovello.
La estrategia del oficialismo será la misma que utilizó en abril: cuestionar su legitimidad de la manifestación, teñirla de política partidaria y señalar a la oposición, fundamentalmente al kirchnerismo y a sindicatos.