Representantes de partidos o alianzas opositoras al peronismo, mantienen reuniones desde noviembre del pasado año, tras ganar en sus respectivos territorios. Con el nuevo mapa político definido, tanto a nivel nacional como provincial, decidieron dar formalidad a sus encuentros, el último de los cuales se registró esta semana en La Calera. Allí ofició como anfitrión Fernando Rambaldi, de Encuentro Vecinal, electo en alianza con partidos de JxC. Completaron la mesa Federico Zárate, intendente radical de Jesús María; Pablo Cornet, del PRO, ungido en Villa Allende; Adela Arning, también dirigente amarilla, de Mendiolaza; el radical Ezequiel Lemos, de Río Ceballos y Miguel Pittaro, boinablanca de La Granja.
La agrupación remarca que no es la confrontación política su razón de ser. Por el contrario, plantean objetivos programáticos para la naciente unión, como coordinar acciones de gobierno, acompañar gestiones y definir tratamiento para una agenda basada en problemáticas compartidas.
Sin embargo, hechos recientes alumbran interpretaciones estrictamente políticas. Por un lado, la renovación de autoridades en el Ente Intermunicipal de Gestión Metropolitana, con fuerte protagonismo de Daniel Passerini. El intendente de la capital, socio comanditado en la renovación del peronismo cordobés, impuso el nombre de Rodrigo Fernández, su secretario de Gobierno, como titular del organismo, tras inesperados roces con la vicegobernadora Myrian Prunotto.
Tal movida sorprendió al núcleo de opositores del departamento Colón, segundo en cantidad de habitantes y de creciente valuación tanto política como económica, quienes hasta aquí destacaban la existencia de un vínculo institucional ameno con las nuevas autoridades provinciales.
Aún sin extrapolar conclusiones, optaron por una movida que puede ser preventiva. De hecho, sólo horas después de la noticia decidieron encauzar formalmente sus charlas hacia un marco institucional.
Ni un mango
“No queremos que vean al G6 como oposición. No es el objetivo. Sí lo es el fortalecimiento de una estructura, como confirmación de temáticas comunes, como el tratamiento de residuos urbanos y las obras de vialidad que la región necesita. Para ello queremos una agenda conjunta, con cronogramas y funciones”, dice uno de los intendentes metropolitanos.
La misma fuente explica a Letra P que la naciente entidad intermunicipal no administrará dinero. Los roles y tareas se definirán en función de la experticia de cada administración. También se tendrán en cuenta las prioridades de las acciones que se proyecten desde el colectivo. “No habrá estructura económica ni sueldos. La gestionarán secretarios. No vamos a gastar un mango de más”, remarca la voz consultada.
Tampoco se prevé la superposición de gestiones con las que ya realiza el Ente Metropolitano. Los intendentes de La Calera y Villa Allende (las ciudades que por ahora lo integran) ratificaron su continuidad, pese a dudas expresadas meses atrás.
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Rodrigo Fernández con Daniel Passerini.
Por el momento, tampoco se prevén resoluciones conjuntas sobre propuestas giradas desde el Ejecutivo provincial, tal el caso de la Ley de Seguridad, cuya implementación despierta dudas y desconfianzas por fuera de los límites de la capital.
Pero ni ellos ni sus pares desconocen que la emergente entidad puede reportarles beneficios no siempre tangibles. Entre ellos, la posibilidad de establecer un canal de negociación directo para las principales ciudades de una región en la que por el momento JxC no presenta referentes ineludibles. La única mención cabe a Luis Picat, quien el 10 de diciembre asumiera como diputado.
También reconocen el valor que se asigna al intendentismo para la construcción una nueva hegemonía, en disputa tras los resultados de las elecciones provinciales en el tramo legislativo, que permiten un inédito escenario de paridad. Tanto Llaryora como las voces cantantes de JxC saben del valor de la territorialidad y no descuidan movimientos de integración.
Además, los alcaldes de la órbita cambiemista tienen por cierto que un empoderamiento del G6 permitiría respaldar sus posiciones ante eventuales embates, en plena etapa de expansión de un Partido Cordobés que aún no obtuvo en el departamento Colón la cosecha de adhesiones que esperaba en el año electoral.
Deudas
La crisis económica, aún con distintos niveles de responsabilidad, es otra problemática que atraviesa al grupo de dirigentes opositores. Particularmente, a quienes denuncian una herencia ruinosa por parte de las gestiones precedentes.
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El intendente de La Calera ha decretado la emergencia económica en la ciudad al encontrar “una cuestión mucho peor que la esperada” tras décadas de gobiernos peronistas. “Tenemos una deuda de más de 500 millones de pesos”, asegura Rambaldi. Con tal diagnóstico, aplicó recortes a su salario, redujo la planta política del municipio, medidas complementadas con una suba de salarios para los empleados municipales.
Lemos, su par de Río Ceballos, también ha deslizado críticas al estado económico de la administración, hasta diciembre en manos de Eduardo Baldassi, por quien apostaran los popes de Hacemos Unidos por Córdoba.
Tampoco ha sido sencilla la transición en Mendiolaza. La flamante intendenta, Adela Arning, dirigente del PRO, disparó munición gruesa contra su antecesor, el radical Daniel Salibi, quien gobernara por más de 24 años. Según declaraciones a medios regionales, éste le dejó “una bomba”, con una deuda flotante de 140 millones de pesos.
Para todos, el horizonte parece aún más complejo tras las primeras pasadas de la motosierra de Javier Milei por la administración nacional. Con el slogan “no hay plata” presente, aparecen nuevas dificultades en el camino hacia la estanflación que augurara el presidente libertario, por quien se inclinaran en el ballotage de noviembre.