LA ERA LIBERTARIA

Sobran asesores y faltan votos: qué tiene Bartolomé Abdala para intentar ser gobernador de San Luis

El senador quiere el poder en su provincia, pero no tiene ni un concejal en tierra puntana. Denuncias, links con la casta y la indiferencia de Claudio Poggi.

Bartolomé Abdala quiere ser gobernador de San Luis. El presidente provisional del Senado confesó su ambición de ocupar la oficina que actualmente habita Claudio Poggi en una entrevista con el canal TN, en medio de una conversación en la que se le cuestionó públicamente la cantidad de asesores que tiene a cargo en su oficina de la cámara alta.

“Mi deseo es ser gobernador y para eso necesito mantener vivo el territorio”, dijo Abdala al justificar sus 15 asesores, 13 de los cuales, según él, desarrollan sus actividades en territorio puntano. Más allá de la impostada indignación con la que hasta integrantes de su propia fuerza salieron a cruzarlo, el problema central parece ser que el trabajo de los asesores, que en verdad son 20, no parece estar dando resultados.

En San Luis advierten que Abdala, el diputado Carlos D'Alessandro y la senadora Ivanna Arrascaeta “están donde están por los votos de Javier Milei”. Ni siquiera las relaciones locales que el armado de La Libertad Avanza pudo proyectar en la campaña del año pasado sirvieron para colar representantes en la Legislatura. No hay legisladores libertarios en San Luis. “Ni siquiera hay concejales”, agregan en el territorio que los asesores de Abdala dicen recorrer.

Bartolomé Abdala, el pícaro

“Tuvo la picardía de colarse en la lista de Milei cuando ese armado no existía en San Luis”, explican en la provincia ante la consulta de Letra P. Con dos décadas en la política activa, la picardía le sirvió para convertirse en el tercer nombre en la línea de sucesión presidencial, aunque de repente parece empezar a jugarle en contra.

A partir de sus dichos, hay una presentación en la Justicia por supuesta "malversación de caudales públicos". En San Luis recuerdan también que en 2022 había sido denunciado por afiliar personas fallecidas a su partido. Algo que parece un patrón común dentro de La Libertad Avanza, fuerza a la que Abdala llegó luego de un paso por el PRO.

Como Poggi, que elige no subirse a las críticas que el senador esgrime contra su gestión, tiene un paso previo por el peronismo puntano, aunque con un perfil menos expuesto.

Fue ministro de Turismo durante la segunda gestión de Alberto Rodríguez Saá, trabajó en el Banco Provincia de San Luis y llegó a la Cámara de Diputados de la provincia en la boleta de Compromiso Federal, la fuerza con la que el menor de los hermanos que comandaron la provincia desde 1983 hasta el año pasado peleó por la Presidencia de la Nación en 2007 y 2011. Desde esa banca fundó el PRO en San Luis y comenzó a trabajar a la par de Mauricio Macri.

Un rival de la misma astilla para Claudio Poggi

Abdala llegó a ser el presidente del PRO puntano, pero se fue del partido amarillo luego de una serie de reacomodamientos internos que terminaron con la candidatura de Poggi a la gobernación. Más allá de sus ambiciones personales, el senador nunca comulgó con el perfil del hombre que ya había ocupado la gobernación bajo el ala de los Rodríguez Saá.

Como una buena parte de las esquirlas de las explosiones del macrismo, Abdala empezó a irse luego de reiteradas derrotas internas en el seno del cambiemismo y recaló en La Libertad Avanza que, con un armado precario, se impuso en las elecciones generales y le dio al oficialismo dos bancas en la cámara alta y una en Diputados.

Desde su llegada al Senado supo tejer una inmejorable relación con la vicepresidenta Victoria Villarruel, que le discutió a Javier Milei la candidatura de Francisco Paoltroni y terminó ubicando a Abdala en la presidencia provisoria. El tiempo parece haberle dado la razón a las desconfianzas de la vice.

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Ese fue el primer paso para acomodar el cuerpo dentro del oficialismo con la explotación de uno de los recursos que mejor posicionado lo dejan en el concierto legislativo libertario: su experiencia en la arena política lo puso en un lugar central para el diálogo con las otras fuerzas parlamentarias que conviven en el recinto.

Con todo, el juego que le habilita el poder interno, que como contó Letra P empieza tambalear, no parece estar dando sus frutos en el territorio. Incluso entre los asesores sobre los que la política puso la lupa esta semana se enumeran referentes territoriales y hasta una hija de Adolfo Rodríguez Saá, el exgobernador de quien Abdala heredó el despacho en el Senado.

En San Luis sonríen cuando se pregunta por el rol que podrían tener esos asesores de "el Adolfo" en un eventual armado del libertario. "Salvo que trabajen de tomar café, no se los ve muy activos", chicanean en los pasillos de la política puntana. Adbala quiere aceitar ese vínculo, pero el expresidente apoyó abiertamente a Poggi y nadie identifica una gestualidad que indique que pueda haber cambiado de opinión.

El juego abierto en San Luis

Aunque desde el estallido del escándalo por los asesores Abdala prefiere el silencio, desde hace tiempo se había convertido en uno de los hombres con mayor exposición de un oficialismo que salta de crisis en crisis, producto de los errores no forzados de sus propios referentes.

El presidente provisional del Senado empezó a hacer notar su presencia por su apego a la figura de Villarruel. Es común verlo a su lado en los actos oficiales de los que la vicepresidenta participa. Naturalmente, lo mismo pasa en cada sesión que se habilita en la cámara alta.

Su figura quedó en foco durante la previa a la discusión de la ley ómnibus XXS, cuando fue el encargado de presidir la sesión desde el momento en que Milei abandonó el país y dejó a Villarruel a cargo del Ejecutivo. Meses después, quedó en el ojo de la tormenta cuando durante una entrevista llamó a “sanar la Argentina” y dijo “abrazar el indulto” llevado adelante por Carlos Saúl Menem.

Lo llamativo del juego es que Abdala debería estar acostumbrado a los juegos en que las luces altas suelen encandilar a más de un referente sin demasiada práctica en la exposición pública. Además de sus tiempos en la política grande de su provincia, “Bartolo”, como lo llaman los más cercanos, fue presidente de la Liga Sanluiseña de Fútbol, una instancia institucional sin representantes en las grandes competencias, pero con el peso político suficiente como para permitir que el hoy senador haya podido tejer buenos vínculos con Julio Humberto Grondona y algunos de los empresarios más importantes del mundo deportivo.

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Claudio Poggi,:el gobernador de San Luis elige no contestarle a Bartolome Abdala, que quiere enfrentarlo en 2027.

Claudio Poggi,:el gobernador de San Luis elige no contestarle a Bartolome Abdala, que quiere enfrentarlo en 2027.

De ese ámbito, a partir del cual las luces de las cámaras de televisión y los grandes estadios lo encandilaron en más de una oportunidad, también conoce a Macri, el titular del espacio al que deberá enfrentar si quiere arrancarle la gobernación a Poggi.

Si bien el gobernador puntano no es un hombre del PRO, hoy forma parte de la liga de mandatarios aliados que llegaron a cada uno de sus lugares con la boleta de Juntos por el Cambio.

La candidatura que Abdala deberá intentar una vez que logre explicar el rol de sus asesores en el territorio adelanta un problema que se vendrá en medio de las negociaciones entre el líder del partido amarillo y los soldados que se visten de violeta y buscan extender la representación presidencial a lo largo y lo ancho del país.

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