Sergio Massa, Jimena López, Jorge Taiana y Máximo Kirchner
Sergio Massa, Jimena López, Jorge Taiana y Máximo Kirchner.
Sergio Massa, Jimena López, Jorge Taiana y Máximo Kirchner
Cuatro hombres pegaron carteles en el frente de Matheu 130, la sede nacional del Partido Justicialista (PJ). Fue el lunes a las 20.20, según quedó registrado en las cámaras de seguridad del edificio. Exactamente a la misma hora, alguien replicó el ritual en el PJ bonaerense, en La Plata. “Basta de herederos y bendecidos”, “No es tu monarquía”, se lee en los afiches. Una forma de protesta frente a la conducción que encarna Cristina Fernández de Kirchner por el desempeño del peronismo en las elecciones del domingo 26.
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La sensación de impotencia frente a la victoria contundente que Javier Milei construyó en todo el país alimenta la bronca hacia el interior del movimiento. Como en toda derrota, la dirigencia de diferentes provincias pasa facturas, hace cuentas y busca culpables. Habla de falta de conducción nacional, pérdida de identidad y ausencia de liderazgos.
Con 80 años de historia, el peronismo atravesó muchos momentos de crisis, pero esta vez la salida no aparece de forma clara por ninguna parte. El poder territorial del partido se deshilacha. Cristina representa a una porción mayoritaria, pero ella está presa y su conducción, cuestionada desde antes de que se quedara con el PJ, en un proceso que no tuvo el apoyo de ningún gobernador.
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Afiches en la sede nacional del PJ.
Axel Kicillof, quien después del 7 de septiembre marchaba airoso hacia su candidatura presidencial, quedó golpeado por el resultado del domingo en la provincia de Buenos Aires. Otros gobernadores se salvaron de la debacle. Sobre 20 opositores, siete mandatarios se impusieron en sus distritos frente a La Libertad Avanza. Seis de ellos son de Fuerza Patria.
En Formosa, Gildo Insfrán construyó el triunfo más holgado de todos. Lo siguió Gerardo Zamora, en Santiago del Estero. En La Pampa triunfó con lo justo Sergio Ziliotto, al igual que Ricardo Quintela en La Rioja. En Tucumán, se impuso con comodidad Osvaldo Jaldo y en Catamarca, Raúl Jalil. Los dos reivindican su peronismo, pero prestaron ayuda durante este tiempo a la gestión libertaria.
Todos comparten una característica: son jefes en sus distritos. Desde ese lugar, cuestionan el rumbo del PJ nacional. “Hace años que no tenemos una conducción nacional que incluya a todos. Cristina resignó al conjunto y decidió conducir a una parte”, apunta un dirigente de primera línea en una de las provincias que quedaron pintadas de celeste.
“No tenemos conducción porque Cristina está presa”, responde Teresa García, diputada electa por la provincia de Buenos Aires y secretaria general del PJ, dirigente que responde directamente a la expresidenta. Para García, tras las elecciones, es necesario que el peronismo “siente a los dirigentes como Gildo, Zamora y todos los gobernadores para definir qué hacer hacia adelante”. “La gente no acompañó porque no nos ve como representantes de sus intereses”, apunta.
Quiero expresar mi agradecimiento a la comunidad formoseña por la jornada electoral de ayer desarrollada en paz y con normalidad, demostrando nuevamente su madurez política y democrática.
El Frente de la Victoria ha triunfado en todas las localidades de la provincia,… pic.twitter.com/tp36JzAUCG
Más allá de las críticas teledirigidas a San José 1111, en el peronismo también circula alguna autocrítica. Si Cristina funcionó, hasta ahora, como un tapón para el crecimiento de otros dirigentes y encarnó la representación de una parte fue, también, porque nadie se animó a construir una alternativa.
“Hay una responsabilidad compartida. Como movimiento nacional tampoco pudimos generar otra cosa”, apunta un dirigente del norte del país que no niega la importancia histórica de la expresidenta, pero ruega por el comienzo de una nueva etapa.
El punto de partida es complejo. Cada provincia es un mundo aparte. El peronismo, identificado como kirchnerismo, encuentra sus límites electorales en una parte importante de los distritos. Los resultados del domingo de referentes cristinistas en Córdoba, Entre Ríos, Salta y Jujuy, por ejemplo, dan cuenta de esa situación.
En Salta, el exgobernador Juan Manuel Urtubey obtuvo el 13,6% de los votos. En Córdoba, Pablo Carro cosechó cinco puntos. En Entre Ríos, la lista de Carolina Gaillard llegó al 3,5%. En Jujuy, la camporista Leila Chaher se quedó con 15,5%. Las divisiones y listas sueltas generaron derrotas significativas en varios distritos, como lo que sucedió en Tierra del Fuego, donde el peronismo perdió una banca en el Senado.
“No podemos hacer más campaña con una lista armada desde San José. Hay que mirar la realidad de las provincias. Tuvimos malos cierres”, dice un dirigente de Fuerza Patria que fue protagonista en las discusiones internas. Otros le bajan el tono a la “sobreflagelación”. El exgobernador de Chaco y senador electo Jorge Capitanich remarcó este martes que el peronismo no hizo “una mala elección nacional”, porque se acercó al 35% similar al de otros momentos históricos. De hecho, Unión por la Patria obtuvo apenas el 29% de los votos en las PASO presidenciales de 2023.
“Hay un contexto muy complicado, con una sociedad que piensa algo totalmente nuevo”, agrega un diputado que remarca que el problema no es solo del peronismo kirchnerista. Tampoco Natalia de la Sota ni Juan Schiaretti lograron, en Córdoba, superar el 37 por ciento entre ambos, a pesar de los apellidos ilustres. Los más optimistas dicen que la situación del peronismo es mejor que la de 2017, durante la presidencia de Mauricio Macri. Piden no desesperar.
Es correcto el análisis de Capitanich: la elección del peronismo con 35% a nivel nacional en una legislativa es buena comparada con lo que siempre saca. El tema es que todo el voto gorila fue a LLA porque se extinguieron el PRO y la UCR, y los tibios provinciales hicieron sapo. pic.twitter.com/1EXZE7MgXN
Pero el problema es profundo. En Mendoza, por ejemplo, aunque el peronismo llevó a un candidato no kirchnerista, el exintendente Emir Félix, también fue una paliza. Apenas superó el 25%. Hay algo roto y difícil de reparar entre el PJ y la sociedad, que se vio este domingo en las urnas. Un problema de interpretación de las demandas, de propuestas y de representación. “Lo difícil es encontrar el punto de encuentro para reconstruir una identidad nacional, unificar los criterios en las provincias”, razona un diputado de Unión por la Patria.
Tanto en Salta como en Jujuy, los PJ de distrito fueron intervenidos por la conducción de Cristina. La expresidenta buscó armar listas que reflejaran la posición más dura contra el Gobierno. También están intervenidos los partidos de Corrientes y Misiones. En la provincia que gobierna el radical Gustavo Valdés, el peronismo viene de arañar el 20% de los votos en la elección a gobernador, con Martin Ascúa como candidato.
Las nuevas canciones y Axel Kicillof
“Cristina es una etapa terminada. El problema es cómo se materializa eso”, apunta un diputado electo este domingo. La certeza es la misma de siempre: no habrá peronista que no necesite, eventualmente, los votos leales a Cristina, por más que esa representación se haya reducido. Con la expresidenta no alcanza, pero sin ella no se puede. Una encerrona imposible.
El primer anotado para dar vuelta la página fue Kicillof, que tropezó con una derrota inesperada que lo dejó en una situación de debilidad ante el cristinismo, que le facturó el desdoblamiento y la posterior derrota. En el entorno del gobernador, sin embargo, dicen que la construcción nacional sigue y apuntan contra Cristina por el armado de la lista que perdió el domingo. “No fue atractiva, no convocaba”, sentencian.
En los días posteriores a las elecciones, se escuchan análisis y sarasa. Aporto un dato al diagnóstico, no es opinión: la mejor elección intermedia del peronismo desde la vuelta de la democracia fue con @CFKArgentina como candidata a senadora nacional, en 2005. El peronismo que… pic.twitter.com/p5utfagWd4
El Movimiento Derecho al Futuro (MDF) acelera el armado en las provincias. “Si no traemos al peronismo del interior no tenemos nada”, dice un hombre que trabaja para Kicillof. Entre los gobernadores ganadores dicen que no hay que apurarse. Algunos piensan que el bonaerense quedó "complicado" por el resultado. Zamora saca pecho. Desembarcará en el Senado y dicen que buscará posicionarse para ser candidato, con aval de Cristina. Quiere mostrar una representación federal.
El plan de Sergio Massa
El Frente Renovador agita una nueva candidatura de Massa. El exministro de Economía tendrá en Diputados un grupo de representantes propios, como Sebastián Galmarini, Cecilia Moreau, Guillermo Michel y Sabrina Selva, que buscarán articular con De la Sota y otros bloques. Tiene una mochila difícil de cargar: el número de inflación que dejó en el gobierno de Alberto Fernández.
En medio de la crisis, hay alguna coincidencia: todos los sectores entienden que su fortaleza estará en el bloque de Diputados, que tendrá cerca de cien bancas. Por ahora, el plan es modesto: resistir y esperar a que la crisis interna y las consecuencias del gobierno de Milei generen un nuevo liderazgo capaz de conducir al conjunto, como sucedió después de 2001.