Si hay interna, que se note menos. Ese es el lema que viene guiando las acciones del peronismo para barrer bajo la alfombra las tensiones que marcaron el clima del cierre de listas. La última de ellas fue anunciada este domingo: Daniel Scioli se incorporará al equipo de Sergio Massa como asesor del Ministerio de Economía.
El embajador en Brasil "sumará su experiencia para fortalecer una estrategia de diplomacia económica para la Argentina. El nombramiento, que será ad honorem, permitirá reforzar la dimensión política internacional del Ministerio", informó Hacienda en un comunicado y precisó que "Scioli será Asesor Especial para la Agenda Internacional". En ese rol, "tendrá la misión de contribuir con acciones y propuestas a posicionar a la República Argentina en el contexto internacional..." y etcéteras varios de manual.
Scioli fue uno de los dos principales heridos -el otro, Wado de Pedro- del cierre de listas de Unión por la Patria: el baño de humildad que lo benefició en 2015, cuando Cristina Fernández de Kirchner lo eligió para competir con Mauricio Macri, esta vez fue lluvia ácida para el exgobernador bonaerense, que debió bajar su precandidatura presidencial para dar lugar a la fórmula de la paz armada Sergio Massa-Agustín Rossi.
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Cristina Fernández de Kirchner recibió a Daniel Scioli en el Senado.
La unidad fue dolorosa por un par de días en los que volaron platos en la coalición peronista, que pronto decidió sepultar el internismo y no molestar a la competencia, Juntos por el Cambio, que entró en una espiral de violencia interna que concentra las energías de sus dos principales figuras, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta.
Scioli desfiló toda la semana por una pasarela de besos y abrazos. Lo recibió CFK en el Senado, Massa en Economía y Alberto Fernández en la Casa Rosada. El Presidente se reunió con el embajador también en Brasil. De todo hubo foto y algún video.
Enemigos íntimos
Massa y Scioli no se quieren nada desde que el hincha de Tigre rompió el Frente para la Victoria, armó el Frente Renovador y enfrentó al kirchnerismo en 2015, justamente con Scioli como candidato.
Sobre llovido, mojado. En 2022, la salida ruidosa de Matías Kulfas del Ministerio de Desarollo Productivo le abrió las puertas de Ezeiza al Pichichi, que volvió de Brasilia para sumarse al gabinete y desempolvar su proyecto presidencial. Duró poco. Su exministra Silvina Batakis aguantó 24 días en Economía y atrás llegó Massa pateando las puertas: armó el superministerio y Scioli tuvo que volverse a Brasil. Por si fuera poco, Massa lo dejó hablando solo en una psicodélica conferencia de prensa de despedida.
Massa presentó a Scioli y se fue sin hablar
Lo dicho al principio: el viernes 23 de junio, a 27 horas del cierre de listas, Scioli debió bajar su precandidatura en favor de la fórmula de cuasiunidad que consagró a Massa como precandidato presidencial.
Este domingo, los enemigos íntimos volvieron a abrazarse para la tribuna que vota el 13 de agosto. Si hay bronca, que se note lo menos posible. Al cabo, lo dijo el General: primero (Unión por) la Patria.