Con las elecciones locales del 29 de junio y la Convención para la reforma constitucional que comenzará el 14 de julio como postas de corto plazo, la alianza oficialista Unidos para Cambiar Santa Fe tiene en el cierre de listas legislativas nacionales un problema en el mediano plazo.
Sin vueltas, no son pocas las voces de la coalición que admiten que no es negocio competir con el sello en octubre.
Mucho en juego y poco tiempo para Unidos para Cambiar Santa Fe
A Unidos lo espera un proceso frenético. El 29 de junio se celebrarán elecciones locales, el 14 de julio inicia la Convención reformadora y el 17 de agosto cierran las listas para las legislativas nacionales de octubre. Serán 49 días donde el oficialismo deberá hacer denodados esfuerzos para que no se mezclen las agendas ni los intereses. Todo muy en puntas de pie.
La coalición gobernante santafesina, como contó Letra P, viene negociando con algún tipo de dificultad el reglamento y el texto de la futura Constitución. La negociación es primero hacia adentro para luego sí, ir a buscar al peronismo. A veces parece que es más costoso negociar con propios que con ajenos. En ese marco, la discusión bilateral entre el radicalismo y el socialismo es la que se roba el grueso de la discusión.
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Con un leve dejo de desconfianza entre los actores principales de Unidos, la Convención convivirá con el cierre de listas nacionales. Para Unidos es un problema de tiempos, pero también de estrategia.
¿Qué tiene para ofrecer una coalición provincial en un escenario electoral hipernacionalizado? ¿Qué relato puede vender cuando los únicos clivajes parecen ser kirchnerismo o libertad? ¿Cuánto se va a compenetrar el gobernador Maximiliano Pullaro en la contienda? ¿Se va a cargar a algún candidato al hombro?
Maximiliano Pullaro, ¿a fondo en octubre?
En el gobierno provincial no hay demasiado interés en jugar octubre a fondo. No se descarta la idea de conformar Unidos, pero de hacerlo será con una cabeza de lista de bajo perfil, con alguna figura de segunda línea: nada de tirar a la cancha a una de las personas de extrema confianza del gobernador. “Somos provinciales por varios años más”, sintetiza uno de los funcionarios políticos de mayor peso de la Casa Gris.
El PRO que preside Gisela Scaglia aceptaría gustoso ese escenario. Hoy concentrado en el 29J, el espacio saluda no haber sufrido una huida en masa hacia La Libertad Avanza (LLA) y se concentra en el “récord” de listas puras y mixtas que superaron las PASO provinciales. Como publicó Letra P, Mauricio Macri le da libertad de acción para una alianza con la fuerza libertaria, pero mantener la sociedad con Pullaro le dio mejores réditos al partido amarillo local.
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Quien sí tiene mucho interés en armar Unidos en octubre es el socialismo. El PS necesita retener la banca que ocupa la diputada Mónica Feiny espera el encuadre para lograrlo. De entrada, no hay convivencia posible entre el radicalismo de Pullaro, que tiene que gobernar y sostener una relación con el gobierno de Javier Milei, y el socialismo, que se planta como oposición firme contra LLA. Primer problema.
Sintetizar con el socialismo, otro problema
Sintetizar ese dilema no es sencillo. Si Pullaro apostara a competir, pero sin enfrentarse a fuego con Milei y buscando una figura de perfil bajo, no queda claro cuál será el lugar del socialismo, que no querrá jugar a medias. Quizás por ese motivo el PS fue a bancar el lanzamiento del espacio de Facundo Manes hace un mes. Con el paraguas que sea, debe intentar retener la banca en la cámara baja.
La contienda de octubre es una elección de primeras marcas. Quienes quieran castigar a Milei en Santa Fe tendrán al peronismo como opción y quienes quieran evitar que el PJ se recupere, tendrán en LLA una propuesta natural. ¿Por qué elegirían a una segunda marca?
“Defender los intereses de Santa Fe” es el lema que reunió al PS, a la UCR y al PRO para la conformación de Unidos. Aplicable para la política doméstica, pero hiperdifícil de extrapolar a la arena nacional. Una prueba es cómo se posicionan los tres partidos en el Congreso: Fein integra el bloque que preside Miguel Ángel Pichetto, la diputada de Pullaro (Melina Giorgi) el bloque radical aliado a Martín Lousteau; algunos PRO, como Germana Figueroa Casas, siguen en el bloque que conduce Mauricio Macri a través de Cristian Ritondo, y otros – como Gabriel Chumpitaz – se convirtieron en aliados de LLA. Cada cual atiende su juego.
Entonces, ¿a quién le sirve la conformación de Unidos en octubre? Al oficialismo le conviene que el cierre de listas resulte lo menos traumático posible para que la eventual negociación no empioje el andar de la Convención, donde el gobierno provincial tiene que contener los intereses y demandas de los socios de la coalición. Mucho en juego por venir para la alianza.