El intendente peronista se impuso como meta sostener los servicios en 2025. El guiño a Martín Llaryora. A pesar de la presión, el código tributario no se toca.
Damián Bernarte enviará la próxima semana el proyecto del Presupuesto 2025 para que sea debatido en el Concejo.
La semana que viene, el intendente de San Francisco, Damián Bernarte, enviará al Concejo Deliberante el presupuesto 2025. El peronista que gobierna la ciudad más grande del este de Córdoba proyecta un monto de $70.000 millones y mantendrá los mecanismos en vigencia para la actualización de las tasas municipales.
Puertas adentro del Palacio Tampieri se habla de una proyección “prudente”. La explicación se ajusta al precontexto impuesto por el gobierno de Javier Milei: los fondos nacionales ya no llueven. Ni siquiera gotean.
La posibilidad de realizar grandes obras públicas, como hasta hace poco en la ciudad, parece lejana debido al contexto económico recesivo. Las caídas abruptas de la recaudación propia y una coparticipación provincial por debajo de la inflación, hacen endeble la economía de un municipio que desde hace más de una década se muestra solvente.
Lo que no negociará Bernarte son los servicios, los que crecieron en gran manera en los últimos tres años en el pago chico del gobernador Martín Llaryora. Pero, a diferencia del Gobierno provincial o de ciudades más grandes como Córdoba, no habrá eliminaciones ni reducciones de tasas, ni sobretasas. Estas últimas, cabe recordar, siempre polémicas.
El presupuesto 2025 por $70.000 millones doblará al del ejercicio en curso. No obstante, el que rige actualmente tuvo algunas rectificaciones que lo llevaron a casi $50.000 millones.
Bernarte adelantó a Letra P que el presupuesto para el próximo año es diferente al que venían trabajando anteriormente: “Es prudente; toma en cuenta la realidad económica actual. Queremos asegurar la prestación de servicios en todas las áreas, sobre todo en lo social que nos exige cada vez un esfuerzo mayor; también, en la atención primaria de la salud”, puntualizó, sin dejar de lado el mantenimiento general de la ciudad.
Los gastos se multiplicaron en San Francisco como en cada punto del país. Sobre todo, para partidas sociales y de salud, como menciona Bernarte. Por su parte, la oposición es crítica en este punto. Le endilga al intendente la cantidad de personal que trabaja en la Municipalidad, lo que aumenta el gasto en este rubro.
La posibilidad de hacer obras públicas, en tanto, estará atada a dos cuestiones. Primero, al engrosamiento de la recaudación propia, que viene de la mano de lo que se obtiene por el cobro de la tasa de Comercio, Industria y Servicios. Pero para ello, debe haber un crecimiento de estos dos sectores el próximo año.
Sí se aspira a finalizar obras ya iniciadas y que se atrasaron este 2024 ante el aumento de costos. Por ejemplo, la pavimentación de calles y la restauración del Palacio Tampieri, edificio que funcionó como casa de gobierno local durante muchos años.
La otra chance es una soga que les tiró a los intendentes y jefes comunales el gobernador Llaryora, pero bajo la premisa de que sean cautelosos al momento de usar los fondos.
El mandatario provincial, en el marco de la Mesa Provincia-Municipios, firmó el Acuerdo Federal 2024 que redundará en fondos para los gobiernos locales. Así, reeditó un viejo acuerdo que inauguró José Manuel de la Sota con el intendentismo después de la crisis de 2001.
La medida –se informó que se toma sin comprometer el superávit fiscal- tiene tres patas: la refinanciación integral de todas las deudas consolidadas al 31 de diciembre de 2024, con un programa de cancelación de 120 cuotas; el fortalecimiento del fondo de financiamiento de municipios y comunas con la cesión de un punto de la coparticipación provincial; y el sostenimiento de las partidas para el avance de la obra pública.
Para Bernarte, se trata de un acuerdo clave, por el cual se deshace en elogios para con Llaryora: “Se está viendo una gran gestión del Gobierno provincial en un cuadro de situación difícil donde la Nación decide un Estado reducido a una mínima expresión”, remarcó.
Y agregó: “Es una decisión que no he visto en otros gobiernos provinciales, entiendo que Llaryora conoce las necesidades porque fue intendente de San Francisco y de Córdoba”.
Bernarte adelantó que no piensa hacer modificaciones respecto a las tasas y sobretasas que se cobran en San Francisco. Sobre estas últimas, instituciones y entidades intermedias vienen reclamando por estos extras que se cobran con las boletas de los servicios.
Desde el Centro Empresarial y de Servicios (CES), ya adelantaron que la próxima semana harán un nuevo pedido formal para la eliminación del Fondo para Obras y Servicios Públicos (FOSP) que se encuentra en todas las boletas municipales, salvo la del gas natural; y la Ordenanza Impositiva Municipal por el Alumbrado Público (OIM), en la factura de energía eléctrica. Ya lo habían hecho a inicios de este 2024.
Para tener una idea de por qué estas sobretasas seguirán vigentes sirve este dato: hace tres años, lo que se recaudaba por OIM alcanzaba para pagar el servicio de alumbrado público a Epec. Hoy, a ese dinero que entra con este impuesto agregado hay que agregarle $40 millones de pesos más por mes.
“En principio el concepto es que seguimos igual, estamos en una situación de delgadísimo equilibrio”, describió Bernarte, sacando chapa de que pese al contexto económico crítico de este año llegaron a niveles históricos de ejecución de obra pública y además ampliaron la cantidad de servicios ofrecidos.
El tiempo dirá si el intendente se mantiene en esta postura luego del debate en el Concejo Deliberante y las dos audiencias públicas subsiguientes.