La oposición denuncia que se usan para cubrir gastos corrientes. El oficialismo sostiene que ese ingreso es central para hacer obras. Una polémica que escala.
Damián Bernarte sostiene las sobretasas que creó Martín Llaryora cuando gobernó San Francisco.
Con la crisis, la oposición reunida en Juntos por el Cambio, instituciones y entidades intermedias preparan la embestida contra las sobretasas que se cobran con las boletas de los servicios, herramientas de financiamiento para el municipio de San Francisco, a cargo de Damián Bernarte.
No hay paracetamol que sirva para aflojar el dolor de cabeza que genera la llegada las boletas municipales y las de la provincia de Córdoba. Cada mes, desagregarlas implica un trabajo importante, ya que desde hace un tiempo largo a esta parte se llenaron de ítems. Eso sí, todos suman para engrosar el número final. Ninguno resta.
Por eso, la recomendación hacia los lectores es que esa pastilla blanca, hoy muy cotizada por la epidemia del dengue, se reserve para esta situación extraordinaria. Es decir, contra los tarifazos que pican directo al bolsillo no es para nada efectiva.
Justamente, esos ítems que “sobran” en las boletas son los cuestionados. En el caso sanfrancisqueño hay algunos puntuales como el Fondo para Obras y Servicios Públicos (FOSP) que se encuentra en todas las boletas municipales, salvo la del gas natural; y el la Ordenanza Impositiva Municipal por el Alumbrado Público (OIM), en la factura de energía eléctrica.
Si bien ambas sobretasas son criticadas desde su nacimiento, se las recuerda todavía más en estas épocas donde el mango no alcanza. Quienes las defienden aseguran que son clave para fomentar, por ejemplo con el FOSP, la obra pública, en momentos donde desde el Estado nacional se propone utilizar la motosierra.
“Este fondo está puesto en la gran cantidad de obra pública que se hace en San Francisco”, defendió a rajatablas un funcionario cercano al despacho del intendente Bernarte. Y sumó: “En la ciudad no se hacía pavimento hace mucho tiempo y se vienen inaugurando en varios sectores. Las obras menores tampoco tuvieron freno”.
Sin embargo, en la oposición miran de reojo hacia dónde va a parar ese fondo asegurando que entra directo a rentas generales, perdiendo así su espíritu originario.
El FOSP fue creado durante la primera intendencia de Martín Llaryora en San Francisco. El ahora gobernador de Córdoba asumió el municipio en diciembre de 2007, declaró la emergencia económica y administrativa ante un escenario complejo debido al severo endeudamiento de las arcas municipales que, según demostraría una auditoría, superaba los 100 millones de pesos.
Su objetivo fue implementar un programa de medidas destinado a reducir el déficit de las cuentas, estimado en un millón de pesos mensuales. La idea era engrosar la recaudación.
Lo cierto es que pocas veces se rindieron cuentas de este fondo que con el correr de los años se fue quedando pese a que la emergencia ya no era tal.
En 2016, a través de la ordenanza 6.811, en el artículo 322, se estableció que el FOSP debía ser pagado por los sanfrancisqueños a modo de sobretasa en las boletas de Comercio e Industria, Inmuebles, Cementerio, Agua y Cloacas, y también gas natural aunque desde el 2018 se quitó de este último.
¿Cuánto implica el FOSP actualmente al contribuyente? Un 10% más para comercios y un 15% más para el vecino común.
Desde la oposición, en tanto, son críticos de su permanencia. La concejal juecista Cecilia Roffé (San Francisco Cambia) varias veces tildó este extra de “ilegal”. No cree que se utilice para obras y asegura que ese dinero va a parar a un plazo fijo.
El radical y presidente del bloque de Juntos por el Cambio en el Concejo Deliberante, Marco Puricelli, pidió al Ejecutivo municipal erradicarlo por un año. Lo hizo al presentar un “Plan Motosierra”, emulando a Javier Milei. El radical consideró que con esta medida se aliviaría en un 17% el costo de los servicios municipales.
Por otro lado, en la boleta de energía eléctrica de la EPEC, el municipio de San Francisco –como otros cordobeses- cobra el OIM. En este caso, cada vecino paga al municipio, a través de su factura de luz, un 10% sobre lo consumido. Lo mismo ocurre para las Pymes e industrias de la ciudad, quienes se pusieron al frente del reclamo de erradicarlo.
Esta sobretasa volvió a la mesa de discusión –si es que alguna vez se fue de ella- recientemente con la llegada de las facturas de la luz que mostraban para el comercio y la industria montos exorbitantes.
La situación generó un ferviente reclamo de la Federación Comercial de Córdoba (Fedecom), preocupados por el impacto que tendrá en los pequeños y medianos comercios las subas en este servicio.
Oscar Vidal, presidente del Centro Empresarial y de Servicios (CES) de San Francisco, entidad adherida a Fedecom, fue contundente en el pedido a las autoridades políticas: “Los consumidores tenemos que ser eficientes pero los prestadores también”, afirmó.
El dirigente empresarial recordó que la actividad comercial y de servicios aporta el 80% de la recaudación del Gobierno provincial.
Por otra parte, Vidal explicó que tanto Epec como las cooperativas, que prestan servicio en el 70% del territorio, tienen que asumir que si existe un ajuste debe ser para todos.
“Durante años la energía fue subsidiada representando un mínimo costo para el comercio, la industria y el consumo domiciliario. Entonces, gobiernos y municipios agregaron infinidad de cargos a las facturas como el OIM, el FODEP, entre otros”, remarcó Vidal, afirmando que esos extras hacen que los importes sean para los comercios “impagables”, aun brindando planes de pagos.
“Pedimos que así, como por distintas razones se impusieron en algunos casos por emergencias, hoy los dejen sin efecto. Así diremos que el ajuste lo hacemos entre todos y que la luz no apague a los comercios”, puntualizó.