Lidera el gremio desde hace casi tres décadas y desafió al intendente con un paro. El oficialismo lo acusa de jugar para Juan Monteverde.
Antonio Ratner, el cacique del sindicato municipal de Rosario en guerra con Pablo Javkin
El paro del gremio municipal de Rosario el pasado martes llevó la relación entre el sindicato y el intendente Pablo Javkin a su punto más crítico de los últimos tiempos. Ese mismo día y en las sucesivas jornadas, desde ambos lados recalentaron la discusión con amenazas y declaraciones cruzadas.
Ambas partes se plantan. El Ejecutivo mantiene la postura de descontar los días de huelga y sostener la denuncia e instrucción de sumario para los choferes que llevaron ambulancias a la manifestación. Por su parte, el gremio ya anunció que recurrirá a la Justicia para impugnar la medida y tampoco descarta un nuevo paro.
La escalada del conflicto sorprende a propios y extraños ya que ambas partes mantuvieron buenas relaciones durante el primer mandato de Javkin y existieron años donde las paritarias municipales superaron a las provinciales. En el Ejecutivo son contundentes, la explicación es una sola: el secretario general del gremio, Antonio Ratner, cacique municipal desde hace casi tres décadas, juega electoralmente para Juan Monteverde, candidato a concejal del PJ y rival acérrimo del oficialismo.
Ratner lidera el Sindicato de Empleados Municipales desde hace casi tres décadas. Compartió la conducción con Néstor Ferraza hasta que este falleció en 2013. Afiliados más o menos conformes con su liderazgo coinciden a la hora de destacar sus formas: paciente, moderado, predispuesto al diálogo. “Apacible, pero verticalista”, atina a definirlo un delegado “no tan oficialista”, remarcando de igual manera que esa forma de conducir le permite al sindicato preservar la unidad.
Municipales de diferentes dependencias aseguran que no se veía una conflictividad así entre el gremio y el muncipio desde los tiempos en que el radical Horacio Usandizaga se sentaba en el Palacio de los Leones, allá por la década del '80. Aunque fue precandidato del justicialismo al Concejo en 2017, apoyado por aquel entonces por la precandidata a diputada Alejandra Rodenas, y apoyó al exintendente Héctor Cavallero en 2011 cuando enfrentó a la socialista Mónica Fein por la intendencia, Ratner nunca descuidó sus vínculos con las gestiones municipales.
De hecho, cuando en 2020 el concejal del PRO Charly Cardozo intentó denunciar a agentes municipales a través del Concejo por el uso en marchas de vehículos del municipio, el pedido no prosperó por la negativa de los bloques del socialismo, La Cámpora y Ciudad Futura. Ese mismo año, Cardozo, quien todavía no era un aliado del intendente Javkin y el socialismo, carpeteó a Ratner a través de los medios por los nombramientos de familiares dentro de la estructura de la muncipalidad y denunció un acuerdo del mandamás de los municipales con el PS.
Cardozo, viejo enemigo de Ratner, cargó de una forma similar contra el gremo municipal en el marco del último paro. Reflotó una foto que el líder sindical se tomó junto al referente de la oposición rosarina, Juan Monteverde, argumentando que la huelga tenía un trasfondo electoral. La instantánea se tomó el 30 de marzo pasado cuando la Intersindical Rosario brindó su apoyo al candidato de Ciudad Futura aliado al PJ. “Si es por fotos, tengo con Fein, Miguel Lifschitz y el propio Javkin”, respondió Ratner a Letra P, desestimando el argumento y poniendo en valor su diálogo con los intendentes anteriores.
“El mayor mérito de Javkin es haber unido a todos los municipales de la provincia que se solidarizaron con la situación de Rosario”, chicanea Ratner. “Tal es así que dictaron una medida de fuerza para el viernes y seguramente la semana que viene nos van a encontrar a todos juntos. Hoy Festram está exigiendo lo mismo que exigimos nosotros”, añade el líder sindical sacando pecho del músculo político que acumula en esta disputa.
Festram es la federación que nuclea a todos los gremios municipales de la provincia y desde 2019 el sindicato rosarino se mueve con mayor autonomía dentro de la entidad. Su acción se dio en consonancia con lo que hicieron sus pares de la ciudad de Santa Fe y Rafaela y fue justificado como un intento por lograr que se oyeran los problemas puntuales del personal estatal de Rosario. Aún así, dentro de Festram no cayó bien y se alegó que la separación respondía a un acuerdo de Ratner con el entonces gobernador peronista Omar Perotti.