Las elecciones del 13 de abril encendieron las alarmas en las filas del intendente de Rosario, Pablo Javkin. El bajo rendimiento de su candidata, Carolina Labayru, podría agravar la inevitable sangría de bancas de Unidos en el Concejo. En ese marco, el oficialismo apura el tratamiento exprés de una agenda de proyectos prioritarios.
Todo lo que pone en juego Unidos en Rosario
La confluencia de distintos espacios políticos trajo aparejados grandes réditos políticos en términos electorales para Unidos en Rosario, pero también sumó un problema de orden legislativo: el oficialismo es la fuerza que más ediles pone en juego este año ya que ocho de sus 15 bancas finalizan su mandato el 10 de diciembre.
De esas ocho bancas, dos corresponden a Arriba Rosario, la alianza entre Javkin y la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck, dos al PRO, y las cuatro restantes se ubican cada una en diferentes subbloques: Radical, Juntos por el Cambio, Socialista y Volver a Rosario. Estos ocho escaños datan de la elección de 2021 cuando estas fuerzas aún no habían conformado Unidos y competían entre sí.
El ordenamiento detrás de la U en la Boleta Única de Papel fijó un techo para la posibilidad de renovación. Los cálculos basados en las últimas PASO arrojan que, en un buen escenario, el oficialismo podría retener cuatro bancas. Esto reduciría el interbloque a 11 miembros, cuatro por debajo del quórum propio.
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La agenda urgente de Pablo Javkin en el Concejo
Consciente de la situación, el tándem Schmuck-Javkin buscará agilizar trámites legislativos en el Palacio Vasallo durante todo el año impar, antes de que se vea obligado a negociar con la oposición. En el oficialismo igual son cautos y destacan que, en tiempos pasados, con menos ediles, han puesto en valor el diálogo para poder aprobar proyectos.
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Los primeros platos fuertes se servirán en forma de proyectos de urbanización ingresados a través de la comisión de Planeamiento y Urbanismo, presidida por el javkinista Fabrizio Fiatti y donde también tiene asiento Juan Monteverde, ferviente opositor. Las ordenanzas serán el paso último para que comiencen a desarrollarse los megaemprendimientos inmobiliarios ubicados en lugares clave, como el proyecto de construir un barrio en las afueras de la ciudad, a metros del Aeropuerto, o el de levantar una megatorre con vista al río en el codiciado terreno donde funcionaba la imprenta del diario La Capital.
A la vez, cerca del intendente hablan de no dilatar procesos de inversión amparados en la “previsibilidad del privado” y esperan que en Rosario no se vuelva a imponer una “visión antiempresaria”. Un funcionario municipal pone como ejemplo a evitar lo que pasó con la torre de 70 metros proyectada por el desarrollador inmobiliario Aldo Lattuca en el centro de la ciudad. Aquel emprendimiento, pese a haber sido aprobado, se dilató entre tantas idas y vueltas en el Concejo y aún hoy está parado.
Ambas ordenanzas marchan sin obstáculos camino a la aprobación, saltando de la comisión al recinto en tan solo una semana. En el horizonte medio, el oficialismo pretende avanzar en un segundo paquete de simplificación administrativa, similar al aprobado el año pasado. La eliminación de tasas municipales o trabas burocráticas es más asimilable para el ciudadano de a pie y puede resultar atractiva en medio de la campaña.
De igual manera, pero a la inversa, en la vereda de enfrente anticipan la jugada y consideran que mantener la postura de oposición dura y rechazo a las iniciativas oficialistas puede traer réditos electorales en un año que es la antesala de la próxima contienda por la intendencia. “No nos quieren aprobar ni la colocación de una placa y eso habla de que están muy dolidos por la elección”, dicen en el peronismo para señalar que el endurecimiento es recíproco.
El Concejo por venir
En el polo opuesto a Javkin se cuenta seis bancas, que corresponden al interbloque compuesto por Ciudad Futura (cuatro integrantes) y Justicia Social dos). A ellos suele sumarse el exsecretario de Salud del socialismo, Leonardo Caruana, cuando se trata de oponerse al oficialismo. Este grupo de siete sumaría una nueva banca si el peronismo consigue ganar cuatro asientos en las elecciones del 29 de junio.
La “oposición razonable” a menudo acompaña y es acompañada por el ejecutivo a la hora de votar. Allí se encuentran las tres bancas que quedaron amparadas dentro del bloque justicialista más Fernanda Gigliani, con monobloque propio. Este interbloque se reduciría en uno o dos integrantes, dependiendo de si Roberto Sukerman ingresa o no.
Además, están las dos bancas mileístas que ingresaron en 2023, antes de la oficialización del partido en todo el país. Al par de jóvenes se le sumarían las voces libertarias de los cuatro primeros de la lista legitimada por Karina Milei y encabezada por Juan Pedro Aleart. Hoy ni en el oficialismo ni en la oposición pueden arriesgar en qué decantará el arribo de Las Fuerzas del Cielo a la política local, pero de lo que están seguros es que el reacomodamiento es inevitable.