Llegó el día para Rolando Figueroa, que asumió este domingo el cargo de gobernador de Neuquén. A punto de iniciar un mandato inédito, que corrió del poder al Movimiento Popular Neuquino (MPN) luego de 60 años ininterrumpidos, el hijo descarriado del histórico partido provincial se apresta a capear una crisis de magnitudes impensadas por el estado de las cuentas públicas locales, la economía nacional y la propuesta de ajuste que empuña el presidente electo Javier Milei.
Con su batacazo del domingo 16 de abril, Figueroa coronó su apuesta contra el poder de Jorge Sapag, el exgobernador y líder emepenista, y abrió una nueva era política en Neuquén. Con un armado multicolor que incluyó sectores del PRO y del peronismo y a figuras que lo acompañaron en su salida del MPN, Rolo superó por dos puntos y medio al candidato oficialista Marcos Koopmann tras una campaña cuesta arriba en la que su personalidad conectó con el electorado que pedía un cambio de aire.
Las apelaciones a la neuquinidad que caracterizaron la campaña de Figueroa se replicaron este domingo, donde la transmisión del acto de asunción mostró la reunión de militantes y simpatizantes en Chos Malal, Junín de los Andes, Plaza Huincul y en las afueras de la Legislatura provincial.
4a. Sesión Especial, domingo 10 de diciembre de 2023
En su discurso, remarcó que Neuquén no es un Estado rico, pero sí con potencialidades, y volvió a cuestionar los índices de pobreza en la provincia de Vaca Muerta.
Tras apuntar que Neuquén es uno de los distritos más relegados en la distribución de recursos que realiza la Nación, marcó que la provincia está "desfinanciada e injusta" y desplegó cifras para argumentar sobre la deuda.
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"El cambio tiene que empezar por la política", señaló y afirmó que eliminará jubilaciones de privilegio y aplicará una depuración en la planta estatal, donde advirtió irregularidades.