Cuando ingresó triunfante al búnker de su espacio, pasadas las nueve y media de la noche del domingo, Rolando Figueroa, gobernador electo de Neuquén, ya tenía todas las miradas de la política argentina encima. La imagen del hombre que desafió y venció a la maquinaria electoral del Movimiento Popular Neuquino (MPN), invicta en elecciones a gobernador en más de 60 años, aparecía en las pantallas de todos los medios nacionales. Con su ajustada pero clara victoria frente a Marcos Koopmann, “Rolo” abrió hoy un nuevo tiempo político en la provincia.
A los 54 años, con un extenso currículum político construido en las entrañas del MPN, Figueroa dio el batacazo histórico después de haber roto a fines del año pasado con la fuerza fundada por Felipe Sapag, cuando anunció que competiría por afuera en alianza con sectores del PRO y del peronismo kirchnerista. Fue el momento bisagra en una aventura política que comenzó en 2015 y terminó en la construcción de esta alquimia electoral única, vista con extrañeza desde Buenos Aires.
Figueroa conoce todos los rincones y a todos los protagonistas principales y secundarios de la política neuquina. En 1999 fue intendente de Huinganco, una localidad del norte de la provincia. Desde ahí arrancó una carrera que tuvo el salto grande cuando Omar Gutiérrez, el actual gobernador que le dejará el cargo en diciembre próximo, lo eligió para acompañarlo en la fórmula en 2015, después de haber sido diputado provincial y presidente de la convención del MPN.
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"Rolo" era entonces la gran esperanza de renovación de la fuerza fundada por Don Felipe en los sesenta del siglo pasado, donde el recambio de dirigentes tiene una lógica atada al poder de decisión del exgobernador Jorge Sapag. Con su carisma y roce político, fue construyendo desde entonces una carrera propia que lo llevó primero a un enfrentamiento con el gobernador Omar Gutiérrez y, después, a una ruptura formal con la estructura partidaria.
Figueroa comenzó a convencerse que podía dar el salto en septiembre de 2021, cuando enfrentó en las PASO a la lista de Gutiérrez y su padrino político Jorge Sapag y la derrotó, una victoria que le permitió empezar a construir un armado propio, para lo que se valió de sus alianzas con macristas, peronistas y disidentes dentro del MPN.
Una dosis de su propia medicina
El tiempo le dió la razón. La votación de este domingo, en la que se impuso al actual vicegobernador por tres puntos, demostró que podía vencer a la maquinaria electoral que estaba invicta en las elecciones a gobernador usando el manual político del MPN, que aprendió desde la militancia universitaria en el Comahue.
Esa mezcla única con la que Rolo construyó su armado se abrazaba la noche de este domingo en el búnker del centro nequino donde se concentró la actividad de la lista Comunidad. "¡No lo puedo creer! '¡Pellizcame!", repetía una diputada provincial que se abrazaba con todos los que la saludaban y felicitaban.
El local partidario de la calle Teniente Ibáñez era una fiesta. "Es para El Turco que lo mira por TV", cantaba la dirigencia y la militancia, que le dedicaban la victoria a Sapag, el gran perdedor de este domingo.
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El vínculo político con Mauricio Macri, que este domingo se apuró a saludarlo en las redes, será uno de los primeros desafíos para el gobernador electo en esta etapa de transición que se abre hasta diciembre. Figueroa fue acusado por sus rivales de estar “digitado desde Buenos Aires”, una ofensa casi imperdonable en la política neuquina.
Este domingo, cuando los primeros boca de urna mostraban un final abierto que predecía el batacazo, Rolo jura que apagó su teléfono celular y no habló con nadie más. Si lo llamaron de Buenos Aires, no se enteró. Al final del día, ante las cámaras que lo mostraban festejando en su búnker, se apuró a dar un mensaje claro: “Esto es un mensaje al país; las grietas hacen daño. Vamos a gobernar pensando en Neuquén”.