Comenzó oficialmente el tercer mandato de Alberto Weretilneck en Río Negro. Tras jurar como gobernador este domingo, vuelve al Ejecutivo luego de un período de transición que encabezó la barilochense Arabela Carreras. Llega en un contexto de alta complejidad signado por la incertidumbre que provoca el arribo a la Casa Rosada del minarquista Javier Milei.
Weretilneck triunfó en las elecciones del 16 abril tras modelar el "gran acuerdo rionegrino" con sectores del radicalismo y el peronismo, que le permitieron al oficialismo provincial, Juntos Somos Río Negro, superar el 40% de los votos y aventajar por casi 20 puntos a la expresión local de Juntos por el Cambio. Tras una larga transición de ocho meses, en la que no faltaron tensiones con Carreras, el cipoleño asumió por tecrea vez la primera magistratura provincial que había ocupado entre 2012 y 2015, al tomar el lugar del fallecido gobernador Carlos Soria, y en el periodo siguiente.
"Quién hubiese pensado, Pedrito, estar acá de nuevo", le dijo Weretilneck estrechando sus manos a Pedro Pesatti, el vicegobernador que le cedió la palabra para que brindara el discurso de asunción y que le tomó juramento. Ambos ocuparon los mismos lugares hace ocho años y ahora vuelven a conducir la provincia.
El mandatario dedicó parte de su mensaje a ponderar los 40 años de la recuperación de la democracia. En esa línea, subrayó el respeto por las minorías y las diversidades y dio su "reconocimiento a los 30 mil desaparecidos víctimas del terrorismo de Estado, a las Madres que salieron cuando nadie salía a la calle" y "al movimiento obrero organizado y a los periodistas que entregaron su vida" en defensa del estado de derecho.
Tras el aplauso de todo el recinto recordó a los héroes de Malvinas y destacó el rol del expresidente Raúl Alfonsín en el proceso de restauración democrática, el que buscó contrastar con la actualidad. “A los jóvenes hay que mirar, ellos no vivieron tragedias como la dictadura. Muchos sienten que hay una sensación de un país sin futuro, hay que asumirlo con dolor. Hay una rechazo al sistema político. Gracias a dios, no al democrático”, dijo.
En su alegato de la democracia, remarcó las deudas de estas décadas: "Todos nos tenemos que hacer cargo de la economía. La deuda fenomenal del Estado nacional, el incremento de la pobreza, la inflación permanente, la falta de inversión real directa. Un Estado al que día a día le cuesta más cumplir sus obligaciones y tareas”.