Río Negro: por qué Alberto Weretilneck calla sobre Lorena Villaverde y apunta contra Fuerza Patria
En el sprint final de la campaña, el gobernador reafirma la estrategia que busca captar el voto no peronista. Puentes con la Casa Rosada y riesgo de mimetismo.
El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, junto al intendente de Comallo, Raúl Hermosilla.
En una campaña nacional marcada por las tensiones entre la Casa Rosada y las provincias,Alberto Weretilneck decidió recorrer un camino alternativo. No confronta abiertamente con el gobierno deJavier Milei, no nombra a los libertarios y concentra su discurso en un único enemigo visible, el peronismo de Río Negro.
Registrate para continuar leyendo y disfrutando de más contenidos de LETRA P.
Detrás de esa aparente moderación, que deja de lado a la hora de los reclamos insitucionales como es el caso de los reiterados pedidos por la situción de las rutas nacionales, se esconden conexiones comunicacionales y políticas que alinean al oficialismo provincial con el esquema libertario, mientras los números de las encuestas que circulan por la provincia lo ubican lejos del segundo lugar necesario para quedarse con alguna de las dos bancas que se juegan en Diputados y las tres del Senado.
La estrategia comunicacional del gobernador rionegrino está en manos de Derek Hampton, exsocio del publicista Santiago Caputo, principal asesor de Milei. Ambos compartieron la consultora Move, especializada en campañas políticas digitales, aunque hoy Hampton trabaja bajo su propia marca.
La coincidencia explica el hecho de que las piezas comunicacionales de Juntos Somos Río Negro (JSRN) repitan los mismos esquemas narrativos que el oficialismo nacional: liderazgos fuertes, enemigos identificables y un relato de “orden y sentido común” frente al caos político.
“No son la misma empresa, pero sí el mismo molde”, resumen fuentes del entorno libertario.
El abogado puente y el silencio sobre Lorena Villaverde
Otra coincidencia refuerza la hipótesis de convergencia política apunta al actual apoderado de La Libertad Avanza en Río Negro, Damián Torres, que fue abogado personal de Weretilneck y apoderado de JSRN hasta hace menos de dos años. Su desembarco en la estructura libertaria consolidó un vínculo indirecto pero funcional entre ambos sectores. Para muchos dirigentes locales, la jugada forma parte de una estrategia de “vasos comunicantes” destinada a no romper el canal con Milei y mantener margen de negociación ante un Congreso fragmentado.
Lo que más llama la atención en esta campaña es el silencio de Weretilneck sobre Lorena Villaverde, diputada y candidata libertaria que pelea parte del electorado al que tmbién apunta Facundo López, candidato de JSRN al Senado.
image
El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, denunció vínculos de los narcos Montecinos y la familia Soria.
A pesar de que Villaverde representa un desafío directo en la disputa por seducir al votante “independiente” y de perfil productivo, el gobernador nunca la mencionó públicamente, ni siquiera cuando surgieron denuncias sobre su pasado judicial y sus relaciones con Fred Machado. El gobernador eligió mirar a otro lado y apuntó a los Soria, precisamente quienes denunciaron a la diputada libertaria.
La Libertad Avanza amenazante
De esa manera, eligió esquivar la polarización con La Libertad Avanza para no restar votos en un terreno donde el oficialismo provincial podría captar parte del electorado libertario desencantado. Sin embargo, esa omisión también deja expuesto el temor a profundizar una confrontación que podría volverse en contra si los libertarios logran consolidar su base en el Alto Valle y el Valle Medio.
Las encuestas que manejan los sectores opositores y algunos aliados del oficialismo reflejan el momento más delicado para Weretilneck desde su regreso a la gobernación. Los sondeos de opinión lo ubican con un techo de intención de voto muy por debajo a lo esperado en la previa. De confirmarse, el oficialismo quedaría afuera del reparto de bancas.
Para Weretilneck, ese escenario representaría una derrota simbólica y política. En su patriada provincialista, no sólo quedaría en inferioridad de condiciones para enfrentar al mileísmo en una mesa de negociación, sino que también quedaría por detrás del peronismo, su natural adversario ideológico en la provincia.
El fuego concentrado en María Emilia y Martín Soria
Frente a ese escenario, el gobernador eligió un viejo conocido como blanco: Martín Soria. “Nuestros contrincantes directos son Fuerza Patria. Martín Soria y Alberto Fernández representan el kirchnerismo, Ana Marks es La Cámpora y Adriana Serquis es Grabois”, declaró recientemente.
Esa elección discursiva busca reconfigurar el eje de la campaña, presentando a JSRN como una tercera vía “moderada” entre los extremos nacionales. Pero el resultado podría ser el contrario a partir de un mensaje que no logra retener a los votantes desencantados ni competir con la potencia narrativa del mileísmo.
La estrategia de Weretilneck combina prudencia política con dependencia comunicacional. Evita criticar a Milei, comparte consultores con su entorno y sostiene vínculos personales con dirigentes libertarios provinciales. Esa táctica le permite conservar interlocución con Nación, pero también lo expone a una pérdida de identidad ante un electorado cada vez más polarizado.
El oficialismo provincial, que alguna vez fue sinónimo de “rionegrinismo autónomo”, hoy parece atrapado en un juego de espejos: ni kirchnerista ni libertario, pero con rasgos con un giro político de Weretilneck y Facundo Lopez.
Si el 26 de octubre las urnas lo dejan afuera de todo, la estrategia del silencio, esa de no confrontar, no nombrar y no incomodar, habrá mostrado su límite más claro.