Mientras la política rionegrina analiza los resultados del último domingo, en los que el oficialismo cayó en tres municipios, y atraviesa una semana a pura rosca que determinará finalmente una lista de Juntos Somos Río Negro para la elección de San Carlos de Bariloche, toma vigor el nombre del vicegobernador Alejandro Palmieri como posible competidor en las elecciones nacionales de agosto y octubre. Este año, Río Negro renueva tres bancas en la Cámara de Diputados y el oficialismo patagónico apuesta al sistema de tercios para retener el escaño que pone en juego. Como el resto de las fuerzas, tiene tiempo hasta el 24 de junio para presentar los nombres de esta competencia.
Las primeras versiones indicaban una comunicación entre Palmieri y el gobernador electo Alberto Weretilneck sobre el fin de semana, aunque el diálogo no terminó de concretarse. Sí hubo un planteo de algunas figuras importantes del espacio para que se evalúe como opción al presidente de la Legislatura en el cierre de listas. En la mesa chica del cipoleño deslizaron la necesidad de una alternativa a la propuesta del diputado Luis Di Giácomo, al que no toda la estructura partidaria está convencida de acompañarlo en la búsqueda de retener su banca.
Antes de que la versión retumbara en las oficinas gubernamentales de General Roca, ciudad a la que pertenecen Palmieri y Di Giácomo, el tope de la boleta verde estaba asegurado para el médico psiquiatra que preside el Interbloque Provincias Unidas, en el que convergen diversos partidos provinciales. Desde hoy, las posibilidades empiezan a nivelarse para los roquenses, al menos eso consignan en JSRN.
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Alejandro Palmieri, vicegobernador de Río Negro, figura como potencial precandidato a Diputados.
A Palmieri no solo lo proyecta su rol como vicegobernador, sino su experiencia en la política doméstica. Fue ministro de Economía y jefe de la bancada de JSRN en la Legislatura entre 2015 y 2019. Antes, tuvo un vertiginoso posgrado en la función pública cuando Carlos Soria se desempeñó al frente del municipio roquense, entre 2003 y 2011, antes de ganar las históricas elecciones provinciales que desterraron a la Unión Cívica Radical (UCR) del poder. Hasta integró el gabinete peronista que duró 20 días y continuó cuando Weretilneck se hizo cargo del gobierno.
"Alejandro tiene con qué ser candidato y es una figura reconocida en Roca y Río Negro", advirtió un dirigente del oficialismo, que prefirió estricta reserva de su identidad.
Tampoco Di Giácomo adoleció de logros en el Congreso. Además de presidir la bancada federal, descongeló la relación con Sergio Massa y afianzó el diálogo con las espadas misioneras del Frente Renovador por la Concordia que lidera Carlos Rovira, un partido al que Weretilneck observa como ejemplo, al igual que el Movimiento Popular Neuquino (MPN) o el frente Neuquinizate que conformó el gobernador electo Rolando Figueroa.
Con ese escenario de paridad, ambos emergen como potenciales precandidatos a encabezar la boleta del oficilaismo rionegrino. La palabra final la tiene el futuro gobernador, que escucha a su entorno y analiza todas las opciones, mientras aguarda la resolución de la interna en Bariloche, su principal desafío a corto plazo.
En la hipótesis del escenario de tercios, la variable disruptiva es si el liberalismo de Javier Milei puede presentar una lista en Río Negro, lo que significaría una dificultad mayúscula en la pelea por una de las tres bancas. Al cierre de esta nota, no había precisiones al respecto.