El nuevo gobierno de Río Negro, con Alberto Weretilneck al frente por tercera vez en los últimos 12 años, obliga al peronismo y a sus aliados a resetearse. Sumergido en una extensa crisis, con fracturas expuestas que se tradujeron a lo largo de los últimos cuatro años en el ámbito de la Legislatura, el justicialismo va camino a un nuevo proceso de organización que excede las normas partidarias. El enroque de interlocutores con los órganos de poder es inminente, en un 2024 incierto por el brutal ajuste que propone el presidente electo Javier Milei. En ese marco, el legislador provincial Pedro Dantas empieza a ocupar un lugar que tiempo atrás monopolizó el senador Martín Doñate.
Fragmentado en diversas tribus, lo que queda de Unión por la Patria se reacomoda. El nuevo tiempo provoca el inevitable cambio de roles dentro de un espacio que hace tiempo funciona atomizado.
Por un lado están quienes representan a la provincia en el Congreso en el Senado y en la Cámara de Diputados. Por el otro, las intendencias, una tribu que funciona en modo particular. Una tercera isla la componen los futuros bloques en la Legislatura de Río Negro, que serán dos desde este domingo 10 de diciembre. Así de atomizado está el panperonismo.
Weretilneck y Doñate
Alberto Weretilneck y Martín Doñate sellan el "gran acuerdo" en Río Negro.
El punto de quiebre será quiénes ocuparán el rol de intermediarios con la provincia y el poder central.
En la Legislatura, la división ya está oficializada. El bloque Vamos Con Todos, que encabezará la espada legislativa del diputado Martín Soria, José Luis Berros, -acompañado del Movimiento Evita y el sello ParTe de Magdalena Odarda- se presenta como la contracara de la bancada PJ-Nuevo Encuentro, conducida por el legislador Pedro Dantas. Los dos espacios tienen múltiples vasos comunicantes, pero una diferencia: Weretilneck.
Durante el armado del frente Nos Une Río Negro, la alianza que robusteció el PJ, Nuevo Encuentro y el naciente Frente Renovador, fue el senador camporista Martín Doñate quien negoció con el jefe político de Juntos Somos Río Negro. Luego de romper con la familia Soria, estrechó un sólido vínculo en el Congreso con Weretilneck, que se tradujo en el frente amplio de abril, en el que se convalidó “el gran acuerdo” que incluyó a la UCR y le permitió al oficialismo alzarse con el triunfo.
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Según pudo saber Letra P, existe un corte en la comunicación de este sector con el mentor de JSRN. Weretilneck no incluyó figuras del riñón kirchnerista en su gabinete, decisión recibida como señal poco amistosa. Atento a los movimientos en el nuevo team de gestión, Doñate emitió un par de comunicados que retumbaron en Viedma. Hasta mandó a su actual bloque parlamentario, Unidad Ciudadana, a votar en contra del proyecto que avala el desarrollo minero en primera y segunda vuelta. Toda una señal de rispidez.
Será Dantas el nexo peronista con algunos municipios. El ejemplo de este rol se dio con la foto en la Secretaría de Energía, en Cipolletti, con la intendenta electa de Ingeniero Huergo, Silvia Penilla (PJ). La imagen previa a la presentación del bloque fue la expresión del contacto que comenzó el legislador Facundo López, principal operador de JSRN en el ámbito parlamentario y judicial del oficialismo. Lo incierto es el futuro de Nos Une Río Negro, que pasado el resultado electoral sólo parece una anécdota.
Intendencias, un rol protagónico
Intendentes e intendentas tendrán su papel. Los municipios de General Roca, Campo Grande, Chimpay, Ingeniero Huergo, General Enrique Godoy, Catriel, General Conesa y Lamarque abrevan en lo que hasta hoy se denomina Unión por la Patria. La incógnita está en San Carlos de Bariloche y Villa Regina, donde gobernarán dos intendentes electos muy cercanos al oficialismo,
Entre las intendencias de fluida comunicación con Dantas y Weretilneck creen que debe aclararse el panorama “por el bien y la supervivencia de todos”. La liga observa un escenario adverso desde este domingo. "Ya no aparecerán los fondos" que Doñate gestionaba en el gobierno nacional a través del ministro del Interior saliente, Eduardo de Pedro. Ahora "sólo quedará –si existe– el superávit para suplir demandas".
“Los gremios nos van a pedir un aumento que no podemos sostener”, advierte a este medio un jefe comunal consultado, que retoma su cargo. "Sin buena relación con la provincia, es imposible subsistir", dice en estricto off the record.
La diáspora y la incertidumbre se presentan como un desafío general. Weretilneck deberá utilizar los recursos del erario para afrontar la demanda salarial, siempre complicada por la inflación galopante y el enfrentamiento de ATE. Estará obligado a sumar músculo por fuera del acuerdo que gestó para retornar al poder provincial. La gestión se presenta como un reto más a su ya extensa carrera, que incluyó un paso por el Senado, donde está finalizando su mandato.