Río Negro: cuáles son las cinco claves del presupuesto de Weretilneck para llegar con aire a 2027
La ley de leyes es la bases sobre la cual se asentará la batalla por la reelección. Gasto, recorte y deuda, los grandes ítems. Energía, la única esperanza.
Alberto Weretilneck envió su presupuesto 2026 a la Legislatura, que es un reducto hostil.
Río Negro ingresó a la discusión del Presupuesto 2026 con un proyecto que combina un crecimiento moderado del gasto, expansión de la inversión pública y el objetivo fiscal superavitario. El gobernador Alberto Weretilneck sabe que la motosierra tendrá más potencia y la ausencia del Estado nacional se percibirá más que nunca, en la previa del año electoral.
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Si se compara con el actual, el Presupuestos del año entrante contempla una inyección sensiblemente mayor y modifica el equilibrio entre ingresos y erogaciones, que se vieron perjudicadas durante toda la primera etapa del período libertario de Javier Milei. Será casi un 40% más elevado al período actual.
Según el proyecto que ya gira entre los bloques de la Legislatura, la perspectiva es encontrar un equilibrio de las cuentas e ir hacia un camino de reducción de deuda. Al menos es ese principal objetivo, que atravesará los normales obstáculos en un tiempo de ajuste incesante y cocina del año político en el que se definirán las próximas autoridades.
Weretilneck sabe que el 2026 es decisivo para su continuidad. Mientras mejor ordene la endeble economía doméstica, más sencillo será ir por un cuarto mandato al frente de la provincia. La oposición, encapsulada en el peronismo, el PRO, los libertarios y la bancada que responde al diputado nacional Aníbal Tortoriello, se toma el tiempo para analizarlo en la previa de las comisiones.
El texto marca una continuidad respecto de la línea que el gobierno de Río Negro sostiene para consolidar “el ordenamiento de las cuentas”, mejorar la recaudación provincial y administrar un esquema de deuda más liviano. Pero, a diferencia de la anterior, la propuesta para 2026 amplía la distancia entre ingresos y gastos y acelera en la apuesta por obras de infraestructura y equipamiento, con un financiamiento híbrido que combina recursos propios y fondos multilaterales.
Comparado con el Presupuesto 2025, los números muestran una variación significativa. Los recursos totales crecen de $2,119 billones a $2,924 billones, un aumento del 38,05%, mientras que los gastos totales pasan de $2,112 billones a $2,909 billones, un incremento del 37,66%.
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Juntos Somos Río Negro en la Legislatura. El presidente del bloque, Facundo López, defiende la ley de leyes en 2026.
El crecimiento de ingresos y gastos es similar, pero lo suficientemente distinto como para mejorar el saldo final, advierten las autoridades, ya que el resultado financiero previsto para 2026 es un superávit de $14.959 millones, más del doble del proyectado para este año ($7.017 millones).
Ese es uno de los elementos centrales de la lectura política y económica de la hoja de ruta que diseñó Juntos Somos Río Negro (JSRN). De esta forma, la provincia de la Patagonia sostiene que el ordenamiento fiscal “ya no es un objetivo, sino un resultado necesario” para intentar levantar cabeza.
Como ya contó Letra P, Weretilneck debió aprobar en la última sesión la emisión de bonos y letras para asegurarse el pago de salarios y obligaciones, en un mes de alta tensión por el medio aguinaldo. Ahí está el principal argumento opositor, que apunta contra el incremento del índice negativo del erario.
Ingresos Brutos, la fuente de respaldo
El principal motor del crecimiento de los recursos es la expansión de los ingresos corrientes, que suben de $2,098 billones a $2,885 billones, lo que representa un aumento del 37,4%. Dentro de este universo, la recaudación propia juega un rol central.
Para 2025, Río Negro proyectaba $591.424 millones de recursos tributarios provinciales; para 2026, esa cifra escala a $869.999 millones, un incremento del 47%.
La dinámica se explica fundamentalmente por Ingresos Brutos, que se mantiene como la principal fuente de financiamiento local y concentra alrededor del 82% de lo recaudado por Río Negro. Las alícuotas no se modifican y el Ejecutivo sostiene la estrategia de evitar incrementos que puedan tensionar la actividad económica.
En ese marco, la actualización del 25% en los tributos patrimoniales (automotor e inmobiliario) queda por debajo de la inflación proyectada para el cierre de 2025, lo que implica un ajuste moderado.
Esto fue destacado por el mismo Weretilneck, que emitió un video para explicar los datos.
EN QUÉ VAMOS A INVERTIR EL FUTURO DE LOS RIONEGRINOS
Definir cómo se invierte el dinero de los rionegrinos es una de las decisiones más importantes. Y lo haremos con experiencia, visión provincial y sensibilidad.
En la ley madre se argumenta que la mejora de la recaudación no se debe a aumentos impositivos sino al “dinamismo de la economía formal y a procesos de fiscalización más eficientes”. Es un punto relevante, porque en los últimos dos años la recaudación propia compensó la fragilidad de algunas transferencias nacionales, especialmente durante los períodos de caída real del IVA.
Desde que Milei profundizó el recorte, las provincias debieron afrontar diversas exigencias extras como el Fondo de Incentivo Docente (Fonid) o el siempre complejo subsidio al transporte, que modificó sensiblemente el precio del boleto de colectivo.
En 2025, el gasto en personal había crecido por encima de la inflación, lo que dejó menos margen para el resto de las partidas. Para 2026, auguran una desaceleración de esa dinámica, en sintonía con el escenario de inflación descendente previsto en el marco macrofiscal nacional.
Sin embargo, la pieza más dinámica del gasto no está en los servicios corrientes sino en la inversión pública. El gasto de capital casi se duplica: pasa de $100.449 millones en 2025 a $194.504 millones en 2026, un salto del 55%.
Este incremento no es menor, es el rubro con mayor variación interanual y uno de los indicadores que permite leer el sesgo del presupuesto.
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Proyecto Calcatreu en sus inicios. El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, pretende desarrollar la minería a gran escala.
En el texto difundido, la cartera de Hacienda rionegrina sumó los números que derrama la inversión en GNL y minería, con el proyecto Calcatreu como punta de lanza. Sumado a los ductos, con el de YPF a Sierra Grande como gran expresión, la materia energética está cubierta para el partido provincial.
Solo la empresa petrolera nacional, realizó una inversión estimada de más de $3.000 millones de dólares y una proyección económica que generaría exportaciones de petróleo por hasta $15.000 millones de dólares anuales.
¿Más obra pública?
La apuesta por obra pública se apoya en los recursos propios, derivados del índice favorable y desembolsos de programas multilaterales, como la Corporación Andina de Fomento (CAF) y Fonplata. A ello se suman inversiones asociadas al bono VMOS, destinadas a equipamiento hospitalario de alta complejidad, con un presupuesto superior a $1.800 millones.
La estructura por finalidad-función mantiene un perfil social muy marcado. Los Servicios Sociales concentran el 53,35% del gasto total, con Educación como la mayor partida del presupuesto y Salud como el segundo componente más relevante.
Es una constante de los presupuestos provinciales recientes, aunque en 2026 aparece combinada con un reforzamiento inusual de la inversión en infraestructura, lo que genera una doble lectura: por un lado, continuidad del enfoque social; por el otro, un renovado impulso material sobre servicios públicos básicos y desarrollo territorial.
Deuda, un tema caliente para Alberto Weretilneck
La situación de la deuda pública termina de completar el cuadro. Se proyecta cerrar 2025 con un índice deuda/ingresos netos de coparticipación del 19,65%, lejos del 63,1% registrado en diciembre de 2023.
Esa reducción es clave en el discurso oficial, porque muestra un descenso estructural del endeudamiento y, especialmente, una baja marcada en la exposición a la deuda en dólares. El stock de deuda y letras asciende a $416.123 millones, y aunque el presupuesto autoriza la emisión de Letras del Tesoro por hasta $120.000 millones, se trata de instrumentos de corto plazo habituales para cubrir picos estacionales de caja, sin alterar la trayectoria general del endeudamiento.
Equilibrio fiscal, crecimiento de la recaudación, reducción de la deuda y un giro hacia la inversión. Esas son las promesas de Weretilneck, que debe juntar el mayor caudal político posible en un parlamento atomizado y en el que, desde su ruptura con el vicegobernador, Pedro Pesatti, se transformó en un caldo de cultivo para sus detractores.