Donald Trump anuncia los crímenes de la guerra que viene
Estados Unidos amenaza con ataques por tierra en Venezuela mientras asesina al voleo en el mar Caribe. "Matar a todos", la orden que pone en vilo a Sudamérica.
Donald Trump y el secretario "de Guerra", Pete Hegseth.
Desatado como nunca, Donald Trump avisó que la presión militar sobre el régimen chavista y los ataques a lanchas en el mar derivarán en cualquier momento en operaciones militares en tierra. "Conocemos qué rutas toman y dónde viven. Vamos a empezar con eso muy pronto", dijo.
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Además, advirtió que "cualquiera que fabrique drogas y las venda en nuestro país está sujeto a ataques. No sólo Venezuela. Colombia tiene fábricas enteras de cocaína". ¿Está Sudamérica a las puertas de una ola de agresiones armadas sin precedentes? Este es el tema excluyente del momento.
Hasta el papa León XIV –un estadounidense– pidió evitar una conflagración y llamó a "buscar el diálogo". Sin embargo, la guerra ya comenzó de facto con esos bombardeos en el Caribe, verdaderas condenas a muerte sin juicio a los tripulantes de las embarcaciones, sin que importe si son efectivamente narcotraficantes o, como se ha alegado en varios casos, pescadores, y esta, como toda guerra, ya tiene sus crímenes. No solo lo mencionado. También, la orden de liquidar incluso a quienes sobreviven al primer golpe y quedan a la deriva en alta mar, cosa que está desatando un escándalo de alcances difíciles de dimensionar en los propios Estados Unidos.
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Donald Trump amenaza con atacar a Venezuela por tierra. Alerta máxima en la región.
Nicolás Maduro, señalado por Washington como cabeza del fantasioso "Cartel de los Soles", trata de mostrarse distendido en público, pero, según The New York Times, reforzó su seguridad con asistencia cubana y cambia permanentemente de teléfonos celulares y de lugar de pernocte.
Al parecer fracasadas las gestiones para un exilio del dictador venezolano, el Pentágono se declara decidido ahora a frustrarle cualquier intento de fuga.
La región, Argentina incluida, parece sumergirse en un tiempo oscuro.
La "Operación matarlos a todos" de Donald Trump
Una tormenta política se ha desatado en Washington en torno a Pete Hegseth, secretario de Guerra, la denominación que Trump, poco amante de los eufemismos, decidió darle a la cartera de Defensa en su segundo mandato.
En medio de una ola de ataques a lanchas que ya dejó decenas de muertos, un episodio ocurrido el 2 de septiembre se convirtió en motivo de preocupación tanto para demócratas como para no pocas figuras republicanas del Capitolio. Ese día, dos personas sobrevivieron a un ataque en el mar y fueron ultimadas enseguida cuando flotaban aferradas a restos de la embarcación, lo que no permitiría mostrarlas como "amenazas a la seguridad nacional" de los Estados Unidos. De acuerdo con The Washington Post, eso ocurrió por órdenes de Hegseth.
"De acuerdo con dos personas con conocimiento directo de la operación, 'La orden fue matarlos a todos'", señaló ese diario.
El clamor sobre un evidente crimen de guerra resultó atizado por un irritante posteo del ministro, que mostró a la tortugaFranklin disparando a botes desde un helicóptero con "espíritu navideño".
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El asunto fue mucho hasta para el presidente, que tomó distancia del escándalo.
Sin embargo, la vocera del Pentágono, Kingsley Wilson, le echó tierra encima al afirmar que "estos ataques son dirigidos por el presidente y la cadena de mando funciona como debe ser. El secretario y el presidente dirigen estos ataques y el secretario está totalmente de acuerdo con cualquier ataque posterior" a uno inicial que no mate a toda la tripulación de un barco sospechado.
BREAKING: Pentagon Press Secretary Kingsley Wilson just put all of the responsibility of the Caribbean strikes on President Trump and Secretary Pete Hegseth.
"“The Secretary (Hegseth) has been very clear in every statement that we have released about these strikes that they are… pic.twitter.com/xuIoz5pn9A
La portavoz del propio Trump, Karoline Leavitt, ratificó la política de "eliminar" a "los grupos narcoterroristas designados por el presidente", pero adjudicó la responsabilidad de lo ocurrido el 2 de septiembre al almirante Frank Bradley, encarcago del operativo.
Temeroso de quedar involucrado en una investigación o de recibir cargos y, desde ahora, seguro de quedar mal parado frente a la tropa, el secretario de Guerra tomó distancia del escándalo y dijo haberse enterado de lo ocurrido "un par de horas después". Sin embargo, afirmó que Bradley "tomó la decisión correcta".
Hegseth: "I watched that first strike live. As you can image at the Dept of War, we've got a lot of things to do. So I didn't stick around for the hour to two hours, whatever, where all the sensitive sight exploitation digitally occurs. I moved on to my next meeting. A couple… pic.twitter.com/PuD0kjkLs2
Mientras, en el Congreso, donde legisladores de ambos partidos buscan evitar que el jefe de Estado los puentee y prosiga su guerra sin la debida autorización legislativa, atan cabos.
Pocos días después del episodio mencionado, que trasciende ahora, Hegseth intimó a cientos de oficiales de las Fuerzas Armadas a acatar sus políticas o a pedir el retiro.
"No lucharemos en función de reglas estúpidas. Les desatamos las manos a nuestros combatientes para intimidar, desmoralizar, cazar y matar a los enemigos de nuestro país. No más reglas de enfrentamiento políticamente correctas y despóticas (…). Sólo sentido común, máxima letalidad y autoridad para nuestros combatientes", definió en la base del Cuerpo de Marines de Quantico, Virginia. La Convención de Ginebra se ha convertido en un adorno.
Pete Hegseth: We also don't fight with stupid rules of engagement, untie hands of war fighters… No more politically correct rules of engagement pic.twitter.com/quthvVS2BE
El funcionario llegó al cargo en medio de fuertes controversias. Exmilitar, nunca tuvo responsabilidad de comando y se destacó más bien como comentarista de televisión. Así, la votación sobre su nominación salió empatada en el Senado, situación que sólo pudo destrabar el sufragio excepcional del vicepresidente J.D. Vance.
A poco de haber asumido, se vio involucrado en un escándalo por la filtración de planes bélicos en un servicio de chat no oficial ni cifrado.
¿Trump lo sostendrá o le soltará la mano?
Palabras filosas en el Congreso de Estados Unidos
Entre muchas voces de condena se destacó la del senador demócrata por Arizona Mark Kelly, un capitán retirado de la Armada y exastronauta que les recordó a los militares que "deben rechazar órdenes ilegales". Hegseth sugirió que revertiría su retiro para someterlo a un consejo de guerra y Trump replicó recordando que la sedición "se puede castigar con la muerte".
Embed - Trump propone pena de muerte para demócratas que pidieron a militares desobedecer órdenes "ilegales"
El legislador reveló haber recibido desde entonces graves amenazas y replicó: "Me tomo en serio las amenazas de este presidente. ¿Cuántas veces en la historia de nuestro país han escuchado a un presidente de los Estados Unidos decir que los miembros del Senado y de la Cámara de Representantes deberían ser ahorcados? Donald Trump no me va a callar y no me intimida".
Lo que parece avecinarse sobre Venezuela debería tener en vilo a toda la región, pero esta se divide entre quienes apoyan a Maduro por motivos ideológicos, quienes –como Javier Milei– están dispuestos a apoyar cualquier aventura por esa misma razón –en sentido opuesto– o por aguda dependencia financiera, quienes callan por temor y quienes actúan para evitar un precedente espantoso.
Trump conversó este martes durante 40 minutos por teléfono con Luiz Inácio Lula da Silva, quien no se limitó a tratar el espinoso tema de los aranceles y se ofreció para mediar con Venezuela. Trump volvió a elogiarlo vivamente, pero ¿qué margen habría que no fuera una salida negociada del dictador?
Mientras, contracara perfecta, el mandatario argentino hace su parte del pressing al exigir una "acción inmediata" contra Maduro y Diosdado Cabello, líder del ala militar del chavismo, de parte de la Corte Penal Internacional (CPI), el mismo foro que ignora olímpicamente cada vez que invita a la Argentina a Benjamín Netanyahu, sobre quien pesa una orden de captura internacional por crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos por Israel en Gaza.
Donald Trump y el espectáculo del poder
Trump es un cultor del poder puro y duro, cuya exhibición resulta más ejemplificadora cuanto más impúdica y arbitrariamente se lo ejerce. Por eso se permite sostener sus amenazas a Maduro mientras acaba de indultar a un narco convicto en los Estados Unidos como el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández.
Según el republicano, la condena de 45 años de cárcel recibida por el exmandatario por haber inundado el mercado estadounidense con 400 toneladas de cocaína fue producto de "una trampa" montada por Joe Biden. "Si alguien vende drogas en un país (diferente de Estados Unidos), eso no significa que haya que arrestar al presidente y meterlo en la cárcel por el resto de su vida", declaró.
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El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández, ahora indultado por Donald Trump, fue extraditado en 2022 a Estados Unidos por cargos de narcotráfico.
Hernández pertenece al mismo partido del candidato hondureño preferido de Trump, Nasry "Tito" Asfura, quien quedó detrás del conservador Salvador Nasralla en un escrutinio accidentado que parece eterno. La Casa Blanca habló de "fraude", pero acaso se conforme con que el oficialismo de izquierda, el zelayismo, haya quedado tercero y lejos de la pelea.
El nivel de intervencionismo de Trump en América Central y el Caribe es tan alarmante y el sesgo prorruso de las gestiones norteamericanas para terminar la guerra en Ucrania tan peligroso para la OTAN que Francia, el Reino Unido y los Países Bajos comenzaron a limitar el intercambio de información con la CIA.