EL NUEVO CONGRESO | DIPUTADOS

El lado B de la jura: el duelo Lilia Lemoine-kirchnerismo, la cara de póker de Javier Milei y pedidos por CFK

La diputada estuvo en primera fila y se cruzó a gritos con la oposición. Reclamos por la libertad de la expresidenta. El Presidente se cuidó de una mala foto.

La jura de 127 nuevos miembros de la Cámara de Diputados, que tuvo a Javier Milei en un palco, dejó algunas postales de lo que se viene en los próximos dos años. La libertaria Lilia Lemoine se ubicó en la primera fila a intercambiar insultos con el kirchnerismo y la izquierda; y escuchó como sus colegas pedían por CFK.

Los diputados de Unión por la Patria se turnaron para exigir la libertad de Cristina Fernández de Kirchner, quien cumple prisión domiciliaria desde junio. La urgencia por cumplir con la jefa dejó algunas escenas desopilantes, como cuando Vanesa Siley, que pasó junto a la libertaria Karen Reichardt, se apuró en jurar y mencionar a la expresidenta. La exvedette se quedó amagando hasta que pudo poner la mano sobre la Constitución y la Biblia.

En la tanda de juras, la provincia de Buenos Aires fue la primera, la más larga y la más alborotada. Tanto, que el diputado encargado de presidir la sesión, el radical Gerardo Cipollini (tuvo ese lugar por ser el de mayor edad) debió pedir silencio en más de una ocasión.

Milei ni se inmutó. Siguió la sesión desde el palco central, junto a Karina Milei, Manuel Adorni (jefe de Gabinete) y Diego Santilli (ministro del Interior). Fue aplaudido por su bloque y se retiró recién después del discurso de Menem, casi al final. Hasta se cuidó de no tomar el celular, por temor a ser escrachado sin prestar atención.

En otro balcón se ubicó Lule Menem. El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, también se acercó a mirar. En el bajo recinto se ubicó el bloque del Senado, con Patricia Bullrich de jefa.

Las peleas de Lilia Lemoine

La jura comenzó accidentada: a los gritos, sumamente enfurecida, Lemoine gritó a los diputados de izquierda y de UP que asumieron. La cosplayer se sentó en primera fila y no soportó que la primera tanda de juras se saliera de libreto. Nicolás Del Caño mencionó a las leyes vetadas (Discapacidad y Garrahan).

"¡Toma!", le gritó el diputado al bloque LLA, que no paraba de propinarle insultos mientras hablaba. Una situación similar pasó su compañera de interbloque, Romina del Pla. Los gritos también bajaban desde el segundo y tercer piso del recinto. Otro cruce con Lemoine lo protagonizó María Elena Velázquez, la diputada de Unión por la Patria que responde a Guillermo Moreno. Juró por el peronismo y no volvía a su banca, para seguir discutiendo con Lemoine.

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Juan Grabois mostró tres dedos hacia arriba, un además que, explicaron después, era el símbolo de Los juegos del hambre. No muchos lo entendieron y hubo muchas interpretaciones equivocadas.

Hubo varios retornos como el de Horacio Pietragalla, exsecretario de Derechos Humanos, que juró por CFK y los 30 mil desaparecidos. Unas horas después, anticipó que está dispuesto a dar la batalla por el revisionismo histórico, cuando tuvo un feroz cruce con Luis Petri. Myriam Bregman, de la izquierda, también se ganó abucheos y su última mención de la jura fue porque "se calle" esta persona, en alusión a Lemoine.

Después, la excandidata presidencial protagonizó otro momento estelar: Cipollini le pidió quitar de las columnas afiches que la diputada había pegado y repudiaban las amenazas de Estados Unidos a Venezuela.

Que la callen

Junto a Bregman juró Martín Lousteau, por ser ambos de la Ciudad de Buenos Aires. El radical no rompió el protocolo y cuando se retiraba le enseñó los tres dedos al bloque oficialista, en clara alusión a las denuncias por coimas a Karina Milei.

En el oficialismo aprovecharon el marco para pedir aplausos. Virginia Gallardo juró "por las infancias" junto a su hija, que vistió igual que ella, de blanco. Luego se ubicó en el fondo del recinto junto a Sergio Figliuolo, conocido como Tronco, el conductor que debutó en la política junto a Milei.

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Javier Milei, testigo  de las juras.

Javier Milei, testigo de las juras.

Otro retorno fue el de Agustín Rossi, quien también juró junto a su hija. Hubo capítulos religiosos. La libertaria de Patricia Holzman pidió jurar con la Torá, por ser judía. El sacerdote Juan Carlos Molina, de Santa Cruz, electo por Unión por la Patria, lo hizo con una bandera sobre el hombro, como si fuera un poncho, y recordó al Papa Francisco.

El nuevo recinto

En el recinto se vieron algunas escenas de la nueva época, como que el PRO no tenía lugar fijo en el reciy, porque ya no entra junto a LLA, y quedó desparramado en el centro, junto a Provincias Unidas, el radicalismo y los bloques más chicos. Miguel Pichetto quedó en el fondo con Nicolás Massot: mantuvieron Encuentro Federal y, recién a último momento, aceptaron formar parte de Provincias Unidas, como aliados.

Luis Petri, flamante vicepresidente de la cámara baja, se aseguró un lugar en la segunda bandeja del sector del oficialismo, para ser protagonista de los debates. Rossi, en UP, esta vez no quiso esa ubicación, que ocupó durante años, cuando era jefe del peronismo. Se ubicó en el fondo del recinto, desde donde no dudó en cruzar a Petri cuando lo escuchó denostar a su partido.

Menem siguió la sesión en el recinto y subió cuando fue reelecto. Protagonizó una escena graciosa: se creyó que se había votado su continuidad, cuando se había puesto a consideración una cuestión metodológica. Sus pares lo aplaudieron, se acercaron a abrazarlo y aún así tuvo que sentarse otra vez. "Hay que escuchar en el Congreso", le dijo Germán Martínez, jefe de UP, a sus nuevos colegas libertarios. Empezó una nueva etapa.

Martín Menem. 
Cristian Ritondo (PRO) y Silvana Giudici (LLA), ayudaron a Mauricio Macri a pelear con Provincias Unidas. 

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