Mientras el IOMA no da respuesta a los dos millones y medio de afiliados de la provincia de Buenos Aires, la inseguridad se adueñó de las calles, y así podría seguir, un par de senadores votó un privilegio para sí mismo. La política hablándole a la política. Desoyendo a los bonaerenses, a quienes tienen la obligación de representar, dándoles la espalda a sus verdaderos problemas, acordaron perpetuarse en el cargo indefinidamente.
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Sin lugar a dudas esto es un retroceso para la democracia, porque la alternancia es fundamental para su calidad. No hay oxigenación ni incentivos a mejorar el debate ni a involucrarse en política aportando miradas nuevas e ideas frescas, si se garantiza la eternidad de los mismos de siempre en un cargo.
#Opinión ¿Se pueden cambiar las reglas en pleno año electoral?
El autor de esta columna sostiene que el gobierno de Kicillof rompió un pacto no escrito de la política argentina con su proyecto para habilitar la reelección indefinida
Hay que entender de una vez por todas que el poder es de la gente, que los legisladores somos, por un tiempo, que debe ser limitado, sus representantes; y por lo tanto, sus empleados. Si dos mandatos son suficientes para el gobernador, ¿por qué los legisladores tendrían que quedarse más tiempo?
La política cambió las reglas en Buenos Aires
No hay experiencia exitosa en el mundo de un país que logró crecer cambiando las reglas dependiendo el año y el poder de turno.
No hay experiencia en el mundo democrático donde, con estos niveles de pobreza, los legisladores estén discutiendo privilegios para algunos dirigentes.
Estamos hablando de democracia, que tanto nos logró tener. Tenemos que trabajar para mejorarla, no para desgastarla. Tenemos que cumplir nuestro mandato de representar, escuchar los problemas de los bonaerenses y buscar soluciones. Para eso sirve el debate. Pongámonos a trabajar en eso, no en ver cómo la política sigue sacando ventaja a costa de los bonaerenses que se desloman para sacar a la provincia adelante. Pongámonos a la altura de la situación.
