Manejarán las cajas más importantes del Gobierno en Córdoba. Club de amigos, negocios comunes, militancia y la conexión con el schiarettismo menemista.
Gabriel Bornoroni durante los festejos por el triunfo de Javier Milei en Córdoba.
Gabriel Bornoroni, un referente de los estacioneros que se convirtió en la princial espada de Javier Milei en Córdoba.
Nicolás Mayoraz (LLA), Gabriel Bornoroni (LLA) y José Luis Espert (AL), tuvieron a cargo los plenarios de la Ley Ómnibus.
A pesar de haber sufrido un revés en su intento por quedarse con la presidencia del bloque oficialista en Diputados, Gabriel Bornoroni ganó protagonismo en la semana política de Córdoba. El gobierno de Javier Milei le puso la cinta de capitán y él ya empezó a armar el equipo, con una ayudita para los amigos.
El apoyo de la cúpula del oficialismo para que Bornoroni se quede con el sello de La Libertad Avanza en Córdoba es el corolario de un proceso que se venía manifestando con las últimas incorporaciones del libertarismo provincial que dejan al descubierto el empoderamiento del estacionero.
Marcos Patiño Brizuela y Andrés Bauzá, designados al frente de las delegaciones de PAMI y ANSeS en la provincia, comparten estudio con Bornoroni y tuvieron un rol importante en los empredimientos políticos a través de los cuales el hoy diputado fue levantando el perfil dentro de la escena provincial. Tanto en sus reconocidos contactos con el schiarettismo como en su despegue directo en el espacio del Presidente.
Bauzá es hijo de Eduardo, el primer Jefe de Gabinete de Carlos Menem y de la historia argentina. Llegó a Córdoba para estudiar derecho y desde allí comenzó a desarrollar una carrera en la que su actividad profesional se mezcló con la participación política y el lógico contacto con el peronismo.
La confianza con Bornoroni se afianzó a partir de su participación como asesor letrado de la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro de la República (FECAC).
Sin embargo, mientras el crecimiento del hoy diputado se afianzaba a fuerza de su protagonismo mediático, en el Estudio Bauzá-Bornoroni todo iba quedando a cargo del hijo del funcionario menemista, que fue haciendo crecer la empresa y reuniendo una cada vez mayor cantidad de profesionales y clientes.
A la par, principalmente del asesoramiento a empresas con línea directa con el gobierno de Córdoba, Bauzá fue ganando espacios en la discusión profesional de la provincia y con el universo de la política cordobesa, donde muchos de los viejos compañeros de su padre se sostenían en el poder.
En 2019 Bauzá Jr. fue candidato a presidente del Colegio de Abogados. Lo hizo a través de un armado que contaba con el apoyo cordobesista y un equipo marcado por la presencia del peronismo cordobés. Uno de los candidatos a vice fue Franco Mogetta, entonces secretario de Trabajo schiarettista, que luego saltó a la secretaria de Transporte provincial y hoy se sostiene como el responsable de esa cartera a nivel nacional en la gestión de Milei.
Aquella lista también se completaba con hijos célebres del menemismo y del cordobesismo, incluso con algunos acercamientos al kirchnerismo. Entre otras figuras allí se encolumnaron Juan Manuel Aráoz, hijo de Julio César "Chiche" Aráoz, ministro de Salud e interventor de Tucumán durante las administraciones menemistas; y Verónica Fadul, hija de la diputada Alejandra Torres, que en ese entonces ocupaba la Secretaria de Planeamiento y Modernización provincial.
Aquella lista de Bauzá perdió con la que encabezaba el actual titular del Colegio, Ignacio Segura, que encolumnó a sectores del radicalismo con un llaryorismo que empezaba a pedir pista corporizado en Juan Manuel Cid, uno de los hombres más cercanos al gobernador.
Uno de los apoderados de aquella lista fue Marcos Patiño Brizuela, ahora designado merced a la rosca de Bornoroni al frente de la delegación cordobesa del PAMI.
Si bien en los tinglados libertarios se esmeran en señalar que los cargos en el Estado se definen a partir de la capacidad técnica y operativa de las personas designadas y no por los lazos personales o políticos de cada funcionario, el caso de Bornoroni rompe con esa lógica. O al menos la pone en duda.
Patiño Brizuela no sólo había sido uno de los apoderados legales de la LLA en el proceso electoral sino que, como contó Letra P, fue uno de los actores centrales en la organización del acto con el que Milei cerró la campaña en el centro del país. El distrito en el que conseguiría su triunfo más contundente en el mano a mano final con Sergio Massa.
Para completar el mapa que confirma los vínculos de Bornoroni en la vida privada que proyectaron a sus socios a la función pública, la sede del estudio Bauzá-Bornoroni, en la calle Caseros de la capital provincial, es la misma que la que registra la empresa Cannarg, que asocia al ahora titular del PAMI cordobés con el riocuartense Ricardo Lescano Geymonat, un abogado especializado en asesoramiento legal en temas relacionados con el cannabis y el cáñamo industrial.
Con todo, el día a día del gobierno libertario empieza a chocar de frente con las prácticas que el propio Presidente siempre dijo detestar: un Estado sostenido a partir de cargos públicos que se ocupan con familiares, amigos, socios y militantes.
Él mismo dio el primer paso al modificar por DNU la norma antinepotismo que había fijado Mauricio Macri para nombrar a su hermana Karina como secretaria general de la Presidencia. Cada uno de esos lugares que se ocupa con personas del entorno cercano a cada funcionario no carece de lógica, pero marca una contradicción central entre lo que el Gobierno pregona y lo que termina sucediendo en la práctica cotidiana.
En Río Cuarto, el encargado de ocupar la segunda Unidad de Gestión Local (UGL) más importante de la provincia también es presentado como un outsider aunque en realidad es otro de los premiados por la militancia libertaria en el centro del país. Se trata de Ricardo Scattolini, un contador público que ya venía ligado al organismo y que, entre otras cosas, había sido uno de los más activos impulsores de la candidatura de Javier Milei en la capital alterna.