La incapcidad del Gobierno para atar los acuerdos que hubiesen permitido la sanción de la ley ómnibus en los tiempos que se había propuesto convirtió al Pacto de Mayo, ese hito libertario que soñó Javier Milei para escribir una página de gloria en la historia grande de la Nación, acorde a su estatura de líder de relevancia global, en un espejismo en constante fuga hacia adelante.
La impericia oficial quemó el 25 de Mayo, la fecha que le había dado nombre al gran acuerdo nacional. Ese día, con la iniciativa parlamentaria fundacional de la administración ultraderechista todavía atrapada en el nido de ratas, el jefe del Estado se presentó solo en el Cabildo de Córdoba y reculó en chancletas: volvió a convocar a la casta a firmar el documento de diez puntos que, sostiene, serán la plataforma de lanzamiento de la Argentina potencia.
Como informó Letra P, el mandatario evaluaba convocar a la dirigencia política a firmar el Pacto de Mayo en julio, aprovechando la conmemoración de un nuevo aniversario de la Declaración de la Independencia. Eso hizo este jueves, en Rosario, adonde viajó para salir por unas horas de la burbuja en la que lleva adelante su gestión y conmemorar el Día de la Bandera.
"Deseo que este año sea recordado como el punto de inflexión donde los argentinos volvemos a ser grandes, que volvamos a ocupar el rol que supimos tener en el mundo y escribamos la historia del progreso argentino", exclamó el Presidente en el Monumento a la Bandera.
Embed - El Presidente Javier Milei encabeza el acto del Día de la Bandera en Rosario
El escenario es ideal: en 1816, la casa de Tucumán congregó a los representantes de todas las provincias unidas del Río de La Plata, crema y nata de la casta de entonces y una suerte de ancestros de los degenerados fiscales que se reúnen cada semana en el Congreso para hacerle la vida imposible. El relato antipolítico estará en su salsa.
Además, en Tucumán será acogido por la calidez del gobernador Osvaldo Jaldo, el peronista flexible que mantiene un romance tórrido con la administración nacional, al punto de que la Casa Rosada quebrará el mandamiento del fin de la obra pública con el envío de 90.000 millones de pesos a la meca del sánguche de milanesa para terminar una ruta.
De hecho, este jueves el jefe de Estado dará otra prueba de amor al gobernador tucumano: lo incluirá en un grupo VIP de cuatro mandatarios provinciales a quienes recibirá en la Casa Rosada al regreso de su paso por Rosario, en un acontecimiento inusual para un presidente que, como viene contando Letra P, no se vincula personalmente casi con nadie.
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Osvaldo Jaldo y Guillermo Francos.
De todos modos, más le vale al Gobierno no cantar victoria todavía. La condición necesaria para la firma del Pacto de Mayo es la sanción de la ley ómnibus por parte del Congreso. La semana pasada, la iniciativa pasó raspando, con el desempate de la vicepresidenta Victoria Villarruel, que debió desanudar otro histórico 36 a 36, la revisión del Senado, que introdujo cambios que devolverán el texto, junto a la reforma fiscal, a la cámara baja.
Lo que podía ser un trámite se convirtió en un nuevo berenjenal por obra y gracia del propio gobierno, que pretende que la cámara baja ignore los cambios que hizo el Senado.
La aspiración oficial abrió una intensa discusión jurídica, sobre todo en relación a las facultades de Diputados para resucitar artículos que no fueron modificados sino directamente rechazados por el cuerpo revisor, y plantó el riesgo de judicialización del debate, un escenario que, como informó Letra P, el oficialismo intentar evitar en una rosca frenética que no conocerá de feriados para llegar a la sesión prevista para el jueves 27 con el camino allanado.
Agosto o noviembre
¿Qué fechas patrias le quedarían este año al Presidente para sacarse esa foto ya bastante postergada si otra vez pasaran cosas y para el 9 de Julio las Bases de la revolución anarcocapitalista siguieran atrapadas en el nido de ratas? A ver:
- El 17 de agosto la Patria recordará a su padre, el general Don José de San Martín. La firma del Pacto podría tener lugar en Yapeyú (Corrientes), ciudad natal del Libertador. El anfitrión sería el gobernador Gustavo Valdés, que no es un aliado tan fogoso como Jaldo pero, como buen radical, seguramente podría doblarse lo necesario para que el Presidente pasara un buen monento.
Embed - Discurso del Presidente Javier Milei en la Fundación Libertad.
- El 20 de noviembre se conmemora el Día de la Soberanía Nacional en homenaje a los héroes de las tropas que Lucio Mansilla dispuso en la Vuelta de Obligado del río Paraná, donde lograron repeler, en una batalla que se presentaba desafavorable, a la alianza anglofrancesa que intentaba invadir estas tierras. El acto debería organizarse en San Pedro, que tiene un pro y una contra: el Presidente podría contratar los servicios de Fernando Bravo, locutor local de gran oficio para la animación de todo tipo de acontecimientos, pero el protocolo indica que debería estar acompañado por el gobernador kirchnerista Axel Kicillof, lo peor de lo peor que hay en la grilla de caciques federales -“ese chico soviético que está en la provincia de Buenos Aires”, como lo identificó en un show de stand up que brindó el 25 de abril en la Fundación Libertad; ese "enano comunista", como lo llamó el sábado pasado en La Rural-.
Como se ve, muchas opciones no le quedan. Que sea Tucumán, entonces, para que pueda gritar más fuerte que nunca, en la cuna de la independencia nacional, ¡Viva la libertad, carajo!, antes de que las ratas sigan haciendo de las suyas.