Javier Milei pasó por una provincia que movilizó a más sindicalistas en su contra que al pueblo de Córdoba. La plaza San Martín, con su icónica catedral y Cabildo histórico, fue el epicentro de una visita institucional que se escribirá sin penas ni glorias en las páginas de la historia política en un Pacto de Mayo que no fue.
Este Día de la Revolución, Milei debía encabezar la firma de un acuerdo nacional con las 24 autoridades de las jurisdicciones argentinas. El mandatario apenas celebró la efeméride patria con su elenco estable (por ahora): Victoria Villarruel, el gabinete y su hermana Karina Milei. Se sumó a la comitiva el gobernador Martín Llaryora, quien -aturdido por la sorpresa de la convocatoria en la Asamblea Legislativa- le había advertido que “mayo queda lejos”.
Efectivamente, la política nacional escapa a las métricas del tiempo. Milei cumplió con el compromiso asumido, pero con costos. A su favor, le puso la cara a la derrota, pero quedó claro que no tiene margen para redoblar la apuesta contra la “casta”.
cabildo javier milei.jpg
El Cabildo abierto de Javier Milei en la Plaza San Martín de Córdoba.
Eso sí, logró marear a la dirigencia política con falta de protocolo e invitaciones a último momento para resaltar que su prioridad era la gente. Los funcionarios cordobeses Franco Mogetta (Transporte) y Daniel Tillard; el armador de La Libertad Avanza, el diputado cordobés Gabriel Bornoroni, e integrantes de la primera línea política de Llaryora como Manuel Calvo (Gobierno), Julián López (Justicia) y Miguel Siciliano (jefe de bloque), tuvieron que deambular por varios ingresos y “pelear” la negativa de la seguridad presidencial para poder ubicarse en sus asientos.
Javier Milei, es con la casta
Más allá de los detalles de color, si el 1 de marzo había quedado claro que Milei no podría gobernar sin el Congreso, como postulaba en sus diatribas de campaña, este sábado, en la Docta, ratificó la moraleja de la fábula. Los cambios, cualquier tipo de reforma que proponga, serán con política y consenso.
Milei interrumpió su discurso, formal e institucional, para permitirse algunas digresiones durante la cadena nacional. “¿Ustedes se dan cuenta que estamos frente a un cambio de época, no?”, buscó la complicidad de un auditorio que seguía la partitura que dirigía Martín Menem y Manuel Adorni. “No vuelven más”, “ley Bases” y “libertad” fueron las frases más coreadas por la mitad de la plaza.
Pero lo cierto es que, en este acto, sin músicos amateurs ni efectos de luces, ese fracaso maquillado por la demora del acuerdo político en el Senado expuso las debilidades del líder. Ratificó, como lo venía haciendo, su voluntad de tener la ley ómnibus XS aprobada y lanzó el Consejo de Mayo que tendría el objetivo de convertir en leyes los diez puntos del fallido pacto. Lo más indicativo de sus palabras es que Milei no quiso culpar a nadie por el presente.
FOTO 3.jpeg
Karina Milei, una de las más aplaudidas por el público en el Cabildo de Córdoba.
Milei necesita de la casta, pero esta no fue la novedad de la jornada. La paciencia social no es infinita y no es un hecho menor que el Presidente no haya movilizado grandes masas este sábado patrio.
La jornada fría, pero con buen tiempo no era un impedimento. Llaryora había estado activo en la semana e invitó a la gente a participar de los festejos. Milei le habló a 6.000 personas, bastante menos de aquél épico cierre de campaña previo al ballotage que le ganó a Sergio Massa cuando demoró casi una hora en abrirse paso por la multitud acólita.
¿Se empieza a descascarar el apoyo social? Córdoba es un termómetro importante para la política nacional.
Un truco de casta para mantener la expectativa social
El viejo truco de la rebaja impositiva salió a escena de un Milei que no quiso cantar como en el Luna Park. ¿La gente vino a ver al personaje o al Presidente?
El libertario entiende a la perfección los distintos registros de su comunicación política, como también que ya llegó el momento de enviar señales al electorado.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/madorni/status/1794485932802064654&partner=&hide_thread=false
“Una vez aprobadas la Ley Bases y el paquete fiscal, vamos a avanzar en una reducción significativa de impuestos, empezando por el impuesto distorsivo que atenta contra la producción y el crecimiento económico, el impuesto PAÍS”, prometió Milei que todavía no puede cumplir su promesa de salir del cepo cambiario.
Un ajuste que no se celebró en Córdoba
La contracción de la inflación fue uno de los grandes hitos refrescados ante la militancia libertaria y las familias que compartieron en sol de mayo. Elevar a la condición de rockstar al ministro de Economía, Toto Caputo, fue el artilugio presidencial para revalidar las credenciales de un programa enfocado en la macroeconomía.
“Como atacamos la inflación, nos comprometimos a que cada peso de superávit fiscal se devuelva vía la reducción de impuestos. Quitarle el peso del Estado a los argentinos de bien”, dejó inaugurada la nueva línea de trabajo para Caputo.
Fue el momento del discurso que generó las reacciones más encendidas entre ese electorado que todavía sigue bancando “el ajuste más grande la historia”, la frase presidencial que curiosamente no despertó efusividades.
Milei ya toma nota en la puerta de un año electoral y de lo infalible que son las consignas políticas ante la ausencia de un plan para salir de la recesión profunda y los indicadores que suenan como la banda de galpón que acompañó al Presidente en su otra gran presentación de esta semana.