SANTA FE EN LLAMAS

Pablo Javkin abrió las sesiones ordinarias en Rosario con un discurso atravesado por la seguridad

El intendente se plegó a la estrategia del gobierno provincial. Discurso monotemático y un objetivo nuevo: coparticipar un impuesto.

La seguridad estructuró el discurso. Javkin se cuadró dentro de la línea discursiva del gobernador, a quien elogió más de una vez, y repitió los argumentos del gobierno provincial en el marco de la crisis de violencia. Además, destacó cada anuncio en relación con su aporte a la crisis que atraviesa la ciudad. "No tenemos armas, pero lo que hacemos desde el Municipio es esto", pareció decir.

Acompañado por todo su gabinete en primera fila, el intendente utilizó su discurso como una plataforma para pedirle recursos y colaboración a la Nación. Como si viese dentro de la crisis una oportunidad, Javkin quiere aprovechar el tiempo que la situación rosarina tenga en la agenda nacional para exprimir al máximo posible a la Casa Rosada, donde duermen algunos proyectos importantes para los barrios rosarinos.

Seguridad, eje central del discurso de Pablo Javkin

La ceremonia comenzó con una oración interreligiosa, lo que adelantó cuál sería el tono del discurso del intendente, quien inició refiriéndose al rebrote de violencia de hace unos días: “Abro estas sesiones en medio de una Argentina en turbulencia, pero más aún en una Rosario lastimada. Los mafiosos golpean porque al fin se les está desarmando esa agencia de empleo criminal que habían montado en cárceles que nadie controlaba”, comenzó.

En ese primer pasaje de su alocución, el alcalde celebró “con prudencia” el envío de fuerzas federales, “porque esperamos más y que se queden”. También apreció que “por fin” el problema del narcotráfico en Rosario se aborde como una cuestión nacional.

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En ese sentido, agradeció al gobierno nacional, a los gobernadores -”en especial al nuestro que está en la ciudad desde el primer día”- y a los intendentes del país, “que están organizándose para reunirse acá”. “No debemos parar, no tiene que ser una crisis más, es una batalla definitiva para quebrarlos y encontrar la paz”, dijo, a tono con el discurso que bajó de la Casa Gris.

Los anuncios para Rosario

Los anuncios más importantes de Javkin pasaron por obras de urbanización en zonas comúnmente conocidas como villas a las que, cuidadosamente, el intendente se refirió como “barrios”. Ahí se entendió, por ejemplo, la presencia de una familia de Barrio Banana en el palco: la urbanización en esa zona es el ejemplo de lo que quieren hacer en otros barrios.

Así las cosas, anunció que le pedirán al gobierno nacional reactivar la urbanización de la barriada de Sorrento y Cullen -financiada por el Banco Mundial-, puso a disposición la mano de obra municipal para encarar una obra similar en Tablada -que se financia con el Fondo de Integración Sociourbana- y anunció trabajos en Segui y Grandoli, Villa Moreno y Los Pumitas -lo que explicó la presencia del padre de Máximo Jerez, asesinado en ese barrio el año pasado-.

También en materia de seguridad, resaltó el trabajo de la Agencia Municipal de Prevención del Lavado de Activos y destacó el crecimiento en cámaras de seguridad, lectores de patente y paradas seguras. "Todo el peso del estado, en todos sus niveles, con todos sus recursos, todo junto, todo a la vez", resumió.

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Las bancas y las gradas frente al discurso de Pablo Javkin

Las bancas y las gradas frente al discurso de Pablo Javkin

Transporte, la única excepción de Pablo Javkin

El único tramo del discurso en el que Javkin se abrió de la trama de seguridad fue el capítulo del transporte. Allí, dijo que la Municipalidad “hace malabares” para sostener el servicio y que, durante 2023, invirtió $17 mil millones. “Cobramos más de lo que nos gustaría pero menos de lo que realmente hace falta”, explicó. “No es un tema de Rosario, pasa en todo el país”.

Para graficar la insostenibilidad del sistema, reveló que en los últimos tres meses tuvieron un 150% de aumento en combustibles y un 315% en el costo de las unidades. Con ese escenario, se permitió hacerle un pedido “a los diputados del interior, que son mayoría”: solicitó que “repercuta” en el interior el dinero que Nación recauda por impuestos al despacho de combustible. “En Rosario solo recaudaron casi $900 mil millones”, apuntó el burgomaestre.

Lo que mejor le sale al intendente de Rosario

Para el cierre, Javkin hizo lo que mejor le sale: apelar al orgullo rosarino. El alcalde se siente un hijo pródigo de la ciudad, sabe como conectar con la fibra más íntima de los rosarinos y resaltar la identidad de la ciudad santafesina. Dijo que ocupar el Palacio de los Leones era “un sueño desde chiquito” y que destinará su vida “a la sagrada obra de cuidar". “No tenemos armas de fuego pero tenemos el coraje de un gobernador al que no le tiembla el pulso y con el que nos paramos codo a codo”, sumó, en el último elogio para Pullaro.

“No esperen de este intendente ni un segundo dedicado a atender amenazas, ni las que se hacen desde la cárcel ni las otras, miserables, que buscan alguna ventaja politiquera”, advirtió al cerrar. Nombró a víctimas de delitos y dijo que trabaja para ellos, para luego pedirle a los rosarinos que sigan trabajando “para demostrar que Rosario no se rinde”. Condensó ese mensaje, que sonó más a arenga que a discurso, pidiendo que “no subestimen la fuerza de la gente buena de Rosario porque Rosario siempre puede” y cerró con su leit motiv: “Arriba Rosario”.

Pablo Javkin y el ministro de Gobierno Sebastián Chale recibieron en su despacho a Roberto Sukerman.
Patricia Bullrich y Maximiliano Pullaro, en la conferencia de prensa por la crisis en seguridad.

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