¿O será que, más que generarlo, simplemente sabe escuchar los ecos de uno viejo, largamente ignorado por la dirigencia que desprecia con el mote de "casta", y lo pone en valor desde la cima del poder?
"El objetivo es avanzar hacia un país ordenado, que cuide sus fronteras y proteja a los ciudadanos argentinos", dijo el vocero. Según trascendió, ya se trabaja en un proyecto de ley al respecto.
Por lo pronto, en su conferencia de prensa de este martes, Adorni indicó que cada casa de estudios podrá instrumentar dicho arancelamiento, con lo que echó leña de modo oblicuo a la hoguera de la guerra presupuestaria que el Gobierno le ha declarado a la educación pública superior, que incluye el empobrecimiento planificado de docentes y no docentes. A las que se nieguen a adherir, el Gobierno les diría que les sobra la plata…
Más allá de que no termina de quedar claro qué se pretende, los cálculos oficiales no incluyen es cuánto gana el país con la captación de recursos humanos valiosos. Como mencionó el responsable del área más sobredimensionada de la administración nacional, es cierto, por ejemplo, que muchos extranjeros estudian Medicina en la UBA, pero también lo es que muchos de esos jóvenes permanecen en la Argentina una vez recibidos y pasan a prestar servicios en los sistemas público y privado.
En lo que hace al cobro de la atención en hospitales –que también sería una posibilidad y no una imposición de la Nación–, puso el ejemplo de lo ya hecho –entre otras provincias, como Mendoza, Jujuy y Santa Cruz– por Salta, lo que, detalló, "generó un ahorro de 60 millones de pesos", monto algo mayor que el equivalente a tres empanadas y que omite las ventajas que tiene para la salud pública la detección y tratamiento tempranos de patologías que, en algunos casos, podrían comprometerla.
Más sustancialmente, habló de terminar con los tours sanitarios, los que, cuando el tipo de cambio lo facilita y no son un negocio de centros de salud privados, sí constituye un abuso que es necesario interrumpir.
Mucho más que dinero
Si el andamiaje legal no le cierra y las cuentas que hace el Gobierno –incompletas en términos de captación de talentos, conocimiento y trabajo, como se dijo– muestran la discutible relevancia económica de esas medidas, la diatriba de Adorni contra la "doctrina garantista", que no tiene nada que ver con el tema en cuestión, termina de explicar la intención.
El objetivo no es otro que la tan mentada batalla cultural, que en este ítem deja bastante tela para cortar.
El nacionalismo o, en un extremo, la xenofobia no han sido, en general, marcas en el orillo de la peculiar cepa de la ultraderecha que nos ha tocado en suerte. Al revés del trumpismo, el lepenismo y el melonismo, por mencionar sólo algunas de países poderosos, la Argentina no es –¿no era?– proteccionista y "soberanista", sino anarcocapitalista y libertaria. Sin embargo, desde hace un tiempo se ha comenzado a notar la creciente influencia de narrativas más vinculadas al mainstream de la ultraderecha internacional, cosa que este medio detectó en el discurso que el Presidente brindó en septiembre ante la Asamblea General de la ONU.
El mismo, en el que se notó la mano del secretario de Culto y Civilización (sic) de la Cancillería, el santicaputista Nahuel Sotelo, abundó en motivos poco esperables en un anarcocapitalista: denuncia del "gobierno mundial" de la ONU y defensa del "soberanismo" frente al "globalismo", esto es la instrumentación de la globalización –buena– por parte del "marxismo cultural" –malo–.
No puede argumentarse que el arancelamiento de las universidades y los hospitales para los no residentes sea xenofobia, sobre todo en un país que, a no ser que se esté trabajando en contrario, seguiría siendo amplio en la recepción de hombres y mujeres de buena voluntad que deseen habitar el suelo argentino. Sin embargo, la aparición de la cuestión de "los extranjeros" y sus presuntos abusos contra la buena fe de una cándida Argentina llama la atención. Si dicho reflejo se extremara, cabría adicionar un nuevo elemento a los que van sedimentando la aparente transición oficial desde una derecha hasta ahora radical hacia una extrema.
Axel Kicillof y un contrapunto de modelos
Una vez más, Axel Kicillof se plantea como el reverso del modelo nacional. La provincia de Buenos Aires aseveró que sus hospitales seguirán atendiendo gratis a todos los pacientes, sin preguntarles dónde nacieron, lo que también demuestra el contenido etéreo de la iniciativa oficial, que no puede pasar por encima de las autonomías provinciales.
El ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, explicó con datos que "las 'medidas' que anuncia el Gobierno nacional (…) sólo buscan provocar, generar odio y resentimiento", y enmarcó el tema de la atención a no residentes en una perspectiva estrictamente sanitaria.
En un hilo de X, narró la realidad de los centros de salud de su distrito, en el que la cantidad de extranjeros internados representó en todo 2023 menos del 1% del total y el de consultas, apenas 0,2%.
Las viejas radios de los taxis
Si no se trata estrictamente de dinero y ni siquiera de planes verdaderamente aplicables, cabe reiterar una pregunta que se formuló al inicio: ¿la batalla cultural mileísta busca generar un nuevo sentido común, de derecha rancia, o más bien está recogiendo elementos ya presentes en el sentir de amplios sectores para apropiarse de ellos y construir política? Las radios de los taxis ya pasaban esa música pegadiza de la vieja AM 10 hace mucho, mucho tiempo.
En ese sentido, ¿cómo cae en "la sociedad" que el Gobierno pretenda cobrar a los extranjeros los mismos servicios que los argentinos abonan cuando salen al exterior? ¿Priman más el instinto básico de la territorialidad y el tribalismo, y el mito populista del extranjero enemigo, o el deseo de mantener un activo tradicionalmente distintivo de nuestro país, el de ser uno de los más amigables con los extranjeros –especialmente con los provenientes de países hermanos– en todo el mundo?
Son preguntas...
Asimismo, ¿qué efecto tienen sobre el grueso de la población medidas como el rechazo a que personas presas puedan reclamar un cambio de género o la propia revocación de los DNI no binarios?
¿Cuál, en un orden diferente, es el impacto de la cancelación de una o dos "jubilaciones de privilegio" tras la imposición de condenas por corrupción, como ocurrió con Cristina Fernández de Kirchner –sin cosa juzgada– y Amado Boudou, quienes probablemente tengan la ley de su lado para protestar, pero se topen con una opinión pública hostil al respecto?