El gobernador Maximiliano Pullaro revisa sus planes y se calza con gusto el traje de actor nacional.
Maximiliano Pullaro estuvo el jueves en Santa Fe, pasada la una de la madrugada, para votar la cláusula que habilita la reelección en la provincia. Diez horas después, el mismo día, se subió a un avión para viajar a Corrientes y bancar a su correligionario Gustavo Valdés. El santafesino cambió la piel: ya no solo se mueve como gobernador y reescribe su futuro.
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La gira que le cambió el pensamiento a Maximiliano Pullaro
Pullaro volvió distinto de su última gira, reciente y breve, por Buenos Aires. El gobernador mantuvo, al igual que seis meses atrás, una ronda de reuniones con actores centrales del mundo privado, pesos pesados de la actividad económica. “Lo querían escuchar”, confiaron a Letra P en el entorno del mandatario. A la par de lo político, los distintos jugadores de Provincias Unidasse esfuerzan por salir a vender que su proyecto tiene sustancia ante los “extremos” que promueven el Gobierno y el kirchnerismo.
El gobernador le compartió a su bloque de laderos más íntimos que se vino con otra mirada. Absorbió de ese conjunto de empresarios una preocupación sobre el presente y el futuro del país que medio año atrás no existía. Por ese entonces le aseguraban sin dudar que Javier Milei era la solución al problema.
Ahora le transmitieron un panorama sombrío. La perspectiva a futuro alarma, pero no por una eventual derrota legislativa de Milei en octubre. La preocupación excede lo electoral y va más allá. “No ven plan y preocupa la gobernabilidad”, añade la fuente respecto de las inquietudes del Círculo Rojo que recogió el mandatario santafesino.
¿Qué hace entonces Pullaro ante eso? Al igual que el resto de los gobernadores de Provincias Unidas, el radical apalanca su relato en la capacidad de gestión y cintura para conducir un Ejecutivo con pragmatismo, sin ponderar lo ideológico. Sensatez, como repite más de uno de los mandatarios del nuevo frente electoral.
Las cosas más claras en Santa Fe
Pullaro, como contó esta semana en detalle Letra P, se aseguró las cartas en Santa Fe. Si quiere, podrá competir por su reelección en 2027. Será la primera vez en la historia de la provincia. Hoy, si bien falta mucho, no tiene rivales lanzados en la oposición. A seguro se lo llevaron preso, pero es el gobernador e impone la agenda de la Bota.
A la par, y mucho más aún desde las últimas semanas, Pullaro tiene decidido convertirse en un actor central de la política nacional. Antes la esquivaba, le decía a todo el mundo que no entendía la lógica del poder desde Buenos Aires, que se llenaba como gobernador. Algo cambió. “Habla más en clave de estadista y no tanto como gobernador”, dice un vocero fiel de la Casa Gris.
La Argentina que viene se construye desde nuestras provincias.
Hoy acompañé en #Corrientes a Juan Pablo Valdés, candidato a gobernador, junto a mandatarios y dirigentes de todo el país. Nos une una misma convicción: trabajar por acuerdos productivos que fortalezcan a nuestras… pic.twitter.com/0symwno0Dt
Semanas atrás, en el aniversario 141 de la Bolsa de Comercio de Rosario, ante empresarios locales y también porteños, Pullaro pasó desapercibido al anteceder la clase de economía a base de Power Point que dio Milei, pero habló de reformas previsional, impositiva y laboral. No en el marco de la Legislatura de la tercera provincia del país: en el Congreso, impulsadas desde la Casa Rosada. “Maxi habló como presidente y Milei como un técnico”, se entusiasma un ministro santafesino de primera línea.
Tampoco pasaron desapercibidas las declaraciones del senador y fundador de Unidos, Felipe Michlig, en Cadena 3. "Queremos consolidar el proyecto a nivel provincial y a partir de 2031 sí buscar que dirigentes como Maxi Pullaro tengan la chance de ser alternativa y protagonistas a nivel nacional. Hay muchísima gente que me pide que Maxi sea candidato", dijo el ladero y padre político del gobernador. Algo se mueve evidentemente.
Los presidenciables dentro del bloque de gobernadores
¿Pullaro quiere ser candidato a presidente en 2027 entonces? “Comprendió que tiene un rol nacional que cumplir, lo que no significa ser necesariamente candidato”, responde uno de los integrantes de su mesa chica. En la carrera de Provincias Unidas por ser opción real y colocar un presidente en 2027, el cordobés Martín Llaryora y el chubutense Ignacio Torres demuestran más ambición, ansiedad quizás. El radical, en cambio, espera, pero ahora –a diferencia de unos meses atrás– lo hace con otra perspectiva ¿Le nació de repente un hambre que no tenía?
Con Valdés como nuevo invitado al armado, la construcción nacional del frente electoral federal ansía la llegada del 26 de octubre, pero aguarda, sobre todo, el día después. Para sumar más dirigencia, pero también para ocupar un lugar de “responsabilidad”, como él mismo le comparte a su entorno.
Los gobernadores creen que tendrán un desafío mayúsculo en la Argentina de noviembre para adelante: ser dadores de gobernabilidad de un Milei que ya demostró que, más allá de la macroeconomía, no tiene nada para dar. “Después de la elección, el tiempo se va a acelerar de manera incontrolable”, augura un funcionario santafesino.