Maximiliano Pullaro sigue de cerca el conflicto de Javier Milei con sus colegas gobernadores pero no tiene planeado alterar los planes que se trazó con Santa Fe como eje rector. La convicción de que el conflicto no le suma y cierta tranquilidad porque casi no tiene flancos abiertos frente al gobierno nacional, entre los motivos.
Si bien acompañó con su firma el comunicado de gobernadores de Juntos por el Cambio en respaldo a Nacho Torres y forma parte de las charlas en el Congreso que buscan alumbrar un acuerdo fiscal que acorrale a la Casa Rosada, Pullaro prioriza sus asuntos provinciales. No quiere meterse en peleas ajenas y cree que el conflicto no le reporta beneficios.
Desde la tranquilidad que le otorga no tener deudas con el gobierno nacional -“estamos sólidos”, dicen a su lado-, el santafesino no se extrañó por el embate de Milei a las provincias, sino que lo tomó como una consecuencia lógica de su forma de hacer política. Cree, además, que la mejora de ciertas variables económicas aún le permite al presidente gobernar sin construir mayorías. “Veremos qué pasa si las necesita”, dicen a su lado.
La estrategia de Maximiliano Pullaro
Pullaro tuvo su capítulo nacional en el marco de la discusión por la ley ómnibus. Allí se puso al frente de la resistencia ante los cambios en el régimen de biocombustibles y la suba de retenciones, dos temas caros al corazón productivo santafesino. Celebró la quita del capítulo fiscal y, ante el fracaso del proyecto y las voces de La Libertad Avanza que lo acusaron de “traidor”, enfrió la disputa con el Presidente.
En el gobierno provincial señalan que las disputas no van por carriles separados y que fueron a discutir a la capital cuestiones que afectaron directamente a Santa Fe. Sin embargo, celebraron que por primera vez la provincia tomara la delantera en la discusión de los temas que le importan a la Región Centro, por delante de Córdoba. Es una de las cosas que destacó el consultor Guillermo Seita en su visita a la Sede de Gobierno.
“La postura quedó clara, es innecesario seguir”, dice un entornista del gobernador. “La mejor carta de presentación es resolver los problemas urgentes de la provincia”, agrega. La reunión con Mauricio Macri, por ejemplo, tuvo una agenda exclusivamente provincial.
El paradigma de un gobierno distinto en Santa Fe
Los movimientos del gobernador denotan la decisión de construir un perfil que antagoniza indirectamente con Javier Milei y sus modos. Un paradigma de gobierno distinto. Mientras el Presidente detona puentes, Pullaro invita a su antecesor Omar Perotti -diputado opositor- a participar de actos de gobierno. “Queremos mostrarle al resto del país que en Santa Fe hay una forma distinta de hacer política; ni mejor ni peor, una forma santafesina”, explican sus espadas al respecto.
De hecho, la falta de diálogo fue el flanco por donde el gobernador le entró -con sutileza- al Presidente tras el conflicto con Nacho Torres: “No digo que no sea legal, pero en el marco democrático en donde los chubutenses también son argentinos se debió consensuar y charlar. Por supuesto que Chubut tiene que pagar sus deudas, como nosotros siempre las honramos”, dijo cuidadosamente en una entrevista con Radio2. Salomónico.
Cuidadoso de las formas y puntilloso a la hora de seguir un plan, el tema no copó su agenda. Prefirió participar de un acto por el inicio del ciclo lectivo, encabezó una reunión de gabinete y se mostró con el gobernador entrerriano Rogelio Frigerio en clave productiva.
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Maximiliano Pullaro presidiendo una reunión de su gabinete en Tostado, Santa Fe
El desafío de cuidar Unidos para Cambiar Santa Fe
Los socios de Unidos para Cambiar Santa Fe coinciden con la decisión de no meterse. Un dirigente de la fauna de la UCR lo resumió crudamente: “Nacho Torres era un héroe del federalismo el viernes y el lunes un boludo que no sabe abrir un email ni leer un contrato. Eso genera Milei, meterse es garantía de que algo vas a cobrar”. En el socialismo suman una lectura pragmática: “Es una pelea por plata y Santa Fe tiene resto presupuestario”, por lo que no le ven el beneficio a pelearse con el Presidente.
Hay un motivo más que sobrevuela el tema: Unidos es una coalición que reúne a todo el espacio no peronista, desde el Partido Socialista que llamó a votar a Sergio Massa hasta el PRO más halcón. Meterse con cuestiones nacionales tensionaría la delicada cohesión del espacio.
Un ejemplo de eso son las declaraciones de Federico Angelini, líder del macrismo duro, quien de la nada señaló al socialismo por el recrudecimiento del problema del narcotráfico cuando conducía los gobiernos del Frente Progresista. De este y otros temas seguramente se hable en la reunión de Unidos pactada para la semana que viene.