El gobernador Maximiliano Pullaro encara la segunda parte de la gestión.
El gobernador Maximiliano Pullaro quiere un bloque de quince senadores de Provincias Unidas.
Maximiliano Pullaro tiene dos cartas sobre la mesa en su cara a cara con 2027. Por un lado, goza de un ancho de espadas único para su estirpe de gobernador de Santa Fe: la chance de pelear por su reelección. Nadie lo consiguió antes. Tiene, además, un naipe de valor enigmático. Oficiar de arquitecto de Provincias Unidas.
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“Cerré el año muy bien”, celebra el santafesino frente a sus laderos. Festeja que, después del palazo electoral del 26-O, gestionó para construir un bloque del frente federal en Diputados y contribuyó de manera central para que Leonel Chiarella se convirtiera en presidente del Comité Nacional de la UCR. Dos señales para semblantear el porvenir de un radical pragmático.
El futuro de Maximiliano Pullaro
De cara al futuro, aún con asuntos por ajustar en Santa Fe, Pullaro tiene claras cuáles son sus posibilidades con mucho tiempo de antelación, después de vivir la primera mitad de su mandato con el látigo bajo el brazo. Marcó la agenda de la política, impulsó reformas de fondos y sometió a la oposición. En el medio, se alzó con una medalla que todos sus antecesores buscaron sin suerte: la reelección.
Con esa carta, Pullaro conduce a todo Unidos con orden. Si no hubiera conseguido la posibilidad de pelear por otro mandato, al gobernador ya lo estarían esmerilando desde adentro de la misma coalición gobernante. Ahora, con el norte en 2031, aún con la posibilidad de perder en 2027, se permite planificar de otra manera, sin sombras amenazantes ni internas que dañen más de la cuenta.
Como publicó Letra P, a su lado nadie piensa en un plan B. La agenda del oficialismo depende pura y exclusivamente del gobernador. Con funcionarios que se imponen y ganan visibilidad, sí, pero detrás del mandatario radical.
Con todo, Pullaro no puede confiarse en 2027 si efectivamente se consolidan los tercios en la provincia. Porque de esa manera, el peronismo recuperará vitalidad y La Libertad Avanza le come votos a Unidos. En criollo, Pullaro ganó mucho más de lo que perdió desde que asumió, pero no puede permitirse descansar sobre los laureles. Los comicios provinciales le dejaron saldo positivo este año, pero las legislativas nacionales encendieron luces de precaución.
Alertas de la gestión de Unidos en Santa Fe
Por ese motivo, no es casual la bajada de línea que recibió todo el gabinete -primeras, segundas y terceras líneas– antes de que cierre el año. “Hay que estar más encima de los expedientes. Más oficina y menos redes”, fue el mensaje que desparramó la Casa Gris. Pullaro quiero que los programas de gestión se movilicen y lleguen, realmente, al territorio, a las localidades.
En el mismo sentido de la autocrítica, no son pocos los funcionarios que sienten que la relación con el gremio docente resultó fallida y está prácticamente rota. Avanzar contra los sindicatos permitió garantizar 180 días de clase al año, pero detonó el vínculo con los maestros, que sufren por sueldos a la baja y declaraciones hirientes del gobierno provincial.
El gobernador santafesino, por otro lado, amasija una carta de dividendos desconocidos por el momento. Pullaro pasó, como todos los gobernadores de Provincias Unidas, de la arenga que prometía “poner un presidente en 2027” a morder el polvo de la derrota y ensombrecer el futuro del espacio.
Pullaro sostiene a Provincias Unidas
Por sus movimientos posteriores al 26-O, el mandatario radical seguirá como armador central del frente federal, operando sobre el bloque legislativo en el Congreso, apoyándose en la exvicegobernadora Gisela Scaglia como jefa de la bancada en la Cámara de Diputados y rosqueando durante el verano para crear un interbloque en el Senado.
De yapa, seguirá orbitando sobre el radicalismo de la mano de Chiarella. “Provincias Unidas puso el presidente de la UCR”, se entusiasma un pullarista que todavía cree en la construcción federal.
En su camino a 2027, Pullaro no puede permitirse verse aliado del kirchnerismo, pero sí darle concesiones al gobierno de Javier Milei, como hizo con el Presupuesto 2026 en el articulado general. Al mismo tiempo, le demora la foto al ministro del Interior, Diego Santilli, hasta tanto reciba un compromiso solvente a sus pedidos de parte de la Casa Rosada.
Esa es su receta. Hacia dentro y hacia fuera de Santa Fe. Con cartas claras, casi marcadas. Una potente y otra expectante. Con mucho pragmatismo y “sentido común”, como dice Chiarella.