CÓRDOBA

Martín Llaryora aprovechó el desbande opositor y se suspendió la sesión en la Legislatura

Sus alfiles en el recinto se salieron con la suya y evitaron el debate, que prometía ser picante. La estrategia y las fisuras que usó el Partido Cordobés.

El gobernador Martín Llaryora salió airoso de lo que prometía ser una sesión picante en la Legislatura de Córdoba. La oposición naufragó en el intento de conseguir el cuórum de 36 legisladores pese a que el oficialismo decidió no sesionar cada semana, como es costumbre. “No quieren trabajar”, fue la frase más repetida en la puerta del recinto.

Ante las criticas de los referentes del interbloque de Juntos por el Cambio, el oficialismo salió a bancar la parada en voz del presidente provisorio del cuerpo, Facundo Torres Lima. "Estamos esperando que junten el quórum. Las puertas están abiertas", replicó.

Lo sucedido configuró un triunfo para Llaryora, quien gracias a los oficios de centuriones como Miguel Siciliano, logró desactivar una convocatoria que amagaba con un temario desfavorable, como la incertidumbre en torno al inicio del ciclo lectivo.

El traspié dejó en evidencia que la oposición, integrada además por La Libertad Avanza, el Frente de Izquierda y los Trabajadores, Unión por la Patria, la Coalición Cívica y Encuentro Vecinal, está lejos de hacer tambalear al Partido Cordobés. Al menos por ahora.

Martín Llaryora, de festejo

Sin embargo, para llegar a la meta, mucha agua corrió debajo del puente 24 de septiembre, cercano a la Unicameral y a la vera del río Suquía. Con la nueva configuración legislativa, ninguno de los 11 bloques cuenta con la mayoría absoluta. Algo inédito en la historia de la democracia de Córdoba.

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Por ello, el oficialismo diseñó una estrategia que le permita alambrar humores opositores, planteando la necesidad de buscar consenso político para sesionar cuando “haga falta”.

Hasta el año pasado, por uso y costumbre, las reuniones se hacían una vez por semana. “No vamos a sesionar porque sí”, avisaron desde Hacemos Unidos por Córdoba. Además del conflicto docente, en el orden del día estaba el pedido de informes sobre el uso del avión sanitario por parte del gobernador para viajar a Buenos Aires.

Críticas de Juntos por el Cambio

Con Whatsapp abierto, desde el oficialismo empezaron a “ablandar la milanesa” con mensajes a opositores dialoguistas, en especial para un sector del llamado "intendentismo" para mellar la convocatoria.

"Lo que pasó con Dante Rossi en la última sesión del año pasado fue puntual. Tiene temor de las facturas internas. En el fondo saben que están al medio", lanzaron operadores del oficialismo. Desde muy temprano, la oposición anticipó que daban los números. Incluso se especuló con superar la cantidad necesaria de 36 legisladores. Pero a la hora señalada, el convite quedó trunco.

“Nos pagan para venir a trabajar. Queremos sesionar y el oficialismo se pone de espaldas a la gente que votó”, lanzó Alejandra Ferrero, presidenta del interbloque de Juntos por el Cambio. En tanto, Gregorio Hernández Maqueda, de la Coalición Cívica, indicó que “se rompió una tradición política en Córdoba" e insistió: "Es un golpe populista de Llaryora”.

En tanto, Luciana Echavarría (FIT-U), que presentó un proyecto para que los representantes cordobeses en el Congreso rechacen el DNU de Javier Milei, dijo que se trata de una Legislatura “con las mismas mañas que la anterior”.

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Agustín Spacessi, de La Libertad Avanza, fue mucho más directo al repartir culpas a todos. “Hay fuertes críticas para el oficialismo, que no baja a trabajar, para Juntos por el cambio, al que le faltaron legisladores y al kirchnerismo (sic), que tampoco bajó. Sólo La Libertad Avanza se sentó en la banca”, señaló a Letra P.

Córdoba revuelta

Un rápido poroteo de ausentes daba cuenta de la ausencia del radical Ariel Grich, quien tuvo un leve accidente mientras se dirigía hacia la capital desde Monte de los Gauchos, en el departamento Río Cuarto. El otro apuntado fue Federico Alesandri, el peronista referenciado en Unión por la Patria.

Al respecto, el legislador oriundo de Embalse protagonizó un fuerte cruce con Spacessi, a quien acusó de “señalar con el dedo” a quienes no habían dado el cuórum. “Si no se llegó al número, no es mi problema. Yo estoy para sesionar cuando haga falta. Esto marca la mediocridad de algunos”, sostuvo. La réplica libertaria no se hizo esperar. “No te vi cuando fuimos a sentarnos”, lanzó el libertario reiterando la crítica.

Más allá de la pirotecnia verbal, lo concreto es que se trató de un nuevo capítulo con mucha espuma, demasiada para apenas dos meses de actividad legislativa. El nuevo round será el próximo miércoles, salvo que llegue la contraorden.

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