Que la pobreza trepara al 52,9%, como midió el INDEC para el primer semestre de la administración libertaria, es un dato más. Lo que sí le importa a la Iglesia es que, detrás de ese porcentaje, hay 25 millones de personas en situación de vulnerabilidad social. Por eso, analiza pedirle a Javier Milei que declare la emergencia alimentaria.
Para formularle ese pedido al Presidente, los católicos toman también en cuenta el dato de la indigencia: 18,1%. Esto implica que hay 8,5 millones de personas en esa condición, una cifra que los obispos católicos califican de “escandalosa en la tierra bendita del pan”.
Fuentes eclesiásticas confirmaron a Letra P que las autoridades de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) evalúan pedirle formalmente a Milei que “escuche el grito de los pobres” y declare “en forma urgente” la emergencia alimentaria en todo el país.
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La pobreza en la era Javier Milei
Referentes eclesiásticos consultados por este medio reconocen que las desigualdades sociales son “estructurales” y producto de “décadas de malas gestiones gubernamentales”, pero atribuyen la situación actual a la megadevaluación de diciembre, en el inicio de la gestión libertaria, y el aumento “desmedido” de los precios de los alimentos que se dieron tras la llegada del economista anarcocapitalista a la Casa Rosada.
Las razones del pedido de la Iglesia
Las fuentes eclesiásticas consultadas por Letra P consideraron que, tomando en cuenta que los índices de pobreza e indigencia están llegando a valores de 2001, el pedido de la declaración de la emergencia alimentaria puede contribuir en dos direcciones:
- Una administrativa, a fin de agilizar los mecanismos del Estado tendientes a la provisión “urgente” de alimentos en los sectores más vulnerables.
- Otra política y social, con el objetivo de llevar un “mensaje claro” a la dirigencia para que las personas más desfavorecidas, sobre todo en periferias y barriadas populares, sean puestas en “el centro de los esfuerzos y las políticas públicas".
Prédica social del papa Francisco
Tras las críticas de dirigentes políticos al papa Francisco por su reivindicación de los movimientos sociales, varios obispos salieron a defender el evangelio social del pontífice de origen argentino y a expresarse en contra del mandamiento libertario de que "la mejor política social es el equilibrio fiscal".
“No hay oposición entre una macroeconomía sana y la justicia social, pero sí tenemos que buscar cómo complementamos las dos cosas", planteó el obispo sanisidrense Oscar Ojea, titular del Episcopado.
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Javier Milei recibió a la cúpula de la Iglesia
NA
El arzobispo mendocino Marcelo Colombo, vicepresidente de la CEA, sumó su voz y subrayó la necesidad de manifestarse en contra de un ajuste, en pos de un equilibrio fiscal, que la administración libertaria considera prioridad y golpea a los sectores más desprotegidos.
“Debe ser parejo. El ajuste debe recaer sobre quienes lo pueden aceptar, como se prometió en campaña”, le recordó el prelado al Presidente.
Comedores y Estado presente
Como viene contando Letra P, dos de las medidas del gobierno mileísta expusieron las diferencias entre las autoridades gubernamentales y un sector mayoritario de la Iglesia que hace otra lectura de la realidad social y reclama medidas de contención.
Uno es el cambio en la modalidad de envío de alimentos a los comedores comunitarios dispuesto por la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, y el posterior escándalo por la retención de bolsones de comida en depósitos ministeriales; otro, el recorte del Fondo de Inversión Social Urbano (FISU), que se destina a los procesos de integración de estos asentamientos precarios.
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La Iglesia le reclamó a Javier Milei la restitución del FISU
Cáritas Argentina
“Más allá de los números, la pobreza y la indigencia hipotecan vidas. Tienen rostros humanos concretos y hay que abordarlos desde distintos ángulos”, planteó un vocero de Cáritas Argentina consultado por Letra P y advirtió: “El Estado no puede hacerse el distraído”.
En este sentido, el vicepresidente de la entidad caritativa, obispo Gustavo Carrara, estimó necesaria “una presencia inteligente del Estado, que aborde esas situaciones en diálogo con la comunidad”.
“Hay políticas públicas que se han desarrollado, como los procesos de integración social urbana, que el papa señalaba como uno de esos temas importantes", puntualizó el obispo, que vive y trabaja pastoralmente en la villa 1-11-14 del Bajo Flores porteño.