La Legislatura bonaerense hierve de rosca. Pese a que el oficialismo de la provincia de Buenos Aires ya convocó a una sesión preparatoria en la Cámara de Diputados para el próximo miércoles, en la que se renovarán todas las autoridades del cuerpo, Juntos por el Cambio no logró definir quién presidirá su bloque, en un recambio obligado por la mudanza del radical Maximiliano Abad al Congreso. La UCR pretende retener ese lugar y promueve el nombre de Diego Garciarena, mientras que persisten indefiniciones en el PRO, que se divide en tres sectores.
La falta de consenso entre los partidos se debe, en buena medida, a que los acuerdos en la provincia de Buenos Aires están supeditados a lo que suceda a nivel nacional. De hecho, hay expectativas sobre el desenlace de la novela que protagonizan el PRO y La Libertad Avanza para confluir en un nuevo sector que responda de manera directa a Javier Milei y Mauricio Macri, los líderes de ambos espacios, que construyeron el Pacto de Acassuso.
Si este escenario nacional se hiciera realidad, se podría abrir un nuevo debate que los ayude a salir del laberinto en el que se encuentran desde el domingo del ballotage: la creación de una figura que existe en el Congreso, pero no en la Legislatura bonarense: el interbloque les permitiría a liberales, macristas, larretistas, lilitos y radicales crear un gran espacio antikicillofista sin que el bloque actual estalle por los aires.
El radicalismo orgánico
El partido centenario eligió como próximo presidente de bloque a Garciarena, que encabezó la lista para la Cámara de Diputados por la Quinta sección electoral. Abogado, alfonsinista y excandidato a intendente en General Pueyrredón por el extinto Frente para la Victoria, responde hoy de manera directa a Abad y, de hecho, por esa relación fluida es una cara conocida en ámbas cámaras de la Legislatura.
A Garciarena lo acompañan ocho bancas que responden de manera orgánica a Abad y se suma Pablo Domenechini, el principal referente de Evolución, la corriente intera que lidera Martín Lousteau, en el territorio bonaerense, mientras que las restantes cuatro que tiene el radialismo díscolo - Anahí Bilbao, Viviana Dirolli, Nazarena Mesías y Matías Civale - promovían un nombre propio. Éste última propuesta no prosperó y todo el partido se inclinó por el marplatense. Aun con ese respaldo, falta el OK final de los demás socios de la alianza.
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Néstor Grindetti y los halcones
El excandidato a gobernador bonaerense y un grupo de dirigentes buscan que la conducción de la principal bancada opositora sea para Adrián Urreli, uno de los dirigentes que cuida los intereses de los municipios amarillos. De sobrada experiencia legislativa y con el favor de los escaños que también responden a Cristian Ritondo, en este sector tampoco descartan desistir de estas pretensiones si le garantizan la vicepresidencia de la Cámara, cargo que Urreli ocupa desde 2021.
Santilli, Angelici y más
Otros dos nombres cierran la terna de presión amarilla. Por un lado, Agustín Forchieri, armador político clave de Diego Santilli y uno de los principales operadores en el grupo de dirigentes que no gobiernan sus distritos; por el otro, Fernando Rovelo, un diputado de bajo perfil político y mediático pero puente principal del acuerdo histórico que tienen Jorge Macri y Daniel Angelici.
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Escoltado por El Colorado, que se perfila como uno de los próximos conductores de la oposición bonaerense, Forchieri se mostró hace unos días en una mesa junto a otros legisladores - en ejercicio y electos - en una demostración de fuerza interna local. El caso de Rovelo es distinto, porque su nombre en el bolillero está determinado por la cúpula del partido, aunque hay quienes creen que la presión que ejercen a través de él es parte de una estrategia mayor para negociar otros lugares relevantes.
Si el radicalimo, a través de Garciarena, y el macrismo, con Urreli, ratifican la presidencia del bloque y la vicepresidencia de la Cámara, en un acuerdo que los mantuvo unidos en los últimos años, es una incógnita qué lugar le deparará a Fabián Perechodnik, un dirigente con buenos vínculos a ambos lados de la grieta interna y línea directa con la mayoría de los liderazgos nacionales que tiene, en la actualidad, la vicepresidencia cuarta del cuerpo.
Como sea, todo indica que una nueva mesa de conducción para este caso determinará las futuras autoridades y las posibles alianzas con otros sectores. Se sientan en ella el primo Macri, Ritondo, Grindetti y Santilli. "No tenemos todo resuelto, pero esperamos encontrar los consensos para mantenernos unidos y definir autoridades políticas antes del miércoles", dijo a este medio una fuente al tanto de la rosca parlamentaria.