Con la victoria en Chubut, Juntos por el Cambio llega a la interna que librará en dos semanas en las PASO con un saldo favorable en los comicios para cargos ejecutivos celebrados este semestre en las provincias, en los que acumuló siete victorias. Tres fueron en elecciones primarias, pero en dos de ellas sus candidatos son claros favoritos para imponerse en las elecciones generales.
El oficialismo panperonista sólo pudo festejar en cinco provincias, la misma cantidad de triunfos obtenidos por fuerzas provinciales, que continúan ganando terreno en el tablero nacional. El precandidato presidencial de Unión por la Patria (UP) Sergio Massa se acercó a varios de los gobernadores de partidos locales y confía en tenerlos de aliados si llega a la Casa Rosada.
Las dos provincias que no tienen elecciones para la gobernación este año (Santiago del Estero y Corrientes) tienen al mando a un oficialista y a un opositor (Gerardo Zamora y Gustavo Valdés) y en las cinco que lo harán en simultáneo con los comicios nacionales hay un pronóstico de paridad entre UP y Juntos por el Cambio. De esta manera, el escenario federal que afrontará quien asuma la Presidencia en diciembre será heterogéneo, sin una única liga de gobernadores y con un recambio generacional que hará más complejas las negociaciones.
El fin de los reinados
Juntos por el Cambio tiene más para festejar porque logró retener con claridad las provincias que puso en juego, Mendoza y Jujuy, y se impuso en tres con hegemonías peronistas que se estiraban desde hacía décadas, San Luis, San Juan y Chubut. La primera dejó atrás 40 años de dominio del PJ y las otras dos, 20 cada una.
La UCR tuvo su victoria más importante de este siglo con el triunfo de Maximiliano Pullaro en las primarias de Santa Fe, la tercera provincia del país en cantidad de votantes. Al menos por ahora, Pullaro y el mendocino Alfredo Cornejo no tienen rivales de peso y casi con seguridad serán gobernadores desde diciembre.
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En Chaco sí habrá una pelea fuerte en septiembre, con otro dominio peronista en juego, el del gobernador Jorge Capitanich. Con apoyo del mandatario de Corrientes Gustavo Valdés, el radical Leandro Zdero ganó la interna de JxC y la coalición fue el frente más votado. Si retiene esos votos, puede provocar otro cimbronazo, en este caso ante un rival identificado con Cristina Fernández de Kirchner.
La victoria lograda este domingo por Ignacio Torres en Chubut también dejó atrás dos décadas de gobiernos peronistas, que se iniciaron con Mario Das Neves y atravesaron las diferentes vertientes de las internas nacionales. El triunfo del PRO rompió ese secuencia, un golpe similar al que intentará dar Rogelio Frigerio en Entre Ríos.
Los otros desafíos para el partido que fundó Mauricio Macri son mantener el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que controla desde 2007, y recuperar la provincia de Buenos Aires. Con la UCR de protagonista, JxC buscará dar un batacazo en Catamarca y en Santa Cruz.
La resistencia oficialista
Con sus diferentes alianzas locales, el peronismo retuvo las gobernaciones de La Pampa, Tucumán, La Rioja y Formosa, provincias que gobierna desde la recuperación democrática, con la única interrupción del tucumano Domingo Bussi en 1995.
JxC viene siendo competitivo en estos distritos, pero no le alcanzó para imponerse. En La Pampa quedó a casi seis puntos con la derrota del radical Martín Berongharay ante el gobernador Sergio Ziliotto, favorecido por una tercera fuerza peronista que le permitió festejar sin llegar al 50%. Fue lo que evitó Claudio Poggi en San Luis aliándose con Adolfo Rodríguez Saá.
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La Rioja había tenido un crecimiento de JxC con la victoria en las legislativas de 2017, pero empezó a desinflarse pese a que un sector del PJ se mantuvo en la oposición con el padrinazgo de Horacio Rodríguez Larreta. Ricardo Quintela ganó con claridad y hasta se anima a debatir una reforma constitucional.
En Tucumán JxC estuvo cerca en 2015 y casi gana las legislativas de 2021, pero la estructura local del PJ volvió a prevalecer pese a que una parte se fue con la oposición. El sistema de acoples alienta la participación y la mantuvo en la media histórica, a diferencia del resto de las provincias. Suficiente para la consagración de Osvaldo Jaldo.
Gildo Insfrán no tuvo riesgo en Formosa, favorecido por la interna de JxC y la aparición de un candidato libertario; mientras que en Tierra del Fuego Gustavo Melella mantuvo su sello local y ganó con amplitud, pero se alió a los intendentes de La Cámpora, posicionados como sucesores.
El peronismo intentará festejar en Buenos Aires, Catamarca y Santa Cruz, pero se sabe con menos chances en la Ciudad y en Entre Ríos, por lo que en diciembre deberá abrir el diálogo con otras fuerzas para unificar reclamos provinciales.
Partidos locales
El provincialismo ya es una marca de época y Juntos Somos Río Negro, su creación más reciente. Aliado a un sector del peronismo, se impuso con el senador Alberto Weretilneck, quien en estos años fue socio del oficialismo y tuvo buena relación con Massa.
El tigrense puede adjudicarse la reelección que consiguió Gustavo Sáenz en Salta a través de un frente local. Fue su compañero de fórmula en 2015 y mantiene una sociedad que se mantendrá si el ministro llega a la Casa Rosada.
Intentó un vínculo similar con Rolando Figueroa, diputado del MPN pero electo gobernador por una escisión de esa fuerza que tuvo un respaldo del PRO local. Con todo, Figueroa se define autónomo, aunque se reunió con Massa y elogió su política energética.
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El ministro pudo festejar en Misiones, donde el partido local, el Frente Renovador para la Concordia, retuvo el poder provincial que controla hace dos décadas, con la victoria de Hugo Passalacqua. Luego, armó un frente local con Unión por la Patria para las elecciones legislativas.
En Córdoba, Martín Llaryora mantuvo la hegemonía del peronismo local, autónomo de cualquier jefatura nacional, y con sus críticas a los "pituquitos de Recoleta" anticipó que seguirá en esa línea.