SALTA (Corresponsalía Norte Grande) El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, logró una cómoda reelección en las elecciones provinciales de este domingo al reunir el 47,3% de los votos y una ventaja de 30 puntos sobre el segundo, el radical Miguel Nanni, postulante de Juntos por el Cambio (JxC), cuando ya se llevaba el 99% de las mesas escrutadas y con una participación del 71% del padrón. El dato sobresaliente de la jornada fue el resultado en la capital provincial, en donde Emiliano Durand, del Frente Vamos Salta, con el 37,5% de los sufragios frenó el intento de reelección de la intendenta Bettina Romero, del Frente Unidos por Salta, que alcanzó el 20,3%. Ambos llevaban en su boleta a Sáenz y sumaron sus votos a cosecha del mandatario, pero la derrota hirió las aspiraciones provinciales de la hija y nieta de exgobernadores.
El resultado sin atenuantes del candidato de la heterogénea Alianza Gustavo Gobernador se vio favorecido por los numerosos inconvenientes que tuvo la oposición, que se presumía competitiva, para armar la fórmula que debía enfrentar al oficialismo. Nanni alcanzó el 17,3% de los votos, apenas un punto por sobre Emiliano Estrada, del Frente Avancemos, que raspó un 16,1%. Estrada, diputado nacional de origen peronista cerró un acuerdo con el partido Ahora Patria, del sojero Alfredo Olmedo, que le garantizó presencia territorial en toda la provincia.
A las 21, Sáenz hizo gala de su impronta provincialista y habló desde su sede partidaria en un mensaje a la dirigencia nacional, en la que no hizo referencia a la coalición gobernante ni a la oposición de manera directa, pero apuntó directo contra la grieta. "Nosotros somos dirigentes de distintos partidos y esto debe servir para que se den cuenta que se puede opinar distinto, que hay que terminar con la lógica de amigo y enemigo", lanzó.
Tras la difusión de los resultados, el gobernador reelecto recibió salutaciones de figuras oficialistas y también de JxC, en un show del abrazo interesado. Uno fue el ministro de Economía, Sergio Massa, con quien compartió fórmula en 2015 como su candidato a vicepresidente. Se espera que esta semana haya una foto de ambos, porque el mandatario salteño tiene previsto un viaje a Buenos Aires.
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Romero, a boxes en diciembre
La capital salteña es el departamento con mayor cantidad de votantes: 448.652, casi la mitad del padrón provincial. El impacto de la pelea entre Bettina Romero y Durand, igualmente, trascendió lo numérico. La derrota de la intendenta enmudeció a la sede del Frente Unidos por Salta por las consecuencias inmediatas y porque el revés frenó en seco su intención de intentar suceder a Sáenz dentro de cuatro años. También el resultado pegó fuerte en el ámbito legislativo. Al cierre de esta nota, el revés se hacía sentir en el Concejo Deliberante porque este espacio se quedaba sin representantes.
La intendenta llegó al poder municipal en 2019 aliada a Sáenz, su antecesor, que saltó a la gobernación. El acuerdo con el romerismo fue parte del ascenso del mandatario, pero la posibilidad de Bettina de lograr un segundo mandato la posicionaba de cara a 2027 para intentar convertirse en la primera mujer en manejar el Ejecutivo provincial. La Constitución de Salta le permitirá a Sáenz aspirar a un tercer mandato, pero la integrante de la dinastía Romero (su abuelo Roberto fue el primer gobernador tras la última dictadura y su padre, el senador Juan Carlos, fue tres veces mandatario provincial) podía plantarle pelea y poner en crisis el pacto que los trajo de la mano hasta hoy. Ahora, el resultado obligará a barajar y dar de nuevo a un sector tradicional de la política local, donde el senador Romero juega de aliado a Juntos por el Cambio (JxC) en la Cámara alta.
Antes del discurso del mandatario reelecto, en un inocultable clima de desazón, Bettina Romero se dirigió a la militancia que la esperaba. Primero felicitó a Durand y luego habló de "garantizar que estos próximos meses sean como corresponden, con una transición prolija, honesta y verdadera". Uno de los principales interrogantes de este espacio para el futuro cercano es qué hacer en las elecciones legislativas de octubre, que se realizan junto con las presidenciales. El magro resultado augura una mala cosecha y temen que se produzca una diáspora de la dirigencia y la militancia, ante la pérdida de espacios para mantener la estructura partidaria.