El gobernador Gustavo Melella continuará durante cuatro años más al frente del Ejecutivo de Tierra del Fuego tras imponerse en la elección de este domingo por una ventaja que le permite asegurarse la victoria sin la necesidad de disputar una segunda vuelta, por superar el 50% de los votos. En la continuidad del proceso iniciado en el 2019 lo acompañará la vicegobernadora Mónica Urquiza, del Movimiento Popular Fueguino, que volvió a secundar al mandatario en la fórmula ganadora.
Más allá de la buena imagen sobre su gestión y de los acuerdos que en los últimos meses volvieron a unificar a las fuerzas del oficialismo, a Melella lo ayudó la oposición. Luego de una batalla que incluyó denuncias cruzadas y cierres de alianzas de modo intempestivo, Juntos por el Cambio (JxC) se partió y llevó dos listas distintas a la contienda de este domingo. El diputado del PRO Héctor “Tito” Stefani fue el segundo candidato más votado, aunque diez puntos por detrás del voto en blanco. Por otra parte, al senador radical Pablo Blanco no le sirvió el sello de la coalición opositora para evitar quedar detrás de la opción libertaria de Republicanos Unidos, que encabezó la pastora evangélica Andrea Almirón.
“Nos tocaron los peores momentos, pero en los momentos más duros es cuando se ve la templanza y lo mejor de la gente”, dijo Melella ante los festejos de la militancia. “Hoy no ganó una fórmula ni un partido, ganamos todos los fueguinos y las fueguinas que pasamos juntos por peores momentos y vamos a estar juntos para los mejores”, aseguró el mandatario reelecto.
Las razones del triunfo
Como adelantó Letra P, uno de los motivos del subidón que experimentó la imagen del mandatario reelecto se explica a partir del rebote económico experimentado luego de la pandemia, justo cuando la economía comenzó a representar el dolor de cabeza principal para el gobierno nacional. En Tierra del Fuego se multiplicó el empleo en los tres principales rubros: construcción, industria y turismo. Según los datos difundidos por la gobernación, sólo en el último año se crearon 3 mil puestos de trabajo en el sector privado.
Melella es, además, un abanderado del parque industrial de Río Grande, principal polo de la industria electrónica, pero también una aspiradora de dólares para la importación y pesos que no se recaudan por las exenciones fiscales, que según el último presupuesto absorben el 0,35% del PIB.
Políticamente, las virtudes del oficialismo no se explican sólo a partir de división del cambiemismo que se profundiza con la dispersión generada a partir de la candidatura de Almirón. También resulta fundamental el apoyo de los intendentes de las tres principales ciudades, que este domingo fueron reelectos: Walter Vuoto en Ushuaia, Martín Pérez en Río Grande y Daniel Harrington en Tolhuin. El gobernador sumó como primer candidato a legislador provincial al radical Federico Sciurano, exintendente de Ushuaia, emigrado desde JxC y cansado de las internas.
La interna opositora
Uno de los puntos más llamativos del domingo fueguino fue la gran cantidad de votos en blanco que se registraron en la elección. Algo que, según el propio gobernador, solía darse en el tramo legislativo, pero que nunca había tenido tanto impacto en el tramo Ejecutivo. Esta vez, fue del 21%. “Sin duda es un llamado de atención, la gente se cansa a veces de los procesos políticos, de tanta mala onda y tantas discusiones”, dijo Melella al ser consultado por la prensa.
Por debajo del voto en blanco se ubicó el resto de las listas, entre ellas las que encabezaron Stefani y Blanco, un diputado del PRO y un senador radical que tensaron la discusión de JxC al punto de romper el frente opositor. “El voto en blanco canaliza el descontento de la sociedad, la falta de una oposición unida y la complejidad de un sistema electoral plagado de vicios de la vieja política para favorecer a los que se quieren perpetuar en el poder”, dijo Stefani, y apuntó con dureza a su socio nacional al acusarlo de ser “funcional al gobernador del kirchnerismo”.
“Su único interés era ir en contra de Juntos por el Cambio con acuerdos a las escondidas con el oficialismo”, recriminó el diputado amarillo, que valoró la representación “que obtuvo el espacio de Javier Milei”. “Tenemos muchos puntos en común y habrá que trabajar de cara a lo que viene para lograr acuerdos que beneficien a los fueguinos”, afirmó.
Blanco dijo que “Stefani estaba jugando otro juego”. “No conformó Juntos por el Cambio, no cumplió con las normativas de la mesa nacional”, señaló, mientras negó las acusaciones del diputado y aseguró que está “con un proyecto completamente distinto" al de Melella. “Por más que haya sacado los votos que haya sacado, yo sigo convencido de que este proyecto nacional nos llevará al fracaso”, afirmó el radical.
La próxima interna
En el apoyo de los intendentes se abre el nuevo desafío que marcará a la política fueguina durante los próximos cuatro años. Desde Ushuaia, Río Grande y Tolhuin, Vuoto, Pérez y Harrington encabezarán un proceso en el que el oficialismo se empezará a jugar la renovación.
Vuoto y Pérez son dos de los hombres más fuertes de La Cámpora en el sur del país, que ya supieron confrontar con Melella durante su tiempo como intendente de Río Grande. Tras la victoria de 2019, el acercamiento del gobernador a Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner aproximó posiciones, aunque la alianza estratégica no estuvo exenta de tironeos a lo largo de los cuatro años que marcaron el primer tramo del hombre de FORJA en la gobernación.
Si bien las partes forjaron una alianza, nadie se anima a pronosticar cómo continuará la convivencia en el devenir inmediato. A nivel nacional, FORJA sostiene buenas relaciones con el universo K, pero Melella fue uno de los gobernadores que más agitó los frustrados intentos reeleccionistas de Fernández, lo que no cayó muy bien en el kirchnerismo más duro.
Tanto el gobernador como los intendentes reividicaron el trabajo conjunto este domingo. Lo que siga tras el triunfo es una gran incógnita.