El Presidente Troll

La tapa de Time: para Javier Milei, una imagen y un tuit valen más que mil críticas

El ecosistema libertario militó la portada, pero escondiendo los tramos negativos. La épica 2.0 para la construcción de un liderazgo con las reglas de Twitter.

No es probable que Javier Milei haya visitado el despacho de María Romilda Servini, la jueza Barú Budú Budía, como la bautizó el coro que salió a defender al mítico Tato Bores de la censura previa que impidió que saliera al aire un sketch que la mencionaba. Si hubiera ido, habría visto la colección de tapas de la revista Humor que satirizaban a la magistrada, incluyendo el famoso dibujo que la mostraba en la cama con Carlos Menem. "Que hablen bien o mal... lo importante es que hablen de mí", opinaba Salvador Dalí. Servini y Milei, en épocas distintas pero bajo la misma lógica mediática, ahora con conceptos actuales como posverdad, suscriben esas palabras.

Los argentinos que fueron portada de la prestigiosa revista Time son contados con los dedos de las manos, si bien -para variar- los libertarios exageran y dicen que fueron sólo tres. Antes de Milei, el último había sido Lionel Messi y el anterior presidente argentino fue Menem, homenajeado por el actual. "¿Puede este hombre salvar a la Argentina?”, se preguntaba la publicación. El título del libertario es aún más for export: "El radical: cómo Javier Milei está sacudiendo al mundo".

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Al mileísmo no le importa que en las páginas interiores el perfil de Time describa al Presidente como "el jefe de Estado más excéntrico del mundo" ni que ponga en duda el éxito de su modelo, si las reformas estructurales que auspicia podrán sortear la reacción social ante la crisis. La tapa, con un retrato que lo muestra tal como se preocupa por lucir en las selfies que tuitea, le alcanza para vanagloriarse de lo que dijo en la reciente entrevista en LN+: "Soy el segundo líder mundial". La entrevista con su formato pregunta-respuesta está aparte.

Quienes lo critican simplemente "no la ven". Al mileísmo que fue a escucharlo cantar al Luna Park le basta ver una tapa de un importante medio extranjero para cimentar la construcción mesiánica del movimiento. Aporta la épica el propio Milei, que sortea un complejo de inferioridad cada vez que puede al jactarse de la meteórica carrera que lo llevó al poder. "FENÓMENO BARRIAL", tuiteó el Presidente. Utiliza la frase, toda en mayúsculas, para ufanarse de la repercusión que causan sus intervenciones fuera del país.

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Carlos Menem, musa inspiradora de Javier Milei, en la tapa de Time: "¿Este hombre puede salvar a Argentina?".

Carlos Menem, musa inspiradora de Javier Milei, en la tapa de Time: "¿Este hombre puede salvar a Argentina?".

A pesar de los cimientos territoriales del peronismo y del papel en el que ella se visualizaba en el tablero internacional, la misma revista apenas le dedicó una nota interior a Cristina Fernández de Kirchner. En 2017, cuando la expresidenta fue candidata a senadora, la llamó "la Hillary (Clinton) latina".

Los números de Javier Milei

A ocho horas de ser posteada, la tapa de Time tuvo cinco mil retuits. El mismo perfil de la revista grafica a un Milei obsesionado con la opinión pública 2.0. El Presidente repite que detecta "rápidamente" los problemas por seguir las tendencias en las redes sociales y por eso puede generar soluciones veloces. Suele poner de ejemplo la polémica por el aumento de su sueldo y los de su gabinete. En cambio, hace silencio ante la suba del dólar blue, mientras el ecosistema libertario llamó este jueves a bloquear las cuentas que difunden el paralelo, una campaña de tonalidad más kirchnerista que de amantes del libremercado.

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En la previa del acto que protagonizó en el Luna Park, un integrante de la mesa chica presidencial admitió una verdad que podría incomodar: Milei es el único presidente del mundo capaz de protagonizar semejante show. Lo que no decía era en qué contexto, con la caída de la actividad económica, la escalada del blue, a las puertas de un paro docente y el mismo día en que el Senado volvió a patear el dictamen de la ley ómnibus. La foto del día sería otra: el libertario cantando arriba de un escenario, una imagen superficial que es apenas la punta de un iceberg.

Como el primer presidente troll, Milei dicta las reglas de su administración con la lógica de las redes sociales, donde una selfie vale más que mil palabras y la capacidad de concentración dura lo que un reel de Instagram. Con una agenda de la buena pipa, que va y viene con la novela de la ley ómnibus XS y el fallido Pacto de Mayo -ahora en la Casa Rosada dicen que podría ser en junio o julio pero manteniendo el nombre-, las sorpresas y las polémicas alimentan la gestión libertaria.

La última fue el conflicto con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, con acusaciones cruzadas que parecen sacadas de un debate de Twitter y no de un manual de diplomacia de crisis. Milei la supervisó, otra vez, tomando la temperatura en Twitter, jactándose de ser trending topic y de los hashtags motorizados por el ecosistema libertario contra el socialista. Igual, hay cierto condimento tradicional de testeo en su gobierno: las encuestas circulan de un despacho al otro, como la que esta semana mostraba un crecimiento de cinco puntos de la imagen del Presidente.

Con todo, la estadística que más obsesiona a Milei son las impresiones de los posteos de Twitter. Es una categoría que no refleja las reacciones, positivas o negativas, a lo que alguien tuitea, sino sólo su alcance, a cuánta gente le llegó el mensaje. Otra vez aparece Dalí en escena: no importa si hablan bien o mal, sino apenas que hablen.

Javier Milei.
los 100 dias de milei: el presidente troll

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