OLA VIOLETA

La primera derrota de Unidos en Santa Fe: Gisela Scaglia no pudo colarse en la grieta

Provincias Unidas terminó tercera y se llevó dos bancas. El problema de las expectativas. El clima del búnker y la premonición de la mesa chica.

Las expectativas, el problema de Provincias Unidas en Santa Fe

El derrotero económico y político de la Casa Rosada durante la campaña y la convicción de que el péndulo no favorecería al peronismo hicieron creerle al armado liderado por el gobernador que podía cosechar un tercio de los sufragios y de las bancas en juego. La ola violeta, sin embargo, fue imparable en el sprint final de la campaña y arrasó con territorios que son bastiones históricos de Unidos. Así las cosas, a casi tres años de aquella calurosa tarde de Cayastá en la que se presentó en sociedad, la coalición sufrió su primera derrota en Santa Fe.

El problema fue de expectativas. La elección de Provincias Unidas es la mejor cosecha que un espacio provincial logra en elecciones nacionales desde el triunfo del Frente Progresista en 2009. Ni Luis Contigiani, con un Miguel Lifschitz omnipresente, había logrado dos bancas en 2017. Aquella vez, el entonces ministro de Producción se llevó el 14% de los votos y logró, arañando, un escaño. Con la cosecha de hoy, Scaglia se llevó dos. Sin embargo, había una mezcla de sorpresa y tristeza en su búnker: el objetivo trazado había sido otro.

En el comando de campaña no hubo pases de facturas. Flotaba una sensación de “lo intentamos y no se pudo”, una compresión de que la ocasión no fue una excepción a la dificultad histórica que los gobiernos provinciales enfrentaron en elecciones nacionales en Santa Fe. Matizó también el análisis la convicción de que se trató de una ola que arrasó también en Córdoba, en Entre Ríos y en Buenos Aires. “Mirá el mapa”, decía un funcionario de primera línea con los resultados en su celular, “el voto libertario fue parejo en todos los departamentos”.

El clima del búnker de Maximiliano Pullaro

La Bota se pintó de violeta y no quedó bastión en pie. General López, el departamento del sur provincial de donde es oriundo Pullaro -y donde suele arrasar- fue para La Libertad Avanza. La Capital, un territorio que se preveía para Scaglia, fue para la tropa libertaria. No le pasó solo a Provincias Unidas: Rosario era el distrito donde Caren Tepp planeaba edificar su triunfo y también fue para Agustín Pellegrini. Solo San Javier, un departamento del norte provincial, se pintó de naranja. Por eso, su senador Oscar Dolzani recibió un agradecimiento desde la mesa chica de Pullaro.

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Sin embargo, a pesar de intuir el resultado desde temprano, en el búnker de Puerto Norte en Rosario -ese que el pullarismo había adoptado como cábala- no hubo llantos, sino un buen clima. Desde temprano, todas las figuras de Unidos llegaron a bancar la parada. Hasta Edgardo Porfiri y Omar Paredes, los diputados que reportaban a Granata y se dieron vuelta para aprobar la reforma constitucional, dijeron presente. La música, que fue y vino entre la cumbia santafesina y el rock nacional, mantuvo cierto clima festivo. En resumen: a pesar de la derrota, no hubo velorio.

El único momento de zozobra se dio cuando apareció el temor de que la ola violeta sea aún más profunda y deje a Provincias Unidas con una sola banca, pero se disipó rápidamente. Se encargaron de hacerlo los presidentes de los partidos más importantes del frente -el PRO, la UCR, Creo y el socialismo-, quienes caminaron hasta la sala de prensa para anunciar el resultado de sus mesas testigo -muy similar al que arrojó luego el escrutinio provisorio-. Allí, Felipe Michlig destacó el “tercer lugar digno” de una fuerza política “creada hace dos meses”.

Qué dijeron Gisela Scaglia y Maximiliano Pullaro

Aunque el resultado se supo con bastante antelación, Pullaro y Scaglia respetaron la institucionalidad y salieron al escenario justo después de que el gobierno oficializara los números del escrutinio provisorios. Se los notó dolidos, pero enteros. Ambos eligieron resaltar lo logrado en un contexto difícil. “Históricamente, las opciones provinciales se llevaban un diputado en estas elecciones: hoy tenemos dos”, fue lo primero que dijo la vicegobernadora. “Son elecciones difíciles para proyectos políticos provinciales, la nacionalización se lleva el debate”, sumó el gobernador.

Ambos se mantuvieron en su discurso de barricada contra el kirchnerismo, que hizo “una muy mala elección” y que “no vuelve nunca más”, pero moderaron sus críticas a La Libertad Avanza. La vice avisó que darán el debate de la agenda reformista -laboral, tributaria y del Código Penal- “con la mirada del interior productivo”. Pullaro, por su parte, subrayó: “No nos van a encontrar en el club del helicóptero, vamos a acompañar para que nuestro país pueda crecer defendiendo a Santa Fe”.

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“Este país no va a mirar atrás”, reflexionó Pullaro sobre el final de la noche. “En esta grieta, empezamos a poner la semilla de una fuerza política diferente que pretende representar al interior productivo. Es el puntapié inicial para trabajar en un programa de gobierno que nos lleve a 2027”, auguró. Fue cuando la barra radical más agitó y hasta se animó al “Maxi presidente”. El gobernador se rió. Abajo del escenario, como una premonición, uno de sus hombres de más confianza recordó que, tras la derrota contra Carolina Losada en 2021, en el búnker sonó “Maxi Pullaro gobernador”.

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