Fernández y su mano derecha, el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, advirtieron en algunos casos sobre trabas institucionales y posibles impugnaciones constitucionales. El peronista fue aún más allá en su advertencia: le habló sobre la conflictividad social que genera el desempleo, detalló que la Plaza de Mayo se llena con 100 mil personas y graficó: “Si 300 mil personas se quedan sin trabajo de golpe, te llenan la Plaza en tres turnos”.
Además, le pidió al libertario que controlara el nivel de violencia en su discurso y habló sobre cómo sus palabras, como presidente, pueden llegar a prender sobre 47 millones de personas de una forma diferente a lo que sucede con un candidato. Mencionó que los discursos violentos terminaron, en septiembre de 2022, con una pistola en la cabeza de Cristina Fernández de Kirchner.
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Milei tomó nota y pudo haber dado un paso en ese sentido este jueves, cuando se comunicó con Juan Grabois para solidarse frente al escrache que sufrió mientras estaba en un café del barrio de Palermo junto a su padre. “Qué cagada lo que pasó, yo estoy en contra de estas cosas, me parece mal”, contó Grabois que le dijo el presidente electo.
Por último, Fernández le dejó algunas recomendaciones sobre cuestiones geopolíticas, le señaló que no era conveniente que se acercara a Donald Trump mientras intenta dialogar con el gobierno estadounidense de Joe Biden, y emitió un consejo final alarmante: “Que no maten a una persona en una manifestación porque es el fin de tu gobierno”.
A sabiendas de lo que viene, Milei puso al frente del Ministerio de Seguridad a Patricia Bullrich, que ya ocupó la misma cartera durante la gestión de Macri. Como contó Letra P, Bullrich avanza en un “plan antipiquetes” junto a su par de la Ciudad, Waldo Wolff. Elaboran un protocolo conjunto para evitar cortes.
La enseñanza del macrismo
“Si el peronismo cree que hay resistir los cambios que vienen con la gente en la calle se equivoca. 'Resistiendo con aguante' no sirvió para nada”. Un protagonista del kirchnerismo que se cargó al hombro las protestas contra el gobierno de Mauricio Macri vislumbra un futuro diferente para el gobierno de Milei.
El diagnóstico es compartido por varios protagonistas de aquellos primeros meses macristas, en los que el kirchnerismo intentó, sin éxito, atender varios frentes de batalla a la vez. “No nos tenemos que poner en los márgenes. Es lo que ellos quieren lograr. Hay que acompañar a la militancia, pero no podemos dedicarnos a protestar. Tenemos que construir”, agrega un ministro del gobierno saliente.
La consigna de “no pisar todos los palitos” es una bajada de línea que comparten tanto Cristina Kirchner como Máximo Kirchner y Sergio Massa. La vice saliente abrió línea de negociación con LLA en el Congreso y terminó de sellar la votación de Martín Menem como titular de la Cámara de Diputados. El gobierno de Axel Kicillof también entabló el diálogo con Milei vía el futuro ministro del Interior, Guillermo Francos.
Massa hizo lo suyo: se reunió en secreto con Milei y hasta negoció la colaboración de algunos de sus funcionarios más cercanos en la transición. El titular de la Aduana – también a cargo de la AFIP-, Guillermo Michel, se quedará hasta que llegue su reemplazo, en los próximos días. Leonardo Madcur, actual jefe de asesores del Ministerio de Economía ayudará por un período más largo, cercano a los 90 días. En la administración libertaria se quedarán el titular del INDEC, Marco Lavagna y la secretaria de Energía, Flavia Royón. La continuidad de la salteña, sin embargo, corre por otro carril, el que administra el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz.
“Cristina dijo que hay que darle cuórum para que puedan sacar el Presupuesto, votar la ley de Ministerios. No votar locuras, pero tampoco obstruir. Pidió tener una posición inteligente, no tropezar. Darle tiempo al nuevo gobierno, es lo que votó la gente”, dice un dirigente de primera línea del peronismo que recibió instrucciones para el futuro.
En esa línea se manifestó esta semana la senadora provincial Teresa García, integrante del círculo de confianza de Cristina. “Me parece que las medidas que se tomen, que afecten a los sectores más necesitados y a los trabajadores, tienen que ser defendidas en el ámbito del Congreso de la Nación, en la institucionalidad. Estoy en contra de algún sector que ha dicho que hay que salir a la calle. Ya sabemos cómo termina eso, y mucho más en manos de quien está el Ministerio de Seguridad”, dijo en diálogo con radio Provincia.
¿Qué supone el kirchnerismo? Que Milei buscará ir “a fondo, sin anestesia” en el primer tramo de su gobierno. Las filtraciones de su plan económico dan cuenta de esa idea. Los primeros 100 días serán “de condensación” y espera de la sociedad, pero después “llegan los problemas de marzo y abril, y eso pinta más complicado”.
El diagnóstico es que serán hasta los propios votantes de Milei los que se sentirán decepcionados cuando perciban que el ajuste les caerá encima. “El peronismo tiene que representar al 44% que nos votó para que, por ejemplo, no puedan privatizar YPF, e ir a buscar al votante de ellos que se va a ver decepcionado”, dice una figura de primera línea del gobierno saliente.
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“La dolarización, la eliminación de la obra pública, las medidas de shock y el fin de las políticas de memoria, verdad y justicia representan al núcleo duro de Milei pero de ninguna manera al otro 25% que lo votó solo en ballotage. Mucho menos, al 45 que no lo votó nunca”, escribió en su cuenta de Twitter el titular de Alaska, Juan Courel.
Un choque en el Congreso
No escapa a ningún analista político que la posibilidad de que Milei logre pasar reformas estructurales por el Congreso, privatizaciones y recortes desmedidos será una tarea de difícil concreción. El libertario tendrá apenas 38 bancas en la Cámara baja y ocho en el Senado y deberá negociar el cuórum y los votos con la oposición, a la que intentará convencer vía diálogo con los gobernadores. Como anticipó la diputada libertario Marcela Pagano durante la campaña, aquellos mandatarios que no "quieran garantizar la gobernabilidad" se quedarán sin "transferencias discrecionales" para sus provincias.
Las conversaciones quedarán en manos de Francos, ministro del Interior de Milei y hombre de larga trayectoria en el peronismo. Por ahora, consiguió el armado del bloque “Innovación Federal”, que tendrá nueve diputados que responderán a los gobernadores de Salta, Misiones, Rio Negro y Neuquén. Los cuatro se habían mostrado juntos a fines de noviembre. Suena a poco.
La primera minoría será el bloque de Unión por la Patria, que tendrá 102 diputados. El espacio parece “más cohesionado” que en 2016, cuando tras el triunfo de Macri sufrió un éxodo masivo. “De todo se aprende. Lo de Macri terminó en una hecatombe y todo el mundo se volvió más prudente”, recuerda una voz autorizada del kirchnerismo. Por lo pronto, la bancada refrendó la jefatura del santafesino Germán Martínez y propuso a Cecilia Moreau como vicepresidenta primera de la Cámara baja. Una muestra de que Cristina decidió proteger la amplitud del espacio y no refugiarse en un núcleo duro que tiene pocas chances de sobrevivir en soledad.
En tanto, el PRO tendrá 37; la UCR, 35; y el flamante bloque Cambio Federal (un desprendimiento de Juntos por el Cambio), también nueve. Aun las piezas legislativas más colaborativa ya le anunciaron a Milei que la negociación será “ley por ley”. En la oposición hubo hasta una mirada piadosa sobre Menem, que tendrá que lidiar con un Congreso fragmentado como nunca antes. Un operador lo calificó como “un buen chico, sin ningún tipo de experiencia”. Milei arrancará con una señal de pocos amigos este domingo, cuando hable en las escalinatas del Congreso frente a su electorado y no ante la Asamblea Legislativa, como marca la tradición.
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Por lo pronto, el nuevo presidente desistió del envío de la llamada “ley ómnibus” en las extraordinarias de diciembre y mandará paquetes separados. En su composición heterogénea, los ex-JxC que conformaron Cambio Federal ya mandaron su mensaje. “Nosotros también queríamos un cambio, así que habrá algunos proyectos con los que estemos de acuerdo y los acompañaremos. En lo demás, habrá negociaciones y pediremos cambios”, dicen en el espacio que se referenciará en dos nuevos gobernadores del PRO, Rogelio Frigerio (Entre Ríos) e Ignacio Torres (Chubut). En la misma sintonía está la UCR.
Con un Congreso adverso, en la oposición deducen que Milei usará más rápido que tarde la vía de los decretos de necesidad y urgencia. Para eso, contará con la asistencia de Rodolfo Barra, exjuez de la Corte, exministro de Justicia durante el gobierno de Carlos Menem y especialista en derecho administrativo.
Pueda o no asumir como procurador del Tesoro – no cumple el requisito de la edad que marca la ley -, Barra será el asesor principal en la materia, y el encargado de supervisar la tarea de la Secretaría de Legal y Técnica, que por ahora no tiene funcionario a cargo designado. Es llamativo. El área que hasta ahora ocupaba Vilma Ibarra es una de las más sensibles del gobierno y el funcionario a cargo es el encargado de cuidar la firma del Presidente. Los primeros movimientos indican que la Casa Rosada tercerizará la tarea en estudios jurídicos de renombre y que Barra dará el visto bueno final.
El exministro menemista actuará en tándem como Mariano Cúneo Libarona, que tendrá a cargo el área de Justicia y se mueve como pez en el agua en los pasillos de Comodoro Py, en especial en el fuero Contencioso Administrativo Federal, al que irá a parar cualquier cuestionamiento constitucional a los DNU de Milei.