La UCR de La Pampa le dio una formal extremaunción a la movida que pretendía un rejunte de sectores ultras para amuchar a toda la oposición no peronista: después de una cumbre con outsiders y sectores extremos de distintas fuerzas, el radicalismo mandó esa cumbre a la papelera de reciclaje.
El presidente del partido, Federico Guidugli, desautorizó completamente la participación de cuadros de la UCR en ese encuentro, donde también estuvieron las estructuras formales del partido de Javier Milei y del espacio Comunidad Organizada, con presencias del Movimiento de Integrtación y Desarrollo, el Movimiento Federalista Pampeano y figuras marginales del PRO.
También una cumbre de 19 intendentes de Juntos por el Cambio, en la localidad de Quemú Quemú, advirtió que no es tiempo de definir alianzas electorales. "La crisis por la que atravesamos y la inmediatez para la resolución de los problemas nos impiden especular con coaliciones electorales futuras o líneas internas de alguno de los espacios", dijeron.
El rejunte de ultras murió antes de nacer, porque también el principal referente de Milei en La Pampa, Luciano Ortiz, se disgustó con Pedro Pisandelli (PRO), que con precocidad salió a hacer bandera de un encuentro que se suponía secreto.
El portazo de la UCR y la tropa de Javier Milei
Para dejar en offside al exintendente Leandro Altolaguirre, que se sumó a la cumbre del rejunte ultra, Guidugli advirtió que “las reuniones políticas de construcciones colectivas se hacen en los lugares que corresponden con las autoridades orgánicas que corresponden”.
“No voy a decir más que eso. Hoy en La Pampa se está construyendo radicalismo y por suerte algunos no somos especuladores”, aclaró.
En otro campamento también hubo pataleos. La tropa de Milei participó formalmente de la reunión que se pretendía oculta, pero, cuando se volvió visible, le bajó el precio. "Era una reunión privada y la hicieron pública. Estuve 20 minutos. Me invitaron a participar y fui por respeto. Supuestamente, era para darle todos apoyo a LLA y ahora resulta que nosotros nos acercamos a ellos", dijo Ortiz.
El radicalismo local, de todos modos, tiene otros asuntos en su radar: desorientado en el nuevo escenario político, tironea internamente su posicionamiento, buscando qué trole hay que tomar para seguir y eso incluye la definición de un armado electoral para las legislativas del año que viene.
Una UCR de todos colores
En la interna boinablanca hay planteos de todos los colores: sectores que bancan esa alianza de marcado perfil antiperonista, espacios que propician ir en soledad en las legislativas de 2025 para medir representatividad con el resto de la oposición y dirigentes que ven con más simpatía al propio peronismo provincial que a las huestes libertarias.
En la Legislatura, el bloque que comanda Poli Altolaguirre va a fondo contra el gobierno provincial: la decisión de toda la oposición de no dar cuórum para frenar el impuesto que permitiría financiar la emergencia alimentaria fue una declaración de guerra.
Con todo, la idea de armar una alianza extendida contra el PJ pampeano en 2025 tiene su gran contra en un elemento que convence poco: si la UCR diera ese paso, se convertiría directamente en oficialista nacional. El gobernador peronista, Sergio Ziliotto, aprovechó esas incertidumbres y amargos desencuentros para chicanear: bautizó “oposición libertaria” a todos los sellos que lo confrontan.
La UCR en el Cogreso
Hace tiempo que la UCR discute puertas adentro cuál es su rol y cuál debe ser posicionamiento. El panorama se enrareció con la aparición de La Libertad Avanza con un caudal electoral impensado, después de elecciones provinciales en las que ese sector ni siquiera participó: el factor Milei cambió el escenario.
Desde entonces, empezaron a ponerse en evidencia diversas orientaciones. La diputada nacional Marcela Coli ha tenido posicionamientos críticos en el Congreso. Está en juego su representación: termina la gestión el 10 de diciembre del año que viene y es una de las tres bancas que ponen en juego las elecciones del año que viene (las otras son la de la peronista Varinia Marín y la de Martín Maquieyra, del PRO).
El senador Daniel Kroneberger juega a que está en la ancha avenida del medio, aunque a la hora de la verdad se ha comportado como un senador afín al oficialismo libertario: hasta bancó el DNU admitiendo públicamente que estaba flojo de papeles desde el punto de vista constitucional. No obstante, en las últimas horas apareció haciendo una advertencia: “Milei ya tiene la Ley Bases, no tiene más excusas”.
Desaparecidos en acción en La Pampa
Muy notable se ha vuelto la ausencia de Martín Berhongaray, por decisión propia inexistente en el escenario político actual, después de años de ardua exposición y de algunos problemas de salud. Berhongaray hizo una gran elección en mayo del año pasado como candidato a gobernador, pero está desaparecido en acción.
El exdiputado prefirió marginarse de la disputa por cargos nacionales y, desde que terminó su gestión, se inclinó por el silencio y un perfil bajísimo que en algún momento tendrá que abandonar si pretende recuperar la representatividad que había logrado con su desempeño electoral de hace más de un año.
ucrpampas.jpg
Martín Berhongaray, con Gerado Morales, Patricia Testa y Rodrigo de Loredo.
Referentes que fueron poderosos como Juan Carlos Marino y Francisco Torroba, hoy están alejados de los espacios donde se corta el bacalao: la actualidad los dejó al margen de la toma de decisiones, lo que no quiere decir que tengan nula incidencia, puesto que conservan contactos, vínculos aceitados hacia adentro y hacia afuera de la provincia y otros dirigentes que los siguen considerando.
Los vacíos en la conducción potencian el papel de ejecutivos locales: intendentes de la UCR que tienen su propia mirada de todo ese nuevo mapa. Tampoco hay unanimidad: no es lo mismo lo que otean Abel Sabarots (General Acha) y Hugo Kenny (Victorica), cercanos al gobierno provincial, que lo que interpreta Mónica Curutchet (Eduardo Castex) y lo que pretende Sergio Arrese (Guatraché).
Sabarots es uno de los más decididos, según parece, y volvió a mostrar gestos de simpatía con la provincia en las últimas horas. “Nos duele cuando dicen que el Estado es mala palabra”, tiró. Marcó diferencias con los correligionarios que no dieron cuórum para el aporte solidario obligatorio y completó, sin medias tintas: "Hoy, la única puerta que nos queda abierta es el Estado provincial".