La motosierra que anunció Javier Milei para el día en que comience su gestión presidencial derrama incluso antes de ponerse en marcha: en Santa Rosa, la capital de La Pampa, el reelecto intendente Luciano di Nápoli se mostró rápido para los mandados y anunció un ajuste sobre la planta de su funcionariado político.
Con la idea de atender lo que interpreta es una de las exigencias de la ciudadanía, que haya menos gasto “en política”, el jefe comunal envió un paquete de normativas al Concejo Deliberante en el que incluye un severo recorte del esquema de autoridades: la motosierra santarroseña corta de cuajo el 25% de los cargos y deja a la comuna con 60 puestos políticos contra los 80 que hay en la gestión que concluye este 10 de diciembre.
La podadora
Copete Di Nápoli, que aunque ha dado gestos de autonomía todavía es cara visible de La Cámpora local, dijo que usó la lapicera como parte de su “obligación de escuchar la voluntad popular que se expresó en las urnas”.
En el planteo del ajuste hizo una encendida defensa de su gestión y recordó que Santa Rosa estaba “abandonada” cuando llegó al cargo en diciembre de 2019: se iban Mauricio Macri de la Casa Rosada y el radical Leandro Altolaguirre de la ciudad.
El nuevo organigrama elimina una secretaría y en ese esquema se termina de blanquear que la mujer fuerte de la gestión es Carmina Besga, pareja del intendente, quien pasará a manejar no sólo el área de Desarrollo Económico, como ocurre ahora, sino también la de Gobierno, por donde pasa la política.
Desaparecen además todas las subsecretarías y se reducen direcciones (de 33 a 28) y subdirecciones (de 29 a 20). Todavía no se conocen precisiones ni espacios heridos.
“Lamentablemente, el contexto presenta dificultades que debemos asimilar”, dijo el intendente y aceptó la necesidad de “ser más eficientes en el gasto”.
La movida de Di Nápoli es también un modo de reafirmar su perfil personal: las aguas en La Cámpora están agitadas y hay soldados del intendente que traman hacer rancho aparte y marcar grietas con el espacio que conduce Máximo Kirchner. Miran de reojo los movimientos de Axel Kicillofcomo gobernador bonaerense.
La mano derecha de Cristina Fernández de Kirchner en el Senado, María Luz Alonso, baja desde la Secretaría Administrativa de la Cámara alta a una banca de diputada provincial: piensa meterse en el barro pampeano, con el sueño de ser gobernadora. La tensiones con Di Nápoli ya ni se disimulan. El próximo lunes, Luchy presentará su libro Pensar La Pampa. Claves para construir futuro.
Pataleos y expectativas
A las advertencias de que se achicará la coparticipación nacional y se terminará la obra pública, se suman en el caso de Santa Rosa los ya conocidos pataleos por la reforma del sistema coparticipable provincial: Di Nápoli se quejó de que la propuesta del gobernador Sergio Ziliotto deja en desventaja a la capital.
Ziliotto había armado dos presupuestos: uno para el caso de que ganara Sergio Massa y otro para el arribo de Milei. Obvio que ahora impulsa el proyecto del ajuste, que tendrá impacto en los recursos para las comunas y en otras costumbres pampeanas como el bono de fin de año o la cláusula gatillo que ajustaba los sueldos estatales mes a mes de acuerdo a la inflación.
Di Nápoli fue reelecto en mayo, en una lista de unidad a la que se plegaron otros espacios internos del PJ pampeano y con presencia menos preponderante de los partidos aliados. En un año de vaivenes en la provincia, el peronismo de Santa Rosa quedó muy bien parado, porque ganó la mayoría de las elecciones. Sin embargo, en el ballotage no pudo contra la ola: Milei fue el más votado también en la capital pampeana, superando por menos de un punto a la boleta de Massa.
Para el líder local de La Cámpora empieza un nuevo ciclo, que asoma complejo y a la vez cargado de desafíos: aunque no lo diga del todo, Copete di Nápoli aspira a que los planetas puedan alinearse para ir por la gobernación en 2027. No es tarea sencilla, porque hay varios anotados.
Ziliotto no tiene otra reelección a mano y el viejo cacique Carlos Verna, jubilado pero líder de la Plural, pateó el hormiguero demasiado temprano y aceleró la pelea por la sucesión: el mismo 19N dijo que una anotada para ser gobernadora es Fernanda Alonso, intendenta reelecta de General Pico, la segunda ciudad de la provincia. El anuncio se pareció más a un salvavidas de plomo que a un favor.