Miles de militantes se movilizaron este jueves para escuchar la palabra de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el Teatro Argentino de La Plata. La euforia, las banderas y los cánticos que pedían por CFK 2023 marcaron la previa y calentó el coliseo platense en el inicio de la charla magistral, pero se fue aplacando con el correr de los minutos ante cada señal de La Jefa. Terminó con una tribu desanimada que leyó, tras una hora de discurso, que el clamor no será correspondido.
El hit, sin eco
"Cristina presidenta" sonó desde los primeros minutos de charla de la vice: también, los gritos perdidos que venían desde los palcos, como el de una militante que se escuchó clarito: “Decí que sí”. CFK escuchó, sonrió y negó con la cabeza. No había empezado a hablar.
Secuencias similares se repitieron una y otra vez. Cánticos, gritos… pero CFK rechazó todos y cada uno de esos llamados a que sea ella quien encabece la boleta presidencial del Frente de Todos. “Tranquilos, no se hagan los rulos”, dijo también ante el hit del momento, que parece haber encontrado su fin, para también mencionar luego una frase que quedó resonando fuerte: “Yo ya di todo”.
Un final infeliz
Cuando Cristina terminó su exposición de una hora, la primera tras el renunciamiento de presidente Alberto Fernández a la búsqueda de la reelección, el ánimo contrastó fuertemente con la euforia que las columnas militantes mostraron, como contó Letra P, en la previa, y el entusiasmo inicial dentro del renovado Teatro Argentino.
A diferencia de todos los actos donde CFK es protagonista, nadie cantó cuando la vicepresidenta terminó de hablar, no hubo euforia, sino caras largas, desánimo... la militancia ni siquiera se agolpó para ir a saludar a su jefa política, que se quedó en el escenario, a pocos metros del público y sin vallas de por medio, y apenas tuvo un puñado de personas sacándose fotos y pidiendo que les firme algún autógrafo.
Resignación y Plan M
Ya en las escalinatas del teatro y en las puertas, militantes y dirigentes coincidían en la lectura de lo que había sucedido hacía minutos. “Cristina terminó de bajarse”; “no va a ser la candidata”; “si ella fuera la candidata, no necesitaríamos discutir ningún programa”; “vamos a tener que militar a Massa”, fueron algunas de las frases que se escucharon entre personas que ya no saltaban: arrastraban sus pies.
