En un mes, el intento presidencial del cordobesismo será parte del pasado y llegará el momento de analizar puntos a favor y en contra de la jugada que apostó todo a una sociedad con el derrotado Horacio Rodríguez Larreta. Sin embargo, desde el lunes 23 de octubre, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, se dedicará de lleno a planificar las últimas semanas de su 12° año de administración provincial.
¿La sucesión será prioridad? El minúsculo círculo de personas de confianza del mandatario aseguran que Schiaretti “jamás pedirá nada” a Martín Llaryora. Prefieren usar eufemismos: “puede sugerir algunos nombres”. Sergio Busso (Agricultura) y Fabián López (Servicios) forman parte del menú deslizado con carpa. Sobre el tema completan que la transición ya empezó.
“El Gringo y Martín hablan todo el tiempo, se consultan todo”, destacan.
La referencia marca la voluntad del peronismo de ejecutar una transición ejemplar. Schiaretti quiere un cierre a todo trapo con una suerte de rendición de cuentas sobre el porcentaje de cumplimiento de sus promesas de gestión. “Quiere llegar al 9 de diciembre con todo lo que dijo que iba a hacer”, corean.
De hecho, el pasado viernes se publicaron los pliegos para la contratación de servicios de conectividad satelital a Internet. Schiaretti había prometido conectividad al 100% en la provincia.
La guardiana de Macri
Mauricio Macri cosechó el antikirchnerismo que José Manuel de la Sota y Schiaretti sembraron laboriosamente y configuraron parte del entramado identitario de la provincia. Las simpatías que aún despierta, en la gente y la dirigencia, logran que cada desembarco del expresidente en Córdoba se viva con gran expectativa. Sin embargo, también genera efectos adversos entre los últimos macristas.
La diputada Soher El Sukaria creció políticamente bajo su padrinazgo y reivindicó su trabajo cuando los hombres del PRO en la provincia hicieron de las suyas para correrla de la mesa donde se discute el poder real. Sacó las garras cuando la jubilación política de Macri se instaló tempranamente como tema recurrente desde que perdió la reelección en 2019.
Gustavo Santos es otro de los dirigentes que se referencian con el ingeniero. De gira internacional por sus compromisos en la Organización Mundial de Turismo, facultó a su hijo, Matías Santos, para que cooperara con la logística de la primera gira de campaña de Macri para pedir el voto para Patricia Bullrich.
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Sin embargo, poco pudieron intervenir porque la diputada construyó en soledad -insisten- la hoja de ruta. “Soher acaparó la agenda de Macri, la vimos unos minutos antes de que llegara”, refunfuñaban desde la pequeña red macrista que se presenta como tal.
“No hay dudas de que es una de las macristas más fiel: decidió faltar a la sesión por Ganancias para escoltar a su jefe”, coreaban desde otra esquina amarilla con cara de pocos amigos.
Cuando los hermanos se pelean...
Un Mondino en cada puerto liberal
Hablando de hermanos enfrentados, al menos en política, sigue otra historia de familias.
Los satélites que se encuentren dentro de la órbita de Javier Milei gozan de la luz que les derrama la nueva “estrella” de la política argentina. La economista cordobesa Diana Mondino escaló a los medios nacionales luego del entrenamiento mediático que aprovechó cuando su nombre sonó como posible candidata a la gobernación por La Libertad Avanza.
La familia fundadora del Banco Roela colaboró con la Fundación Mediterránea de Córdoba que supo tener a Domingo Cavallo como principal terminal. Diana eligió sumarse al proyecto de ultraderecha que lidera el ganador de la PASO, pero su hermano, Guillermo Mondino, eligió moverse un poco más hacia el centro.
Con pasado exitoso en el vóley federado, Guillermo Mondino es un economista que colabora activamente en el equipo de Patricia Bullrich. “Es un cuadrazo”, lo ensalzan las voces de Juntos por el Cambio, los mismos que le dicen “economista memera” a la hermana.
Guillermo Mondino divide su estadía en Argentina y Nueva York. En menor medida que su hermana, usa las redes sociales para dar su mirada sobre la economía del país y para mostrar que Milei no tiene la vaca atada como dice, en especial, sobre la prometida dolarización.
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Un candidato de Bullrich en la mira
El exintendente de Marcos Juárez Pedro Dellarossa está acostumbrado a surfear crisis políticas en la ciudad conocida como el kilómetro cero del cambio. Sin embargo, en los últimos días, la política doméstica es un hervidero, al punto que colocó en el centro de la escena y bajo escrutinio público al candidato a diputado que ingresó a la boleta de Bullrich en representación del larretismo.
Fuego amigo y opositor configuran la nueva melange que puso a Dellarossa en la obligación de explicar un viático por poco más de 90 mil pesos. El Tribunal de Cuentas rechazó el gasto y Hacemos Unidos por Córdoba decidió meter la cuchara. Sabe que la pelea en el departamento Marcos Juárez será feroz y que JxC está dispuesto a arrebatarle -todo lo que se pueda- la cosecha del candidato de Hacemos por Nuestro País, Juan Schiaretti.
El concejal peronista Germán Font le exigió que rindiera cuentas en plena sesión. Dellarossa, en su rol de presidente del cuerpo, le contestó con otro carpetazo. Le exigió la renuncia aduciendo incompatibilidad con su rol en el cuerpo.
El joven edil desempeña un cargo provincial y había prometido renunciar al cargo. Por ende, Dellarossa no lo reconoce como parte del pleno legislativo y se dificulta el normal funcionamiento de la casa de leyes de la ciudad.
El radicalismo, que tiene facturas pendientes con el larretista, aprovechó el clima caldeado para ventilar sus verdades en los medios locales.