Patricia Bullrich pidió a Nicolás Massot el control directo de la campaña presidencial en Córdoba. El exdiputado, como primera medida de gobierno, delegó en Luis Juez, Mario Negri y Rodrigo de Loredo la diaria. El tridente debutó con otra prerrogativa: le pateó la pelota la dirigencia de Juntos por el Cambio de la capital y el interior de la provincia.
En el encuentro con más de 300 figuras territoriales, detrás de encendidos discursos de arenga, el mensaje fue directo. Serán intendentes e intendentas, las autoridades electas en todo el mapa provincial y la tradicional dirigencia la que deberá arremangarse para recuperar los votos perdidos entre la elección provincial de junio y la PASO, unos 300 mil. Tienen 30 días y 30 noches.
En el Hotel Quorum, Bullrich se rodeó de los más granado del cambiemismo cordobés que deberá enfrentar dificultades del orden práctico. A Letra P, algunas referencias de ciudades clave del interior admitieron que sin recursos, “magia” no hacen. Fuentes más osadas se animaron a deslizar un consejo: “Hay que pedirle a Horacio Rodríguez Larreta que ponga de nuevo los fierros”.
En este sentido, atraviesan el mismo problema que la tropa del exponente de Hacemos por Nuestro País, Juan Schiaretti. Con argumentos atendibles, pero poco sólidos, se instaló en el arco político que el resultado está cerrado, que el libertario Javier Milei será el próximo presidente. Esta situación común explica la necesidad de cúpulas de prestar especial atención a los engranajes clásicos de las política, que los violetas adolecen.
Es por eso que las palabras de Juez, Negri y De Loredo intentaron movilizar el interés particular de quienes deberán dejarlo todo en la cancha para empujar a Bullrich al ballotage. Fue una reunión reservada, sin acceso a la prensa, con la exministra de Seguridad recién llegada de Corrientes.
La arenga
El excandidato a intendente de la ciudad fue el encargado de abrir la ronda. Para no perder la costumbre, De Loredo habló durante 27 minutos. Eligió agitar el ADN opositor al asegurar que la única que se beneficia con el triunfo de Milei es la vicepresidenta Cristina Fernández. Quien apoyara a Larreta en las PASO pidió redoblar esfuerzos para terminar con el kirchnerismo.
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Siguió el diputado Negri, el más optimista. A la tribuna le dijo que “hay posibilidades ciertas de gobernar la Argentina” y sugirió que es mejor gestionar con amigos que con adversarios políticos.
“Cuando Patricia Bullrich sea presidenta no van a tener que arrastrarse ante ningún gobierno provincial, porque van a tener un gobierno nacional junto a ustedes”, una de las frases más aplaudidas y que delata la preocupación que encierra el Partido Cordobés del gobernador electo, Martín Llaryora.
Antikirchnerismo, mano amiga para gestionar y la orden de trabajo. Este último ítem fue desarrollado por Juez. “Si ustedes se cargan al hombro la campaña esta mujer es presidenta. Ustedes tienen el triunfo en la mano”, aseguró el senador.
Juez fue el más insistente en remarcar la importancia de que Bullrich tenga contacto con la dirigencia, en especial la cordobesa. Los guarismos apuntan que aquí el techo de la amarilla es más alto. No sólo por las marcas obtenidas que llegaron a pasar el millón de votos en elecciones nacionales, sino porque efectivamente piensan que el voto moderado que regó las canteras de Larreta será retenido, pero que se puede pescar con el discurso del voto útil en la pecera del gobernador.
"Los votos salen de Córdoba porque ya los supimos juntar. Siempre Córdoba le rindió a JxC", concluyó Juez.
Sin Peña
Bullrich regresará a la provincia al menos dos veces más, pero el objetivo es mantener movilizado el territorio como ya contó este portal. En ese sentido, la candidata dio libertad de acción para hacer lo que sea necesario para crecer de cara a octubre. Y lo hizo con una referencia muy particular y con el conocimiento de los mucho que la dirigencia de Córdoba renegó de la mano de derecha de Mauricio Macri durante las campañas de 2015, 2017 y 2019.
“No tenemos ningún Marcos Peña, ni nadie que nos venga a decir qué hacer. Movamos el traste”, cerró Bullrich el baño dirigencial para el sprint final, horas antes de que el expresidente protagonice una gira de dos días por las sierras cordobesas.