Patricia Bullrich recorre el corralón de Verónica Razzini, diputada de Santa Fe, hoy al borde de la quiebra.
El año nuevo de Verónica Razzini no parece ser perfecto. El corralón de su familia -que lleva su apellido- y la hormigonera que también les pertenece entraron en convocatoria de acreedores tras presentarse en concurso por una deuda de alrededor de $1500 millones. Entre los perjudicados figura al menos un municipio de Santa Fe.
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El problema de Materiales Razzini empezó en agosto de 2024. La firma había encabezado una fuerte expansión al comprar la hormigonera que históricamente perteneció a la familia de Alberto Ricci, intendente de Villa Gobernador Gálvez. Al parecer, el negocio de la hormigonera era vender material a desarrolladoras y, en vez de cobrar en dinero al momento de la entrega, diferir el pago un tiempo y recibir directamente unidades en los edificios ya terminados. Lógicamente, esa venta a plazo tiene sus riesgos y fue lo que terminó explotando.
El negocio estaba expuesto y el combo económico de Javier Milei lo golpeó en toda la línea: freno a la obra pública, un dólar bajo que encareció la construcción y frenó muchos proyectos, y -dicen en el mercado- decisiones a la espera de una devaluación que nunca llegó terminaron dejando la liquidez de la firma en jaque. De ahí a que las deudas crecieran al punto tal de poner en riesgo el vínculo con los proveedores, hubo un paso. Agobiados, los Razzini pidieron su propio concurso preventivo en la Justicia Civil y Comercial de Rosario a fines de julio de este año.
La deuda del corralón de Verónica Razzini
La firma tiene dos sociedades en aprietos. Una es Razzini Materiales SRL, que según la Central de Deudores del Banco Central de la República Argentina registra unos 181 cheques rechazados por un total de $550 millones y una deuda con instituciones financieras de más de $600 millones. Por su parte, Hormigones Ricci SA -la que presentó su concurso- registra 246 cheques rechazados por un total de más de $900 millones y una deuda bancaria y financiera de más de $850 millones, según la misma fuente. El primer cheque rechazado es de agosto de 2024.
Entre los acreedores que se van conociendo hay casos destacables. Por ejemplo, Hormigones Ricci debe más de $300 mil a la empresa que administra los pases automáticos en peajes de la flota automotor. La Municipalidad de Funes, una ciudad de casi cien mil habitantes lindera a Rosario, también informó que se presentará en el concurso para verificar sus acreencias: al parecer, Razzini ganó una licitación para venderle dos mil metros de hormigón que el municipio abonó y nunca recibió. Son alrededor de $300 millones.
Según fuentes al tanto del proceso, la fecha en la que se cerrará la ventana de presentación para los acreedores será en las primeras semanas de 2026. Luego de eso, se verificarán las deudas presentadas y se llegará a un monto consolidado. Allí se abrirá un periodo de negociación entre la firma y sus acreedores, para llegar a un acuerdo. Si eso no prospera, el siguiente paso es la quiebra.
La empresa, clave en el relato de Razzini
Además de ser su medio de vida, el corralón es un pilar del relato fundacional de Razzini. La diputada de La Libertad Avanza se hizo conocida cuando sufrió un bloqueo por parte del Sindicato de Camioneros de Santa Fe -conducido por Sergio Aladio, enfrentado a Hugo Moyano-. El reclamo era por el encuadramiento gremial de los empleados de la firma. El conflicto duró tres meses y fue escalando en su tensión, al punto tal que incluyó amenazas y hasta una balacera a la base operativa del grupo, en Arijón al 2500, durante el año 2022.
La Diputada Razzini es una decepción muy grande porque nos mintió a todos los Santafesinos. Hasta su propia familia le va a dar la espalda en la empresa concursada que debe más de 10 millones de dólares y dejó colgado a cientos de Rosarinos. “El que a hierro mata a hierro muere” pic.twitter.com/17IO6vTq62
Razzini lo transformó en un hecho político cuando recibió el apoyo de Patricia Bullrich y fundó el Movimiento Empresarial Antibloqueos. La figura que la entonces candidata presidencial le puso al lado fue la abogada Florencia Arietto. Esa militancia hizo conocida a Razzini y fue Gabriel Chumpitaz, en ese entonces diputado y aliado a Maximiliano Pullaro, el que le abrió la puerta: primero, la impulsó para que sea candidata a senadora departamental; luego, cuando se abrió la chance, bajó esa candidatura y se postuló a diputada en la lista que acompañó a Horacio Rodríguez Larreta.