El exgobernador apoyó al diputado, que denunció al asesor por agresiones. Expectativa por el alto perfil del radical. Por qué el cordobés rompió el silencio.
Facundo Manes y Juan Schiaretti.
Las últimas intervenciones en las redes sociales de Juan Schiaretti reflejaron los avances del armado de Hacemos, objeciones a decisiones de Javier Milei y las formas con las que se mueven algunas figuras encumbradas del triángulo de hierro del Presidente, como Santiago Caputo. En esas apariciones virtuales asoma la apuesta política: el exgobernador de Córdoba jugará un pleno con Facundo Manes.
El diputado que denunció agresiones del influyente asesor libertario después de la apertura de sesiones en el Congreso tiene buen diálogo con Schiaretti. Aunque Manes mantiene la incógnita sobre su próximo paso electoral, el entorno del cofundador del cordobesismo observó que desde el 1 de marzo, el neurocientífico emerge como una figura central de la oposición.
En política, la suerte y la constancia hacen lo suyo. Manes agitó la Constitución en un recinto vaciado por la oposición, fue sujeto de las notas al pie del discurso de Milei y el desafortunado episodio de violencia que protagonizó con Caputo fueron el remate para un diputado que asomó como el “héroe” de la oposición.
“Milei lo levantó a Manes”, opinaban a varias puntas en el cordobesismo que, como contó Letra P, eligió llamarse a silencio. No sólo la bancada que responde a Martín Llaryora resolvió guardar sus opiniones sobre el hecho político del fin de semana, sino que el gobernador se fue como llegó: sin emitir palabras y apegado al estricto protocolo institucional.
Sin embargo, Schiaretti habló, sólo para defender a Manes. Antes había retuiteado a la senadora Alejandra Vigo, que cuestionó el nombramiento por decreto de Ariel Lijo en la Corte Suprema de Justicia. Tres tuits más arriba había mostrado avances de su partido nacional en Río Negro, La Pampa y Jujuy, como también lo reflejó este portal federal.
Quienes están familiarizados con los discursos de Schiaretti notaron rápidamente la catarata de conceptos negativos que le adjudicó a la apertura legislativa que encabezó Milei. Agresividad, maltrato, falta de respeto y sarcasmo, fueron los calificativos elegidos por el excandidato presidencial para describir un acto institucional que por su desarrollo lo colocó en la categoría de hecho inédito.
El planteo no sólo buscó reflejar proximidad con una de las figuras que alguna vez coqueteó con construir una vía del medio. Schiaretti y Manes tuvieron algún que otro flirteo público, como con el porteño Horacio Rodríguez Larreta que volvió.
Lo cierto es que Manes tiene una pátina especial para el schiarettismo. En ese núcleo creen firmemente que el neurocientífico tiene pasta presidencial para 2027 por varias razones.
El primer punto que le anotan es su reconocimiento público. El segundo tanto emana de su perfil opositor a Milei sin medias tintas y, el tercero, de su ascendente radical, un activo bien valorado por el cordobesismo open mind que, por ejemplo, concedió el segundo renglón de la fórmula con Llaryora a la radical Myrian Prunotto, una buena amiga de Manes.
La pérdida de espontaneidad de Milei fue uno de los temas de la conversación política del del fin de semana largo. El cordobesismo le sigue contando las costillas al triángulo de hierro de la Casa Rosada y observa que uno de los principales activos del Presidente, quizás más valorados por la gente, quedó en jaque con la intervención de Caputo en la entrevista que hizo Jonatan Viale para TN, después del escándalo cripto.
“El Presidente está tan guionado como cualquier político de la casta, el electorado se empieza a dar cuenta de que no es tan espontáneo, además de que las mejoras en la economía real no llegan”, remarcan y suman más motivos para creer que empieza a germinar la oportunidad para una propuesta de centro.
Tiempistas, aseguran las mismas fuentes que falta resto. El cordobesismo será prudente de los acuerdos políticos que emerjan para este 2025 en otras jurisdicciones, pero no dejarán de ponerle ficha a un frente de frentes tardío que junte a Schiaretti, Larreta y Manes. Nombres fuertes para decidir quién se ajusta más a la demanda social y tiene chances para desbancar el proyecto libertario es la gran apuesta.