La Pampay Sergio Ziliotto están que trinan. Como frutilla del amargo postre que se tragaron el martes, cuando la buena noticia del levantamiento de la barrera sanitara para el asado con hueso al sur del río Colorado se convirtió en desilusión, el gobierno de Javier Milei dio por hecho que la provincia ni siquiera forma parte de la Patagonia.
El festejo por la suspensión de la histórica barrera sanitaria duró menos de lo que canta un gallo. La gestión libertaria dio marcha atrás en un toma y daca con los gobernadores de Río Negro y Neuquén. Lo hizo, además, con una insólita resolución que excluyó a La Pampa de la región, que integra desde 1985 a partir de la vigencia de ley 23.272.
Pasó poco tiempo, pero mucha agua bajo el puente y por encima de la barrera sanitaria. Hoy cada gobernador atiende su juego. Milei divide y reina y en esa repartija hay provincias que sacaron algún premio y provincias que tienen prenda.
El senador Daniel “Paly” Bensusán fue contundente en las últimas horas. “Hay un avasallamiento autoritario al que tratamos de ponerle límite, pero estamos solos. Los opositores dialoguistas están permitiendo que se rompan todos los pactos democráticos desde el '83 a la actualidad”, afirmó.
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Aludió obviamente al PRO y a los radicales con peluca, pero también a los provincialismos que van y vienen en asuntos que para el senador “son una locura, totalmente ilegales, inconstitucionales y nadie dice nada… así, todo lo que tiene que pasar por el Congreso, pasa". Bensusán talla alto en el bloque de Unión por la Patria, es hombre clave en el sistema político pampeano y está anotado en la carrera por la gobernación en 2027.
La Pampa fue la primera jurisdicción peronista en sumarse al Plan Canje de deudas de Toto Caputo. Reclama $115.000 millones, pero la Nación mira para otro lado. La provincia se siente especialmente discriminada: se quedó sin obra pública, no recibe ATN y soportó el cierre de la gerencia zonal del Banco Nación.
El pecado de la carne: peronismo unido
Paradojas de la época, el peronismo pampeano encontró una buena noticia cuando rascó el fondo de la olla del episodio de la barrera sanitaria. Después de larguísimo tiempo, Ziliotto y su antecesor Carlos Verna, líder de la mayoritaria Línea Plural, aparecieron en el mismo bando.
Verna fustigó a Milei y lo acusó de “cagón” por su retranca con la medida. El exgobernador fue uno de los que más militó por el levantamiento de la barrera sanitaria, incluso con acusaciones de alto vuelo al gobernador rionegrino Alberto Weretilneck.
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El gobernador de La Pampa Sergio Ziliotto, flanqueado por dos colegas de la Patagonia: el rionegrino Alberto Weretilneck y el chubutense Ignacio Torres.
Sin embargo, envuelto en los vientos de la interna del PJ pampeano, hace poco le había tirado un centro, cuando aplaudió que YPF hiciera la mayor inversión de su historia en Río Negro y no en la Buenos Aires de Axel Kicillof.
A la luz de los nuevos hechos y posicionamientos, se derrumba el sueño de algunas espadas libertarias que en La Pampa tramaban un sigiloso acercamiento a una pata peronista aprovechándose de la furiosa interna compañera.
El levantamiento de la barrera sanitaria implicaba acceder a un reclamo histórico de La Pampa, para que se pudiera vender carne con hueso al sur del río Colorado. Además de los ganaderos y las asociaciones patronales rurales, el anuncio después frustrado había sido festejado y aplaudido por todo el arco político pampeano, que después también fustigó la reculada de la Casa Rosada. Aunque los arietes del PRO en el Congreso, Martín Maquieyra y Martín Ardohain, no tuvieron empacho en ofrendarle el cheque en blanco del acuerdo con el FMI.
La Pampa, ¡afuera!
Cuando se conoció la decisión de levantar la barrera sanitaria, Weretilneck y su par de Neuquén, Rolando Figueroa, movieron cielo y tierra para dar vuelta la decisión. Consiguieron la venia del ministro de Economía, Toto Caputo. Le soplaron a La Pampa la única buena noticia que había recibido del gobierno libertario.
La resolución formal del miércoles fue la gota que colmó el vaso. El Senasa directamente ningunea a La Pampa y no la considera parte de la Patagonia. Anuncia la conformación de una mesa de gobernadores del sur, incluso con la presencia de Kicillof en representación de la bonaerense Carmen de Patagones, pero La Pampa... ¡afuera!
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El año pasado, las "Provincias Unidas del Sur" conformaban un scrum de la Patagonia Rebelde.
En marzo de 2024, todos los gobernadores del sur estaban en un mismo vagón. La promesa era abrirse a negociaciones con la Casa Rosada, pero sin condicionamientos. Milei había avisado: “¡los voy a fundir a todos!”.
Ignacio Torres, en Chubut, tuvo su tiempo de rebelión, cuando era el Subcomandante Nacho y amagó con cerrar el grifo del gas y el petróleo, pero de a poco fue bajando algunas armas. Aquella amenaza, más allá de la solidaridad inicial, generó ruidos con los mandatarios que necesitan de las inversiones petroleras. Gustavo Melella, desde una provincia con otra conformación económica como Tierra del Fuego, tuvo ciertos gestos de aguante. Desde temprano, Claudio Vidal en Santa Cruz dio muestras de que Milei podía filtrar sus intereses por alguna grieta.
Un año después de aquel scrum, la liga aparece deshilachada, con intereses encontrados y pensando en diferentes escenarios. En La Pampa, Ziliotto y los suyos sienten que son los que no se movieron de la piedra basal, los que ponen toda la carne en el asador en la pelea con la Nación. Por eso mismo, consideran, reciben los castigos que de rebote benefician a los supuestos socios.