El precandidato presidencial de Juntos por el Cambio (JxC), Horacio Rodríguez Larreta, eligió nuevamente la provincia de Córdoba para anunciar un paquete de medidas económicas y un plan obra pública nacional. El “cómo” llevar adelante esos cambios se reforzó con nombres propios, es decir, con la presentación de quiénes serían la garantía de ese proceso que se propone federal y apuesta a consensos amplios.
El jefe de Gobierno porteño ocupó el centro de la foto en la que también estuvieron su compañero de fórmula, Gerardo Morales, y un quinteto de ganadores provinciales. En el coqueto hotel de Orfeo Suites de Salsipuedes, localidad ubicada en el corredor de las Sierras Chicas, fueron de la partida el jujeño Carlos Sadir; el hombre que quebró el continuum de los hermanos Rodríguez Saá en San Luis, Claudio Poggi; el joven chubutense Ignacio Torres; su par de San Juan, Marcelo Orrego y el ganador de la primaria santafesina, Maximiliano Pullaro.
Larreta prometió replantear la coparticipación en el caso de llegar a la Casa Rosada, enumeró las obras públicas necesarias que serán definidas por los gobernadores y aseguró que devolverá "al campo lo que es del campo”.
“Esto es lo que nosotros somos, gente de gestión, experiencia y trayectoria. Podemos mostrar resultados. Estamos para la acción. Somos el único equipo que puede llevar adelante el cambio”, dijo Larreta en un claro mensaje hacia su rival interna, Patricia Bullrich. Hacia el final del discurso, aseguró que la coalición permanecerá unida después del 13 de agosto.
La foto le ganó el protagonismo a las propuestas. El registro que circulará en el sprint final de la campaña tiene al menos dos lecturas posibles. La oficial es de sentido común: el nido “paloma” buscó exhibir quiénes serán los pilares del crecimiento productivo del país, en el marco de una renovación política dirigencial que arrebató al peronismo bastiones clave de poder. Este grupo de gobernadores electos dice compartir las formas de Larreta, también el diagnóstico y las líneas de acción. Serán sus brazos territoriales en esta etapa.
La foto se generó en Córdoba, terruño que camina el precandidato de Hacemos por Nuestro País, Juan Schiaretti. El refugio serrano sirvió de locación de la muestra de músculo del larretismo. También, fue un gesto hacia un potencial aliado después de la general y a su delfín. No le caminó la capital, fuertemente custodiada por Martín Llaryora, el gobernador electo de Córdoba que espera que los votos del peronismo continúen cautivos, ahora para la aventura nacional de su promotor político.
La segunda lectura exuda el aroma de la interna. “Esta es la foto del poder”, repetían asesores del riñón del larretismo a Letra P. El subtexto es la rebaja del precio a la expresión pública de apoyo de Emilio Monzó a la exministra de Seguridad de Mauricio Macri.
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Con la guerra de selfies que tuvo su contracara con el apoyo de María Eugenia Vidal y Facundo Manes a Larreta, Bullrich se mostrará con el exintendente de Carlos Tejedor en Victoria, provincia de Entre Ríos.
El larretismo insiste: no es noticia. Nicolás Massot, alfil de Monzó, integra desde la primera hora los equipos de Bullrich; también Sebastián García de Luca, operador territorial de la jefa “halcón” en la provincia de Buenos Aires.
En ese marco, el palomar insistirá que el poder real, con capacidad de acción directa y apoyo electoral probado, está de su lado del mostrador. “Los elegidos por la gente están con Larreta”, se agrandan en la víspera del desembarco de Bullrich en la ciudad de Córdoba, donde cerrará con un acto – “aparateado”, dicen los adalides de Larreta- que prevé una movilización de más de 4000 militantes y dirigentes a la Plaza de la Música.
El quinteto de gobernadores es una respuesta, también, a las declaraciones recientes del expresidente. Macri cuestionó el método de la nueva mayoría que propone Larreta para gobernar. Observa difícil que la negociación de los privilegios que suponen medidas de cambio profundo.
El larretismo insiste con que se trata de un error de lectura. Los aliados, estos apoyos conseguidos, no son con el kirchnerismo sino con la tropa ganadora de las provincias y con un elemento clave: su oposición tajante a las expresiones de Unión por la Patria.