Gustavo Sáenz y Carolina Moisés escenificaron el tejido de un peronismo no K que mira a 2027
El gobernador salteño y la senadora jujeña se tiran centros. Los une el espanto a CFK e intereses comunes. El 26 de octubre, ríspido para el mandatario.
Peronismo no kirchnerista del Norte Grande: el gobernador de Salta Gustavo Sáez junto al senador Guillermo Andrada, de Catamarca, y la senadora Carolina Moisés, de Jujuy.
El gobernador de SaltaGustavo Sáenz y la senadora de Jujuy Carolina Moisés asomaron en las últimas horas como el coqueteo político visible de una construcción del peronismo no kirchnerista que enfoca en lo que viene. Aunque son más cautelosos para decirlo, los une el espanto que les provoca la conducción del PJ en manos de Cristina Fernández de Kirchner.
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El justicialismo no K del Norte Grande, que además se siente maltratado por la expresidenta, teje puentes para a su vez acercarse a otras edificaciones que se van armando y cuyo destino dependerá en parte de los resultados de las elecciones legislativas del 26 de octubre.
Sáenz y Moisés comparten la política desde hace unos 30 años, militaron juntos cuando eran jóvenes y se reconocen mutuamente como peronistas. La coyuntura los unió de modo muy pragmático: Moisés es la senadora que Sáenz no tiene, Sáenz es el gobernador que Moisés desearía en Jujuy.
El Norte Grande en el centro de la escena
El armado se caracteriza a sí mismo como “una construcción de las identidades peronistas del interior”. Hacen fuerza para imponer al Norte en el candelero. La puesta en visibilidad de la alianza que se trama se produjo a partir de la pintoresca protesta que el gobernador salteño hizo recientemente en la Plaza de Mayo y que la senadora Moisés saludó efusivamente.
Vestido de gaucho y acompañado por el folclorista Facundo Saravia, Sáenz quiso acampar en la Casa Rosada y, aunque la Policía Federal no lo dejó, se dio el lujo de cantar y protestar contra el gobierno del presidente Javier Milei.
saenz protesta en la rosada
Gustavo Sáenz hizo una puesta en escena para protestar en la Casa Rosada: mate y folclore autopercibido peronista.
Denunció los incumplimientos libertarios, se quejó de que “no se escucha al Norte”, refrescó que acompañó al Gobierno para conseguir equilibrio fiscal y lamentó que “la soberbia les ganó, nos han dejado solos con su ajuste y su crueldad”. El pedido: “bajen fondos, hagan obras”.
Ese día se cruzó con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el asesor Santiago Caputo. “Me la jugué por este gobierno cuando pocos lo hacían”, reprochó. El gobernador salteño está parado ahora en una vereda diferente, aunque con redes.
caputo y saenz
Gustavo Sáenz se cruzó con Santiago Caputo a la entrada de la Casa Rosada durante su pintoresca protesta para visibilizar al Norte olvidado.
“El NOA no pide oportunidades, las genera. Desde el Senado trabajamos codo a codo con Gustavo Sáenz para que sea la llave del crecimiento federal que la Argentina necesita”, lo aplaudió la senadora Moisés. Sáenz devolvió gentilezas: “Gracias querida amiga. Una Argentina verdaderamente federal es posible. Juntos vamos a lograrlo”.
Moisés es parte del bloque Convicción Federal, que representó una fuerte ruptura en la bancada de Unión por la Patria en marzo de este año. Los integrantes de ese cuerpo son todos representantes de provincias del norte y coinciden en caracterizarse como peronistas, pero disgustados con el kirchnerismo.
Integran el espacio Fernando Salino (puntano que responde al ala de Alberto Rodríguez Saá), Guillermo Andrada (médico peronista catamarqueño, pero que a principios de la gestión no tuvo mala sintonía con el mileísimo) y Fernando Rejal (abogado riojano, exintendente de Chilecito, que responde al gobernador Ricardo Quintela). Andrada participó de un encuentro de Moisés y Sáenz en estos días.
En lo inmediato, la agenda de la cámara alta tiene un asterisco que inquieta a Sáenz y en el que Moisés se muestra activa: la ley de Biocombustibles. No es, desde ya, la única iniciativa en la que comparten intereses. Minería, litio, tabaco, azúcar y recursos provinciales están en el radar.
Sáenz y Moisés atravesaron en Salta y Jujuy procesos similares, con el detalle no menor de que Sáenz gobierna la provincia y también juega parte de su futuro el 26 de octubre: las elecciones asoman como una cuesta empinada. Moisés ahora la mira de afuera y lo que hizo este año, frente a las legislativas provinciales, fue dar un portazo al PJ oficial.
Ambos tienen relación con las referencias de Provincias Unidas. Moisés conserva un vínculo maduro con el gobernador radical Carlos Sadir: tiene diálogo “sobre temas estratégicos”. En paralelo, algunas movidas en el Congreso dejan entrever sintonía del gobernador salteño con sus pares de otras regiones.
karina saenz menem
Gustavo Sáenz en su etapa de cercanía con el mileísmo, junto a Karina Milei y Martín Menem: "me la jugué por este gobierno cuando pocos lo hacían", reprocha.
La semana pasada, a partir de acciones u omisiones, se pateó la ley que limita el uso de los decretos presidenciales. Esa jugada tuvo de todo un poco, al igual que la votación que terminó en el rechazo del reparto del impuesto a los combustibles que habían acordado e impulsado los gobernadores: alineamientos ambiguos, diputados “sin techo” que hacen su propio juego y se diferencian de sus jefes provinciales, y hasta el azar y los tiempos en una sesión que terminó a la madrugada.
CFK mandó a Salta a Sergio Berni y a María Luz “Luchy” Alonso, diputada provincial pampeana y que había sido su mano derecha en el Senado. La jugada no salió bien. “La señora nos intervino el partido y al kirchnerismo no lo veo en la tabla”, chicaneó Sáenz aquella vez. El Frente Justicialista Salteño no llegó al 7% de los votos y no consiguió bancas.
La mano de CFK le complicó las cosas al gobernador, que tuvo que atajar la oleada de votos violetas, sobre todo en la capital. El diputado Emiliano Estrada y el senador Sergio Leavy habían fogoneado la intervención. El argumento fue que Sáenz había ayudado a Milei en el Congreso en los primeros tramos de su gobierno.
Ahora el peronismo no kirchnerista se las tiene jurada. Este 26 de octubre, el espacio de Sáenz, “Primero los Salteños”, competirá contra La Libertad Avanza y contra la lista de Fuerza Patria encabezada por el exgobernador Juan Manuel Urtubey. Se ponen en juego tres bancas en el Senado y tres en la Cámara de Diputados.
Jujuy: se expone La Cámpora
En Jujuy la intervención es más antigua. Desde julio de 2023, Aníbal Fernández y Gustavo Menéndez desembarcaron en la organización y patearon para adelante la elección que normalizaría la conducción partidaria.
Moisés masticó bronca por esa postergación. Quería desbancar a Leila Chaher, diputada de La Cámpora que ahora va por otro mandato. Hizo su propio juego, aunque no expuso su figura en una elección provincial que le fue fallida.
Chaher tampoco salió bien parada con el Frente Justicialista, la alianza que hizo con los dirigentes antiguos del peronismo, que justamente habían provocado la intervención partidaria cuando se denunció su complicidad con el gobierno radical. Sacó algo más del 10% de los votos.
Ahora Chaher va por su reelección, pero asume riesgos en condiciones de debilidad, porque ese armado filojusticialista se desgajó más todavía: Rubén Rivarola, Eduardo Fellner y Guillermo Jenefes armaron otro frente. Además compiten contra Provincias Unidas, La Libertad Avanza y la izquierda por tres bancas en el Congreso.